LA FRASE

"ELCOMITÉ DE CRISIS POR LA GUERRA EN MEDIO ORIENTE LO DISOLVÍ AL DÍA SIGUIENTE DE CREARLO PARA QUE VEAN QUE VOY EN SERIO CON LO DE ACHICAR EL ESTADO." (JAVIER MILEI)

viernes, 11 de noviembre de 2011

60 AÑOS DEL DÍA QUE VOTARON LAS MUJERES


Se cumplen hoy 60 años de las elecciones nacionales de 1951, en las que Perón fue elegido por segunda vez presidente de los argentinos por una amplísima mayoría.

La fórmula que integraba (al igual que en 1946) junto a Jazmín Hortensio Quijano obtuvo 4.745.168 votos, el 62,49 % del total; el porcentaje más alto obtenido por un candidato a presidente en toda la historia argentina, hasta hoy.

Los argentinos plebiscitaban a un gobernante que venía conduciendo incluso antes de su primer mandato constitucional un proceso de transformaciones políticas, económicas y sociales sin precedentes hasta entonces en la historia argentina; y que desde allí constituye una insoslayable referencia cuando de remembrar épocas en que nuestro pueblo fue feliz.

En particular los trabajadores premiaban con su voto masivo y militante al hombre que les había reconocido la dignidad de seres humanos, ábriéndoles un lugar que hasta entonces les era negado en la construcción del país de los argentinos, con plenitud de derechos y con los medios necesarios para hacerlo efectivos.

Los partidos opositores que integraron en 1946 la Unión Democrática asistieron al comicio con fórmulas separadas, y el segundo lugar (con el 31,81 % de los sufragios, casi la mitad de los logrados por la fórmula ganadora) fue para la fórmula de la UCR integrada por Ricardo Balbín y Arturo Frondizi.

Pero la nota saliente de la elección estuvo dada por el estreno en las urnas de las mujeres argentinas: tras la sanción en septiembre de 1947 de la Ley 13.010 que les concedió los derechos políticos (como resultado de una larga lucha que coronó Eva Perón), por primera vez las argentinas podían participar de la elección de las autoridades del gobierno nacional.

Quizás como reconocimiento a la figura de la abanderada de los humildes y a la propia conquista de los derechos políticos (sumados a la ampliación de derechos de los trabajadores, condición que cada vez más mujeres revestían), el apoyo a Perón fue mayor aun entre las noveles sufragantes; porque en las mesas femeninas su candidatura superó el 64 % de los sufragios.

También como consecuencia del otorgamiento de los derechos políticos a las mujeres, ingresaban por primera vez legisladoras a ambas Cámaras del Congreso de la Nación, todas elegidas en representación del Partido Peronista.   

La campaña estuvo enmarcada en un clima de tensión política que tuvo su clímax con la intentona golpista de Menéndez el 28 de septiembre; y con la oposición de sectores militares a la candidatura de Evita a la vicepresidencia, proclamada por la CGT en el histórico Cabildo Abierto del Justicialismo del 22 de agosto, y declinada por Evita el 31 del mismo mes, en un mensaje radial que dio lugar a lo que se conoce como su renunciamiento histórico.

Visiblemente afectada en su salud por el cáncer que acabaría con su vida, Eva insistió con tenacidad para ejercer el nuevo derecho conquistado por las mujeres argentinas (en lo que ella misma tuvo gran protagonismo como se dijo), y votó en una urna volante en el hospital en que estaba internada, como lo muestra la ya clásica imagen que ilustra este post.

60 años después de aquel día histórico, los argentinos vivimos tiempos distintos, pero con semejanzas que retemplan el ánimo, y similitudes que obligan a estar atentos y no bajar la guardia en la lucha por construir un país más justo.

Como entonces, el peronismo volvió a enamorar a vastos sectores del pueblo argentino que plebiscitaron a Cristina hace menos de 20 días con el 54,11 % de los votos, ratificando con la contundencia de esos números su deseo de que el país persevere en el rumbo escogido a partir del 25 de mayo del 2003, y que lo profundice para lograr concretar todo lo que falta.

También como entonces hay sectores -minoritarios pero poderosos- que no se resignan a aceptar que en la democracia, es la voluntad popular la que resuelve no sólo quien gobierna, sino como lo hace y hacia donde conduce la nave del país; y pretender condicionar al gobierno elegido por la inmensa mayoría del pueblo argentino, en beneficio de sus propios intereses.

Y también como entonces tenemos los argentinos (en especial los peronistas, pero no solamente nosotros) a una mujer excepcional (sin comparaciones absurdas de cosas que son incomparables) de la que Evita hubiera estado orgullosa, porque al igual que ella, se sobrepuso a su propia tragedia personal para perseverar con firmeza y decisión en el rumbo trazado.

Y al igual que entonces nos toca a los que la votamos, ayudarla a llegar a buen puerto por ese rumbo, contra todas las amenazas y acechanzas; en este nuevo tiempo en el que -al igual que en los años del primer peronismo- las mujeres también han visto conquistar y ampliar derechos.         

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