LA FRASE

"QUE DESDE LA VICEPRESIDENCIA SE SOSTENGA UNA AGENDA QUE NO SEA LA DEL GOBIERNO ES ALGO QUE NUNCA SE HA VISTO." (JULIO COBOS)

martes, 31 de enero de 2012

EL CRONOGRAMA LAS PELOTAS


Con la inestimable colaboración del diario del Loco Lindo, el socialismo intenta hacer pasar como una verdadera proeza lo que es, simplemente, el cumplimiento de su obligación legal como empleador: pagar los sueldos a sus empleados, en tiempo y forma.

Obligación que ellos mismos pusieron en entredicho -sembrando dudas sobre si podrán o no cumplirla cada mes- simplemente por su propia ineficacia para administrar los recursos del Estado, comprometiendo gravemente la situación financiera de la provincia.

Y encima ahora nos quieren convencer que el nutridísimo plantel de funcionarios políticos del gobierno del Frente Progresista (más del doble de los que tuvo Obeid en su último gobierno, muchos más que los ya muchísimos de Binner) son poco menos que unos ascetas o cuáqueros, que ahorrarán sobre su hambre y su sed (como decía Avellaneda) para que los empleados públicos provinciales puedan cobrar sus sueldos.

Que no son cuáqueros ni ascetas es largamente sabido, más bien sucede todo lo contrario: acá dimos hace un tiempo algunos ejemplos (no todos) de los múltiples beneficios que se auto-otorgó Binner para sí y para su gabinete, no bien llegado al gobierno; y que hoy Bonfatti mantiene incólumnes.

Pero además al quedar a la cola del cronograma de pagos, no están haciendo más que cumplir con lo que dice la ley, como pueden ver acá: 


Como ven, el orden en el que cobran los funcionarios no es un gesto patriótico de Bonfatti y su gabinete para predicar con el ejemplo, sino que está dispuesto por la Ley 12.510 desde fines del año 2005.

Y antes de eso, lo mismo decían las leyes de Presupuesto de todos los años, por lo menos desde 1988.

Así que cronograma las pelotas, Loco Lindo.

LA MOTIVOLOGÍA, NUEVA RAMA DE LA CIENCIA POLÍTICA


Como no podía ser de otro modo, con los rumores sobre la intención del gobierno de reestatizar YPF reapareció de sus largas vacaciones europeas el abuelo perdido, y analiza el asunto con su particular estilo.

Según él, el tema no es si se estatiza o no YPF, o sí él está de acuerdo o no, sino cuál es la razón o cuáles son las intenciones por las que ahora el gobierno pensaría en hacerlo; y como ven en la imagen, la lógica de análisis de Solanas (común a toda la oposición al gobierno nacional, por otra parte) se parece mucho a la de los medios hegemónicos.

Tanto, que es exactamente la misma: no hay que ver que medidas toma el gobierno, que efectos producen, a quien benefician o a quien perjudican y de que modo; sino cual es la intención (siempre oculta, siempre aviesa) que tiene el kirchnerismo cuando las impulsa.

Y además ya sabemos que el kirchnerismo es ontológicamente incapaz de tener buenas intenciones, sobran los ejemplos: si reactiva los juicios por las violaciones a los derechos humanos en la dictadura, es para sacar chapa de progresista o lavar las culpas de Kirchner por no haber tenido un protagonismo de lucha en esos años.

Si estatiza los fondos de jubilaciones y pensiones en manos de las AFJP o impone retenciones móviles a las exportaciones de soja, es porque necesita "hacer caja": el mismo (y remanido) argumento que ahora utiliza Solanas en el caso de YPF.

Si impulsa la ley de medios, es porque se peleó con Clarín, del mismo modo que ahora impulsaría la re estatización de YPF porque se peleó con Eskenazy.

Si aprueba la asignación universal, es para robarle banderas a la oposición, y si defiende los derechos argentinos sobre Malvinas, es para generar una cortina de humo que encubra el ajuste.

Si pelea con Techint para poner directores de la ANSES en Siderar, es para conseguirle conchabo a los de la Cámpora, y así podríamos seguir hasta el infinito.

El método de analisis político (complemento del argumento de la "impostura kirchnerista") es paupérrimo, y el ejemplo de la "caja" probablemente sea el más idiota de todos: haría suponer que un gobierno de Solanas no necesitaría recursos para funcionar, o viviría del aire.

Pero además es tan pavote el razonamiento implícito en los dichos de Solanas (reiteramos: expuestos al sólo título de ejemplo de la idiotez del "motivacionismo"), que para despejar toda duda sobre sus reales intenciones, el gobierno nunca podría adoptar ninguna medida (porque sería sospechada de algún maléfico fin oculto), o tendría que dar marcha atrás en las que ya tomó.

Entonces (siguiendo el orden de los ejemplos propuestos) habría que volver a dictar las leyes de punto final y obediencia debida o dictar de nuevos los indultos, reimplantar el sistema de jubilaciones privadas ideado por Cavallo, eliminar las retenciones, volver a la ley de radiodifusión de la dictadura, derogar la AUH, dejar que los ingleses se queden con las Malvinas o dejar tranquila a Techint que haga lo que se le cante con sus empresas.

Todo eso hasta tanto venga un gobierno verdaderamente progresista o revolucionario (porque estas estupideces también las repite con frecuencia la izquierda), y ahí si, vuelva a tomar esas mismas medidas, pero entonces sin segundas y ocultas intenciones; de puros buenos y generosos nomás; algo así como "mientras no hagamos una revolución en serio que transforme a fondo todas las estructuras, no hagamos nada".

