Tal como se venía anunciando desde hace un tiempo y por obvias presiones de los Estados Unidos, este miércoles (inmediatamente después de la visita del Secretario del Tesoro) se publicó en el Boletín Oficial el Decreto 273 (completo acá), por el cual se habilita la importación definitiva para consumo de bienes usados con simple declaración jurada, modificando una resolución de Cavallo de 1994.
La medida comprende por supuestos a los bienes de capital, como por ejemplo la maquinaria agrícola, y fue precisamente este aspecto el que encendió las alarmas en Santa Fe, en cuyo territorio radica el 44 % de la producción nacional del rubro; concentrada a su vez en Las Rosas y Las Parejas, en el Departamento Belgrano.
La cuestión tomó estado público en pleno proceso electoral santafesino, al punto de que se viralizó en las redes un video en el que alguien explicaba las consecuencias de la apertura para el entramado productivo de la zona, fuertemente vinculado al sector, cuya maquinaria cuenta además con un 80 % de partes producidas por otras empresas de la zona y de la provincia; lo que lo convierte en un ejemplo exitoso de cluster de empresas vinculadas y entramadas entre sí generando empleo genuino y de calidad, y promoviendo el arraigo en el interior de la provincia y del país.
Todo eso es, entonces, lo que estaba en riesgo ante la posibilidad de que el gobierno nacional -cediendo a una de las exigencias de los Estados Unidos a cambio de su apoyo para conseguir el préstamo del FMI- habilitara la importación de maquinaria usada, en un contexto ya de por sí difícil por la recesión y la caída del consumo, y en el que el sector agropecuario está retaceando sus compras por una política económica que los perjudica claramente, pero como no estamos en un gobierno peronista, decidieron callarse la boca y no salir a cortar rutas.
Pues bien, el domingo pasado -como los de toda la provincia- los habitantes del Departamento Belgrano fueron a las urnas, y con ellos, los de las municipalidades de Las Rosas y Las Parejas, donde como se dijo están ubicadas las principales empresas del sector de maquinaria agrícola.
La imagen de apertura nos muestra como resultó la cosa para el nivel departamental de la elección de convencionales constituyentes: el candidato de "La Libertad Avanza" (actual intendente de Las Rosas) ganó con el 42,08 % de los votos, seguido por el actual senador provincial por el Departamento Belgrano, que era el candidato de Pullaro; y entre los dos acumularon el 76,25 % de los votos.
En la misma categoría de cargos (convencionales por el departamento), el candidato de LLA obtuvo el 67,77 % de los votos en Las Rosas, y si bien fue segundo en Las Parejas a corta distancia del candidato pullarista, entre ambos sumaron allí el 69,67 % de los votos. En Las Rosas esa sumatoria llegó al 74,97 %. Por si alguien piensa que en la elección pudieron influir los factores locales, hay que recordar que Las Rosas no eligió concejales, y en Las Parejas (donde sí se elegían), la fuerza que responde a Milei ni siquiera presentó candidatos a esa categoría de cargos.
Es decir que entre los candidatos del gobierno que amenazaba (y cumplió) con tomar una medida mortal para los intereses de las empresas y trabajadores de la zona, y los del gobernador que viene secundando todas y cada una de las políticas de ese gobierno nacional con alguna que otra tibia protesta para cuidar las formas (y el caso de la maquinaria agrícola importada no fue la excepción, como no lo fue la hidrovía y otros tantos temas similares) se alzaron con 3 de cada 4 votos de los habitantes de la región.
El propio Pullaro en una ronda de medios nacionales el día después de la elección (y un día antes de que la medida temida se concretara) decía que al país le venía bien que al presidente le fuera bien, aunque el presidente nos cague de hambre (ese día devaluó, de hecho), la gente pierda su empleo, las fábricas cierren o el país quede endeudado por vida, como consecuencia directa (y deseada) de su plan de gobierno.
Pero más allá de Pullaro, Milei o Meyer, el episodio debe servir para reflexionar sobre que vota la gente cuando vota, bajo que premisas o de que modo interpreta la realidad, aun aquella que la afecta de modo directo: ahí andan por ejemplo los trabajadores de las automotrices penando por sus trabajos, o los productores agropecuarios mascullando por lo bajo (para que no se note) sus quejas contra las políticas oficiales. Mejor no repasar los números del balotaje presidencial de 2023 en las zonas rurales, o en las ciudades donde hay localizadas plantas automotrices.
La pregunta es ¿Qué se hace con esto para no quedar condenados a repetirlo una y otra vez, simplemente seguir repitiendo que el pueblo nunca se equivoca, o que es lo mejor que tenemos y ya está?
"El pueblo no se equivoca" se interpreta mayoritariamente de modo incorrecto. Lo que hace el pueblo no es responder un examen sino manifestar su voluntad, por eso "no se equivoca", porque no se trata de acertar o equivocarse.
ResponderEliminarPensarlo del modo en que lo planteo puede aliviarnos un poco la frustración. Y ojalá sirviera para que al momento de elaborar propuestas para una elección dejemos de lado lo que suponemos que el pueblo quiere escuchar para decir lo que pensamos hacer. Lamentablemente, la dirigencia (casi sin excepciones) parece empeñada en lo contrario, lo cual sólo lleva a que la tolerancia con quienes llegan al gobierno sea cada vez más corta.
que suden sangre quiero. que deambulen por las calles con hambre y terror quiero
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