Por momentos asombra que dirigencia política con muchos años encima (en el documento y en esas lides) como la que expresa Pino Solanas siga repitiendo estas sandeces, sin detenerse siquiera a pensar que la gente elige a los gobiernos -y los juzga con su voto cada vez que debe expresarse- por lo que hacen o por lo que no hacen, y por como los afecta; no por las intenciones que tengan al hacer o dejar de hacer algo.

Una verdad de Perogrullo, pero que es necesario recordar cuando reaparece ese mismo discurso pavotón.

Discurso que, si no acierta a explicar el 54 % de Cristina (más aun: pareciera que ni siquiera se lo propone), da más que suficientes motivos para entender por que Alcira Argumedo ni siquiera pasó el filtro de las primarias.

¿ES POSIBLE UNA PETROLERA ESTATAL?


A ver, que se entienda bien: no estamos planteando si es necesario o no que el país vuelva a contar con una petrolera estatal, algo que perdió con la privatización de YPF durante el menemismo (aclaración: sí, ya sabemos que Parrilli fue miembro informante en la discusión de la ley, y que Kirchner -al igual que todos los gobernadores patagónicos- la apoyaron, ¿está?).

Y no lo estamos planteando porque para nosotros -al menos desde el punto de vista teórico- el punto no tiene discusión: contar con una petrolera estatal (como tienen muchos otros países, como México, Venezuela, Brasil o el mismo Uruguay) le permitiría a la Argentina introducir un acto relevante en el sensible mercado de los hidrocarburos, captar un recurso natural estatégico y orientarlo según las necesidades del país, regular el precio de los combustibles (o influir en su fijación); aumentar los niveles de producción para disminuir importaciones que achican el superávit comercial, entre otros beneficios.

Se trata de analizar como está la cosa para ver si es posible recrear una empresa petrolera estatal, con los elementos jurídicos y económicos disponibles, y cuáles serían las acciones a seguirse con ese fin; y su hablamos de petrolera estatal, pensamos inmediatamente en YPF: la firma (hoy operada bajo el control de la española Respol y con participación del Grupo Eskenazy) controla alrededor del 65 % del mercado del petróleo y sus derivados en el país, y es la única petrolera que tiene todas las actividades del ciclo productivo (desde la extracción del crudo en los pozos, hasta su transporte, refinamiento, destilación y transformación en combustibre y derivados) integradas en su totalidad.

Primero lo primero: en el año 1992 el menemismo impulsó la llamada "Ley de Federalización de Hidrocarburos" 24.145, que fue la que habilitó la privatización de YPF.

Lo que hizo esa ley (aun antes de la reforma constitucional de 1994) fue transferir al dominio público de las provincias los yacimientos de hidrocarburos situados en sus territorios que no se encontraban en ese momento en explotación, y al vencimiento de los respectivos plazos contractuales, los permisos de exploración y concesiones de explotación que pertenecían a YPF S.A. y se enumeraban en la ley (sea que los explotase por sí o por terceros, o en sociedad con ellos); lo mismo que las renovaciones a futuro de otros permisos y concesiones que tenía la petrolera estatal, y otros explotados por empresas privadas con concesiones otorgadas por el Estado nacional al amparo de la Ley 17.319.

Al mismo tiempo se le otorgaban otras áreas en concesión a YPF S.A. (transformada en S.A.por el Decreto 2778/90, antes era una sociedad del Estado), y en la misma ley (y en paralelo con la Ley de Reforma del Estado 23.696) se autorizaba la privatización de la empresa, cuyo capital accionario quedaba un 51% en manos del Estado nacional, un 39 % en manos de las provincias productoras de petróleo o las otras que quisieran adquirirlas (ese 90 % era lo que se privatizaba), y el 10 % restante para los trabajadores bajo un Programa de Propiedad Participada.

El Estado se se reservaba participar necesariamente de ciertas decisiones sobre la petrolera (por ejemplo decidir su fusión con otras sociedades, aceptar que pase a ser controlada en más de un 51 % de su capital social por otra sociedad, disolverse, transferir a terceros todos sus derechos derivados de concesiones o permisos otorgados bajo la Ley 17.319), siempre y cuando conservara al menos un 20 % de su capital accionario; porcentaje que sólo podía ser disminuído por ley.

Esto fue modificado en 1995 por la Ley 24.474 manteniendo esos derechos políticos del Estado nacional, pero aunque conservara una sóla acción, porque esa ley posibilitó que se vendiera ese 20 % remanente de la privatización: era la famosa "acción de oro", que le permitía al Estado nacional seguir teniendo ingerencia en el manejo de la petrolera en cuestiones importantes (no en todas, como por ejemplo el plan de inversiones).

Como sabemos la privatización se llevó adelante y la empresa fue comprada por la española Repsol, lo que supuso la transferencia de sus activos (maquinarias, inmuebles, equipos, derechos sobre los contratos vigentes), que no involucran la propiedad de los yacimientos; porque estos son del dominio público (antes de la Nación, luego de las provincias), y por ende no se pueden vender.

Lo que sí sucede (y puede sembrar alguna confusión al respecto) es que, cuando las empresas petroleras (entre ellas Repsol YPF) encuentran un nuevo pozo o yacimiento y de ese modo aumentan el horizonte de reservas petrolíferas probables o comprobadas, sus acciones en las Bolsas se disparan porque se supone que aumentarán su producción y por ende sus ganancias; pero no porque esos yacimientos sean de su propiedad.

En el marco de las concesiones de explotación lo que las empresas privadas tienen es la libre disponibilidad del crudo que encuentran y extraen (o sea no deben entregárselo al Estado, a menos que alguna provincia optar por cobrar en especie sus regalías, y en todo caso suele ser con combustible), para venderlo en el país (transformado en combustible, vendérselo a otras petroleras, usarlo para fines industriales, etc) o exportarlo. 

Para eso se les otorgó plena libertad en el menemismo, sin pagar además retenciones (derechos de exportación) y desregulando absolutamente el mercado de combustibles líquidos en el país: la tormenta perfecta, digamos.

Así las cosas en 1994 se modificó la Constitución Nacional, y entre otras cosas, por el nuevo artículo 124 se les reconoció a las provincias el dominio originario sobre los recursos naturales existentes en su territorio; algo que cobró actualidad por estos días a partir del conflicto por un emprendimiento minero en Famatina.  

Y así estaban las cosas -en apretada síntesis- cuando el kirchnerismo llegó al gobierno en el 2003, pero esa es otra historia que vamos a seguir contando en otra entrada.

LAS FRASES DEL MES


1. “La alianza del gobierno con Vila traerá aparejados cambios: Alejandro Fantino será panelista de “6 7 8”, y a mí me despedirán de América, pero me contratará Clarín para hacer “La cornisa” en el canal Metro.” (Luis Majul)

2. “Queremos que nos aseguren que no nos aplicarán la ley antiterrorista por andar con barba y turbante, y que se tomarán medidas para evitar que Quebracho nos sacrifique los camellos.” (Los Reyes Magos)

3. “Cristina se opera, a Scioli le sacaron un cólico, si no me hago el by pass gástrico en este momento, desaparezco de los medios.” (Elisa Carrió)

4. “El doctor Binner nos ofreció colaborar con la anestesia en la operación de la presidenta, pero le explicamos que necesitamos que en algún momento se despierte.” (Oscar Parrilli)

5. “Es verdad, un asesor cobra veinte mil pesos que no son para despreciar, pero poder meter cuchara en todos los temas del gobierno, no tiene precio.” (Hermes Binner)    

6. “Me quedé con la sangre en el ojo porque Scioli me ganó al fútbol, lo voy a desafiar al vóley.” (Mauricio Macri)

7. "¿Así que aumentó el subte?, debimos haber advertido que Macri en ese horrible traje blanco no presagiaba nada bueno." (Alejandro Dolina)

8. “Los resultados de la biopsia de la presidenta demuestran que el gobierno es capaz de cualquier cosa, con tal de desmentir un titular de “Clarín”.” (Nelson Castro)  

9. “A la operación de Cristina la organizó Fuerza Bruta.” (Elisa Carrió)

10. “El gobierno tiene que tomar de inmediato medidas contra la sequía, por ejemplo devolvernos el Renatre a nosotros.” (Gerónimo Venegas)

11. “Yo ni loco entro a un maizal con Buzzi, y con De Angeli menos.” (Norberto Yahuar)

12. “Siguen los desaguisados médicos del kirchnerismo: de acuerdo a mis fuentes, al ex senador Pampuro le habrían extirpado el riñón que tenía sano.” (Nelson Castro)

13. “Pienso en Mussi en bolas, envuelto en pieles como María Julia, y me dan escalofríos.” (Jorge Lanata)

14. “¿Yo vinculado a redes de trata y prostitución?, ¡por favor!, sería como casarse con alguien que tiene inmigrantes ilegales explotados en talleres clandestinos.” (Mauricio Macri)

15. “Tanto lío por un anillo, ni que fuera el de Linterna Verde.” (Norberto Oyarbide)

16. “Con el diagnóstico de la enfermedad de la Presidenta sucedió lo mismo que con todo lo que hace el kirchnerismo: despierta expectativas que luego no puede satisfacer.” (Joaquín Morales Solá)

17. “Si hacemos alianza con los radicales, le bato el récord a Patricia Bullrich.” (Héctor Tumini)

18. “Per lo meno io cuando faceva la partuzza en el mío barco non lo strollaba.” (Silvio Berlusconi)

19. “Lo de la vaca muerta no anduvo, la próxima vez probemos con un chancho.” (Eduardo Buzzi)

20. “Con el tiempo se sabrá la verdad: el capitán del crucero era de la Cámpora, y al crucero lo organizó Fuerza Bruta.” (Elisa Carrió)

21. “Iba a ir a Famatina a apoyar la protesta, pero los viejos tenemos que cuidarnos del golpe de calor.” (Pino Solanas)

22. “Rechacé la presidencia del Instituto Cervantes porque me ofrecieron la de Plataforma 2012.” (Mario Vargas Llosa)

23. “Años preocupándonos por las declaraciones juradas de los Kirchner, y lo que teníamos que mirar eran las radiografías y los análisis.” (Jorge Fontevecchia)

24. “En la rosca con los radicales hay que ver bien la letra chica, que no nos pase lo del subte, que no nos dimos cuenta que venía con los delegados adentro.” (Mauricio Macri)

25. “Ahora entiendo por qué Binner dice que el Puerto de la Música es la obra emblemática del socialismo: hace un año que firmaron el contrato y todavía no arrancó.” (Agustín Rossi)

26. “Le voy a recomendar a la presidenta mi cirujano: a mí la cicatriz en el cuello me quedó más linda.” (Nelson Castro)

27. “¡Má que pañuelo, una soga le pondría en el cuello yo a la yegua ésa!” (Héctor Magnetto) 

28. “¿Y si aprovechamos que Greenpeace está de punta con el gobierno y los sumamos a una campaña de afiliación a la Coalición Cívica con el lema “Salven a la ballena”? (Adrián Pérez)

29. “Esta ley no la vetés Mauricio, porque es la que te autoriza a salir del país cuando quieras.” (Horacio Rodríguez Larreta)

30. "Yo les recomiendo que hagan minería a cielo abierto, trae muchos menos problemas." (Sebastián Piñera) 

31. “Rodríguez Saá declaró el defáult y lo aplaudieron de pie, yo pedaleo un par de facturas y me cagan puteando.” (Antonio Bonfatti)

lunes, 30 de enero de 2012

¿AVANZAN LAS OBRAS O AVANZAN LOS YUYOS?


La verdad que esta nota del diario del Loco Lindo sobre el estado de las instalaciones del ex Liceo Militar en Recreo desorienta un poco; porque se alternan las constataciones del periodista en el terreno sobre el estado del lugar, con las afirmaciones de los funcionarios del gobierno provincial que (para variar) hablan de obras que avanzan, pero no se ven.

Lo mismo que decir que son "obras de gran envergadura" los $ 600.000 invertidos en la iluminación, o los $ 800.000 de las caballerizas. ¿Qué queda entonces para Yaciretá?

El Secretario de Obras Públicas provincial enumera obras, pero el cronista constata edificios abandonados o deteriorados, yuyos altos, ventanas abiertas, cables sueltos, tejas desprendidas, abandono y falta de seguridad.

Por ejemplo en el ex Casino de Oficiales (absolutamente abandonado), para el que en septiembre del año pasado Binner adjudicó la remodelación por este decreto, con un plazo de 90 días para hacer los trabajos que se venció el 18 de diciembre del 2011, pero al parecer, ni siquiera habrían comenzado.

Soprende que se diga que las obras de traslado del Instituto de Seguridad Pública al predio de Recreo tengan un 60 % de avance, cuando el propio Presupuesto provincial 2012 dice que al 31 de diciembre pasado -como se dijo acá- se había ejecutado apenas un millón de pesos de 5,5 asignados a la obra (o sea apenas un 18,18 % de avance); como también sorprende que el cronista no haya verificado en el lugar si eso era o no así: a lo mejor los yuyos le impidieron ver.

De todos modos, de acuerdo al decreto de adjudicación de la obra, debería estar terminada el 26 de abril (para posibilitar además que el Instituto 12 del Profesorado ocupe el edificio de la ex Escuela de Policía donde hoy está el ISEP); veremos que pasa para entonces: a lo mejor consiguen una bordeadora y cortan el pasto.

¿Y qué decir de las obras del famoso Nodo Santa Fe, que tampoco aparecen por ningún lado?

Que fueron adjudicadas en junio del año pasado por este decreto, de acuerdo al cual debieron haber estado terminadas el 30 de noviembre del año pasado; cosa que el propio cronista del diario del Loco Lindo podrá haber constatado que no es así, aunque por lo que dice, estuvo averiguando cuando las inauguran. 

Y las instalaciones de Recreo no están a cargo de la provincia hace dos años como dice la nota: el convenio por el cual se le cedían a la provincia (a cambio de que ésta construyera las ampliaciones en el Distrito Militar Santa Fe para que se traslade allí el Liceo) data de 1998; y ya en el 2005 la provincia tomó posesión del predio, y ya en el 2006 planeaba obras en el famoso "domo".  

Por no mencionar que los usos que el socialismo decidió darle a las instalaciones del predio (el ISEP y las instalaciones del Nodo Santa Fe) no son los originariamente previstos: "acciones de tipo deportivo, educativo, cultural, de atención de la salud y programas preventivos destinados a los sectores sociales más vulnerables tales como la minoridad, ancianidad, discapacidad, personas con problemas de adicción y aborígenes;", de acuerdo con este decreto de Obeid del 2006.

Algo más acorde con la historia de las instalaciones, que originariamente pertenecían a la Fundación Eva Perón, que lo construyó en los tiempos del primer peronismo; para luego darle paso al Liceo Militar en tiempos de la dictadura militar (cuya prolijidad añora el cronista del diario del Loco Lindo).

Habrá que ver, a lo mejor el socialismo está armando ahí una fábrica de yuyos, y los cortos de entendederas somos nosotros que no comprendemos las nuevas tecnologías.

DE GENNARO ESTUVO MIRANDO VIDEOS DE LA CAMPAÑA Y DESCUBRIÓ QUE BINNER ES CONSERVADOR


No digan que estos muchachos del FAP no son encantadores: Marga Stolbizer nos dice ahora que "se están conociendo", pero durante la campaña nos vendían a Binner como un dentífrico, porque se suponía que lo avalaban más de veinte años de experiencia de gestión en Rosario y en el gobierno provincial.

Las Ratas del Sur (el inefable "Huevo" Ceballos, no dicen nada de Vicky Donda), luego de haber huído del kirchnerismo justo cuando se ponía lindo (o sea cuando vinieron la estatización de las AFJP, la ley de medios y la AUH) por razones ideológicas (porque ya no se bancaban más a los gobernadores feudales del interior y a los intendentes del conurbano que estaban adentro...desde el 2003), ahora son los campeones del pragmatismo y dicen que hay que hacer alianzas con quien sea (por ejemplo los radicales) porque para el 2015 necesitan sumar (¿contratos?).

Por el contrario, Fabio Basteiro acusa a los radicales (algunos de los cuales están rosqueando con el PRO) de ser un partido con "difícil homogeneidad ideológica y de cierto pragmatismo" (al parecer, su aliado Ceballos sería de "imposible homogeneidad ideológica" y "total y absoluto pragmatismo").

Pero las palmas se las lleva el "espacio" de Víctor De Gennaro, o sea la CTA de Michelli-Barrionuevo.

Parece que el eterno aspirante a Lula argentino (aunque ya Lula no le gusta tanto, porque dice que la pelada no le queda tan linda como a Bonfatti) estuvo haciendo como Macaya Márquez cuando estaba en "Fútbol de Primera " y repasaba las jugadas con el telebeam (¿se acuerdan de Macaya, "Fútbol de Primera" y el telebeam?); pero con los discursos de Binner en la campaña electoral.

Y ahí descubrió que el bueno de Hermes no sería taaaan revolucionario como parecía, y la toma por asalto del Palacio de Invierno se demoraría un poco, por lo menos hasta que se terminen las paritarias, o Binner termine el desayuno con jugos y frutas.      

Y pasando los discursos más lentos (o al revés, porque hablar más lento que Binner es re difícil) descubrió un mensaje satánico: ¡Binner plantea que los trabajadores no reclamen aumentos en las paritarias, para contener la inflación!

"¡Tremendo, jodéme que no es cierto!", habría dicho el Víctor, para proclamar acto seguido "¡Qué garrón nos comimos otra vez, y pensar que no le hice caso a tanta gente que me decía que era igualito a De La Rúa, es el segundo candidato a presidente con cara de nabo que apoyo y me termina defraudando!".

Ahora se ve que este muchacho estuvo un poco distraído en la campaña, porque Binner dijo lo mismo en un par de lugares (por ejemplo en el Congreso de Economía de la Fundación Libertad, el congreso de CRA o el coloquio de IDEA); nosotros lo analizamos acá en detalle con la colaboración de Diego Rubinzal.

Y todavía después de las elecciones, todos los referentes del FAP firmaron un documento económico que decía algo más o menos parecido: hasta hablaba de metas de inflación.

En fin, con el trajín de una campaña (sobre todo la de un tipo como Binner, que le imprime un ritmo infernal a todo lo que hace) a uno se le pueden pasar estas cosas.

Porque no vamos a darle cabida a lo que dicen las malas lenguas (que nunca faltan): que estos buenos muchachos del degeneradismo ya cobraron su parte de la cooperativa FAP (con bancas y contratos en el Congreso), y ahora les conviene empezar a despegarse, buscando nuevos horizontes (o más becas y contratos, como por ejemplo si arman rancho aparte con otra bancada).

Por el contrario, seguramente debe ser la necesidad de preservar la pureza ideológica del espacio lo que lo preocupa a De Gennaro.

Y otras fuentes nos dicen que en breve (ya estaría trabajando en eso) el tano descubríría que sus aliados del socialismo santafesino aumentan la luz, el agua, los peajes, la patente automotor y el Impuesto a los Ingresos Brutos.

Dénle tiempo.

LA MEJOR PARITARIA


Vemos en Clorín el anuncio (tratando de anticiparse a Cristina) del aumento semestral para los jubilados y pensionados, que empezaría a regir el 1º de marzo, rondaría entre el 12 % y el 15 %, y llevaría el aumento en el último año aproximadamente a un 30 %; por encima de las pautas de inflación incluso de las consultoras privadas.

¿Qué aun así las jubilaciones y pensiones siguen estando bajas, y a muchos jubilados y pensionados no les alcanza para vivir dignamente?

Muy cierto, tanto como que los gobiernos de Néstor y Cristina fueron los únicos -en mucho tiempo, desde Perón para acá diríamos- que se ocuparon en serio del problema: no prometiendo lo que no podían cumplir (como el 82 % móvil), y estableciendo por ley del Congreso la obligación del Estado de reajustar los haberes, al menos dos veces al año; algo que ningún gobierno anterior hizo.

Acá tienen (en una entrada anterior del blog) los datos comparativos del sistema de movilidad desde que se aplicó por primera vez (en marzo del 2009), y arrojaría con este nuevo aumento aproximadamente un 123 % de aumento en tres años, o sea un 41 % anual; lo que hace que los jubilados y pensionados estén entre quienes -comparativamente- más han mejorado sus ingresos en ese lapso: la mejor paritaria de todas, digamos.

Sistema de movilidad establecido por la Ley 26.417 enviada en su momento por Cristina al Congreso, y que muchos opositores (casi todos) votaron en contra, porque decían (con Claudio Lozano a la cabeza) que tenía una fórmula que terminaría arrojando aumentos irrisorios.

Aunque en realidad correspondería a la sección "Refutando leyendas", las dejamos acá abajo la imagen de los votos negativos obtenidos por la ley cuando se aprobó en Diputados, entre los que pueden contar los del progreserío vario (incluyendo todos los socialistas), junto a los radicales, el PRO y la Coalición Cívica (incluyendo a Patrica "Te descuento el 13 %" Bullrich):


Juntitos juntitos, como la familia Falcón; porque todos decían tener la fórmula secreta de la felicidad previsional, por la cual los jubilados cobrarían en euros, con haberes ajustables por la cotización del lingote de oro; y el Estado lo podría financiar.

Como lo demostrarían ampliamente durante el debate del proyecto del 82 % móvil, mamarracho finalmente vetado por Cristina (cuando a Clarín y La Nación le preocupaban los vetos).

El kirchnerismo no hizo nada de eso, fue más módico: hizo lo que se podía, que no fue poco.

Sacó una ley, y la está cumpliendo desde hace tres años; y ahí hay que buscar (sobre todo ahora que se habla de ajuste y de porcentajes a discutir en paritarias) una buena parte del 54,11 % de Cristina.

MOYANO SE FUE CON EL CAMIÓN AL PASTO


Desde la Corriente kirchnerista de Santa Fe en su momento fijamos posición respecto al conflicto entre el gobierno y la CGT, señalando -entre otras cosas- que "...Lo delicado de la situación requiere una cabal comprensión del cuadro por ambas partes: gobierno y CGT... Y no seguir alentando un  enfrentamiento que no favorece a nadie, y que solo alimenta a los intereses reaccionarios que estaban sepultados hasta hoy bajo los votos de las elecciones...". 

Nos parece bien que al gobierno se le marquen las disidencias desde los distintos sectores. Por nuestra parte, no somos defensores necios de todos y cada uno de sus actos y cuando no hemos estado de acuerdo con alguno de ellos, lo hemos dicho de frente: así como en su momento cuestionamos la tentación de algunos funcionarios del gobierno (y de la propia Cristina) de sumarse a la escalada verbal de la disputa con declaraciones cruzadas, habrá que decir ahora que el Secretario General de la CGT se fue al pasto con sus declaraciones, con camión y todo.

Cuando Moyano tilda de "Chirolitas" a los funcionarios del gobierno no sólo los está denigrando políticamente y como interlocutores válidos a futuro: le está apuntando claramente a Cristina, en un intento absurdo por equiparar liderazgos o representatividades, para discutir a la par con la presidenta votada por más del 54 % de los argentinos, incluyendo entre ellos a muchísimos trabajadores.

Por otra parte, el calificativo denigratorio le podría caber perfectamente a sus hijos (sobre todo a Pablo, que lidera el sindicato de camioneros), y desde allí afirmar que todos los derrapes y exabruptos que ellos cometen, no son sino respondiendo a directivas del Secretario General de la CGT.

Lo complejo del tema (que involucra legítimos reclamos sindicales con otros más opinables, y un claro cuestionamiento al liderazgo de Cristina al interior del dispositivo político oficialista) es que no termina de estar claro hacia donde apuntan los cañones de Moyano: no olvidamos que su lugar no es la defensa del gobierno sino de los trabajadores a quienes representa; y desde ese lugar debe actuar y por supuesto que -en tal objetivo- puede y debe trascender el accionar meramente sindical.

Pero reiteramos nuestra crítica porque sus actitudes en dicha defensa, son un ataque incomprensible a quien -en la acción de gobierno- más ha defendido y defiende los intereses populares desde Perón. Salvo que tal defensa sólo sea un disfraz de intenciones que, a la luz del marco de apoyos y declaraciones concordantes, tengan en vista exclusivamente sus propios intereses y no los del conjunto.

En el plano estrictamente sindical, la negociación salarial en el marco de las paritarias recién está arrancando en los diferentes sectores; y el primero en llegar a un acuerdo (el gremio de los aceiteros) acaba de firmar un aumento del 24 %, con una cláusula para revisar lo pactado a mitad de año, si hay más inflación; de modo que hasta acá, el famoso "cepo" oficial del 18 % es sólo un encabezado periodístico, y aun así, para eso están las paritarias: para sentarse a negociar.

Tampoco cierra que se amenace con un paro general de actividades, una marcha a la Plaza de Mayo (que sería una protesta contra Cristina, ¿contra quién si no?) o converger en la protesta con organizaciones opositoras al gobierno (como la CTA de Michelli o Barrios de Pie), a menos que la CGT haya decidido dar definitivamente el paso a la vereda opositora; cosa que no creemos sea así, al menos en el conjunto de las organizaciones sindicales que en ella se nuclean.

Y menos aun cierra que ese despliegue tenga como punto de partida el conflicto sindical de camioneros por los despidos en Chubut (con una repudiable represión policial en el medio), de una empresa contratista de la distribuidora de gas Camuzzi, por haber perdido una licitación a manos del Correo Argentino.

Nadie desconoce que Moyano y la CGT juegan también -en cierto punto- su propia paritaria con el gobierno, y no sólo porque en su seno se agrupen sindicatos de trabajadores estatales: el reclamo de aumentar el mínimo no imponible de Ganancias o directamente eliminar el impuesto sobre los salarios, o de generalizar las asignaciones familiares por encima del tope salarial que hoy tienen para percibirse, se satisfacen a costa de recursos del Estado; y por ende es tan legítimo que ellos planteen el reclamo (sin olvidar que sectores son los perjudicados en ambos casos, dentro del universo de trabajadores: una porción menor), como que el gobierno -desde la legitimidad que le dan los votos- decida las prioridades en el manejo de esos recursos.

Enojarse porque Randazzo dijo que si uno renuncia a algo (como Moyano al cargo que ostentaba en el PJ) es porque se quiere ir, y no hay marcha atrás, menos cierra todavía: ¿o no fue el propio Moyano el que dijo en Huracán que el PJ nacional era una cáscara vacía, para que querría entonces volver?

Si la escalada en la disputa con el gobierno (que se infiere de los dichos de Moyano) tiene que ver con la defensa de los derechos de los trabajadores nada habría que objetar, porque la CGT no haría más que ser consecuente consigo misma; pero sucede que no se advierte cuáles son los hechos concretos producidos por el gobierno, que hayan lesionado o afectado esos derechos.

Y del mismo modo que en su momento dijimos que se equivocaba Cristina si apelaba sólo a su propia trayectoria personal para dar garantías de que eso no sucedería -porque las trayectorias son valiosas, pero cuando se las revalida constantemente con hechos concretos, lo son más aun-, hoy decimos que se equivoca -y feo- Moyano cuando respalda sus críticas en su lucha contra el menemismo y las políticas neoliberales.

Nadie -que no tenga un prejuicio anti sindical gorila, aunque se diga peronista- lo confundiría con Barrionuevo, Cavallieri, Lescano o el "Momo" Venegas: el problema es que es el propio Moyano el que a veces elige confundirse con ellos, como cuando instruyó a su hijo y los demás diputados de origen sindical que le responden, para que no votaran en nuevo régimen laboral de los peones rurales, o se solidarizó con Venegas cuando fue detenido por la justicia no por una protesta social, sino por una defraudación con medicamentos de la obra social.

Y si el cuestionamiento de Moyano al gobierno y a Cristina tiene que ver con la interna del PJ, y la puja abierta por la sucesión a partir del 2015 (en tal caso, azuzada porque comenzó a circular la idea de la re reelección de Cristina), hay que sincerarla y no encubrirla bajo los reclamos sindicales.

Porque las ambiciones de un sector político -por más legítimas que sean- no deben ser funcionales a intereses contrarios a los que se dice defender, torpedeando a un proyecto político que hasta acá (y nada hace suponer hoy que las cosas vayan a cambiar al respecto) ha mantenido la coherencia de un rumbo en el que los trabajadores han recuperado un lugar decisivo, con derechos y mejoras concretas.  

Y sea que alguno (desde la CGT o desde el mismo gobierno) sueñe con que Moyano quede definitivamente fuera del dispositivo político oficial, o pase lisa y llanamente a formar parte del entramado opositor, no podemos sino recordar lo que dijimos en su momento: "...del mismo modo que no hay peronismo sin trabajadores organizados, tampoco hay destino político para los trabajadores y sus organizaciones, fuera del peronismo; como eje vertebrador de una coalición de fuerzas capaces de llevar adelante un proyecto nacional y popular..." .

domingo, 29 de enero de 2012

DISCO RAYADO


¿Alguien compraría un CD donde todos los cortes sean del mismo tema?

Quedaría bastante nabo, ¿no?

Bueno, acá en Santa Fe lo compraron dos veces.

Y el CD se llama "La culpa de todo la tiene la Nación"

OTRO CASO DE LETRA CHICA


¿Vieron que si buscan con cuidado -y una lupa- está lo de la ley de medios en la agenda de la Corte?

Chiquitito, perdido por ahí, pero está; no sea cosa que digan que en Clarín se hacen los boludos con el tema.

O a lo mejor sí, porque el plural "grupos de medios" es una licencia poética: la causa que tiene a fallo la Corte es la de ellos, no hay otra donde se discuta en esa instancia la cláusula de desinversión.

Como otra licencia periodística de Clarín es decir que la Corte tiene a fallo sólo causas "sensibles para el poder político", como si a ellos les fuera indiferente como falle la de la ley de medios.

¿Cómo interpretar esta nota?

¿Cómo una apretada sutil a la Corte, diciéndoles "ojo con apurarse a fallar la causa de la ley de medios, que antes tienen un toco de temas mucho más importantes que decidir"?

¿O como algo pactado entre la Corte (por ejemplo vía Lorenzetti) y el Grupo para decirle al gobierno "ojo, miren que si quieren que salga lo de la ley de medios, sacamos otros temas que para ustedes son espinosos, como los de los jubilados"?

A ver que opinan ustedes. 

LA CONSTITUCIÓN ENTRE EL FETICHISMO Y LA REFORMA


Por Raúl Degrossi

A partir de que, por algunas declaraciones sueltas salidas del kirchnerismo (Julián Domínguez por acá. Boudou por allá) los medios hegemónicos han empezado a agitar el fantasma de la re-reelección de Cristina (y por que no, y hablando del tema de la minería, la cuestión de la propiedad de los recursos naturales), asoma el debate por la reforma constitucional.

Justamente el punto de la re reelección es la excusa perfecta que se usa para no aceptar discutir la reforma de la Constitución, y el rol que ésta juega en la estructuración de la sociedad y el sistema político.

Hay al respecto fetichismos varios, que le asignan un valor mágico a las formas jurídicas, capaces -en esta idea- de modificar por sí mismas las estructuras sociales y políticas; fetichismos que se repiten con prescindencia del signo político de los gobiernos, o el derrotero concreto de las experiencias históricas.

Sin ir más lejos, en América Latina han sido frecuentes por estos años (en Ecuador, Venezuela y Bolivia) las experiencias de los nuevos populismos de izquierda que ensayaron profundas reformas constitucionales, y dedicaron a ese fin inmensas energías políticas que quizás podrían haber encontrado otros cauces más apremiantes para volcarse; pero en un punto son comprensibles: esos procesos deseaban institucionalizarse, cristalizando en las normas constitucionales una visión ideológica del Estado y la sociedad que aspiran a construir.

Lo que nos lleva al punto del valor social de la Constitución como norma jurídica: es un producto cultural históricamente situado, que surge en un lugar y un tiempo, y expresa las relaciones sociales y de poder de ese lugar y ese tiempo; punto cuidadosamente omitido por los otros fetichistas de la Constitución, los "republicanos".

La Constitución de 1853 fue la clara expresión de un proyecto político, el que triunfó en Caseros, y todos los que se reconocían -y reconocen- interpelados por el texto pensado por Alberdi y votado en Santa Fe adscribieron y adscriben a ese proyecto político, a ese trazo grueso sobre lo que esperaban y buscaban de la Argentina como país.

Aunque se responda a esta afirmación con los lugares comunes de que la Constitución es la ley suprema a la que todos nos sometemos (una idea irrefutable desde lo jurídico formal, absolutamente dejada de lado en nuestra historia política) y el pacto de convivencia básico entre los argentinos (una forma más sutil de cristalizar una determinada idea de sociedad, no necesariamente unánime, casi con seguridad ni siquiera mayoritaria), esas respuestas no pueden ocultar el hecho central del carácter esencialmente político de la Constitución Nacional.

Algunos -como los radicales- lo quieren disimular, convirtiéndose en una especie de doctores de la ley a la usanza de los escribas y fariseos del Evangelio, custodios de las tablas de la alianza (en los Alfonsín viene de familia, al parecer); y los únicos habilitados para delimitar exactamente que dice la Constitución, cuando juega y cuando no.

Ese carácter político e ideológico de la Constitución estuvo perfectamente claro cuando se discutió la reforma de 1949 en el primer peronismo, y cuando también por entonces se decía que el único propósito real era posibilitar la reelección de Perón, nadie se sonrojaba demasiado, porque en un punto era cierto: se trataba de introducir en el texto constitucional las condiciones para favorecer la perduración del liderazgo asumido claramente por el sector social emergente a la participación política (los trabajadores), como condición de posibilidad de la persistencia y profundización de las transformaciones que se estaban produciendo en el país.

Y vaya si no estaban en lo cierto Sampay y los constituyentes de entonces: basta repasar lo que sucedió después de 1955 con los avances del primer peronismo, para comprobarlo.

Dije -refiriéndome a la posibilidad de reelección, entonces concedida a Perón- "condiciones para favorecer la perduración del liderazgo" porque eso eran: una reforma constitucional (como la que dicen que algunos sectores intentan ahora para lograr un probable tercer mandato de Cristina) simplemente establece en ese punto reglas de juego, no decide el resultado de las elecciones.

De hecho, De La Rúa tenía disponible la posibilidad de postularse a la reelección en el 2003, pero todos sabemos bien por que decidió no hacer uso de ella; con lo que estoy dejando claro que las "castraciones" jurídicas de los procesos políticos en los que media necesariamente la voluntad popular (como la elección del presidente) podrán ser muy republicanos (siempre, claro está, que no se apliquen al Congreso, donde los legisladores tienen la reelección indefinida desde 1853), pero absolutamente alejados de la realidad política.     

La discusión de una reforma constitucional sería una excelente oportunidad para levantar el nivel del debate político en la Argentina, y explicitar más aun los lugares desde los que habla cada uno, pero tomando muy en cuenta la experiencia de la reforma de 1994 para no volver a repetir los mismos errores.

Justamente ésa es una de las principales razones por las que es oportuno y necesario reformar la Constitución: la que hoy nos rige es fruto del pacto de Olivos, anudado entre una versión decrépita del peronismo que ya no mueve el amperímetro en el mapa político nacional, y un radicalismo que entonces estaba en crisis, y desde allí pasó el gobierno de la Alianza -helicóptero incluido- y sucesivos desastres electorales hasta hoy; en que se debate en un internismo sin fin, en medio de interrogantes sobre su subsistencia como fuerza política.

No es del caso acá señalar aspectos puntuales de la reforma que se pueden revisar (como la provincialización de los recursos naturales estratégicos del artículo 124, en el marco de una discusión mucho más profunda sobre el federalismo), pero sí apuntar que el contexto político ha cambiado, y los sueños de Alfonsín de introducir remiendos parlamentarios en nuestro sistema presidencialista (como el Jefe de Gabinete), o exquisiteces propias de las democracias del norte (como el Consejo de la Magistratura), chocaron de frente contra la realidad.

Lo que dejó de la reforma cuestiones más prosaicas y pedestres como el tercer senador, una bolsa de trabajo para dirigentes radicales que perdían las elecciones a gobernador en sus provincias.

Y un dato no menor: este aspecto del asunto es percibido por los grupos del poder económico (y los medios que los expresan, y son parte de ese mismo poder) para oponerse de plano a todo intento de reforma, no ya por un eventual tercer mandato de Cristina; sino para que perdure en el más alto rango de la organización jurídica del Estado una visión de la economía y el rol del Estado con la que se sienten cómodos (en lo central, la del 53'), y un sustrato político de sustento de esa norma que hoy ya no existe o en todo caso: que no alcance esa jerarquía el que se expresó con contundencia notable en las urnas el 23 de octubre.

Claro que con la plasticidad que los caracteriza salen a gritar ofendidos -Constitución en mano- cada vez que una medida del gobierno lesiona o amenaza sus intereses (como con la ley de medios, o la estatización de las AFJP), para esconderla escrupulosamente cuando no les conviene (como en la discusión por la participación de los trabajadores en las ganancias), o llevársela puesta siempre que lo crean conveniente (la mayor parte del tiempo). 

Toda Constitución intenta un modo de organización del aparato estatal y consagración de los derechos ciudadanos, y expresa la dialéctica entre la sociedad y el derecho como producto cultural: hay avances, retrocesos, cristalización de logros, sentido prospectivo de lo que se desea como meta. 

Son las condiciones objetivas (económicas, políticas, culturales, sociales) en que ese texto se inserta las que determinan en que medida refleja la realidad, o la modifica; y son esas condiciones las que han cambiado desde 1994, y sobre todo desde la salida de la crisis del 2001, transitada bajo el kirchnerismo; y en buena medida los cambios (aun culturales) están ajenos hoy a ese texto.

Discutir hoy una reforma sería además una excelente oportunidad para debatir el rol del Estado y su interacción con los poderes fácticos que no están institucionalizados en el texto constitucional; a partir de experiencias políticas concretas: el conflicto agropecuario, el debate de la ley de medios, la estatización de las AFJP, el culebrón de las reservas del Banco Central, los alcances de la seguridad social o el manejo de los recursos naturales.

Y hacerlo también superando la estrechez de la idea de la famosa división de poderes y los controles republicanos (un debate que por momentos parece anclado en el siglo XVIII), para ensanchar el espacio del Estado y de la sociedad que él representa políticamente (la reforma del 94' incorporó nuevos derechos, pero desde una óptica noventista del "tercer sector"), frente al mercado, sus intereses y actores; sin lo cual se resiente seriamente (y se lo puede percibir a diario) ese carácter político ordenador de la Constitución.

¿VIERON QUE SIEMPRE HAY QUE LEER LA LETRA CHICA?


Al final tiene razón Pino Solanas: hay que leer siempre la letra chica.

Así por ejemplo entre que te voy al festival de Cosquín a acompañar a la delegación santafesina, o te voy a la maratón Santa Fe Coronda a entregarle el premio al ganador, te empomo con un aumento de impuestos; algo que ya fue primicia de Nestornautas acá. 

Ahora, esta gente del socialismo que está con el tema de la transparencia y todo eso, ¿no cree que a la gente o a las empresas les interesa un poquito más saber si tendrá que pagar más impuestos, que ver en que se entretiene Bonfatti los fines de semana?