LA FRASE

"DE MI ASCENSO A SECRETARIO DE ESTADO SOLO DIRÉ QUE SI UNO ES BUENO EN LO SUYO, EL RECONOCIMIENTO SIEMPRE LLEGA." (MANUEL ADORNI)

domingo, 1 de septiembre de 2019

¡SÍ, CEPO EDE!


La aceleración de la crisis final de su gobierno es impiadosa con nuestro presidente Fatiga: lo obligaron a trabajar un domingo de superclásico, para firmar un DNU en el que se tuvo que tragar su orgullo, y hacer lo que dijo que nunca haría: reponer la obligación de los exportadores de liquidar las divisas en el país, e imponer restricciones a la compra de dólares.

Habrá que ver con que ingenioso sinónimo reemplaza la factoría de Marcos Peña la palabra "cepo", para explicar lo que acaba de decidir Macri mediante el DNU 609 (completo acá en el Boletín Oficial), que por supuesto y tratándose del macrismo, viene con trampa: ni siquiera menciona como antecedente al Decreto 893/17 del propio Macri que eximió a los exportadores de liquidar las divisas, como si nunca hubiera existido.

Y el plazo en el que deberán hacerlo a partir de mañana tampoco figura en el decreto, sino que lo establecerá el Banco Central; del mismo modo que tampoco se aclara si son las divisas disponibles a la fecha en poder de los exportadores por operaciones anteriores, o las que perciban de ahora en más por operaciones en curso: ¿abren una paritaria con las cerealeras, petroleras y mineras a ver que plazos están dispuestas a aceptar, y cuántos dólares soltarán?.

Lo mismo pasa con las restricciones a la compra de dólares, y las trasferencias de divisas al exterior: el DNU no indica un tope o límite concreto, sino que lo difiere a reglamentaciones que deberá dictar el BCRA, "...con base en pautas objetivas en función de las condiciones objetivas del mercado cambiario y distinguiendo la situación de las personas humanas de la de las personas jurídicas...". 

Es decir, tampoco es que existan demasiadas precisiones, ni mucha sofisticación en la fijación de prioridades para el acceso a las divisas, cosa que sería pedirle peras al olmo; y otro frente de negociación abierto, en el medio del incendio: ¿tendrán prioridad en la venta de dólares las personas jurídicas (aportantes de campaña, socios) o las personas físicas (parientes, base electoral)? 

Acá Sebastián Soler menciona una circular del Banco Central que hablaría de cinco (5) días hábiles para liquidar divisas de exportación, y diez mil (10.000) dólares mensuales como cupo máximo de compra de dólares, sujeto a autorización de la autoridad monetaria: 

Detalle de color: conocedor de los bueyes con que ara (al fin y al cabo, su propia clase) dice Macri en el artículo 3 del decreto que faculta al Banco Central "...para establecer reglamentaciones que eviten prácticas y operaciones tendientes a eludir, a través de títulos públicos u otros instrumentos, lo dispuesto en esta medida...". Sin embargo y como contrapartida, el "cepo" macrista no exige estar al día con el pago de los impuestos ante la AFIP para poder acceder a comprar divisas. 

En síntesis, un gobierno en retirada y en completo default: político, electoral, económico, financiero, de autoridad y conceptual; resignando todas y cada una de las banderas que decía sostener, salvo los negocios para los amigos: sospechamos que la "letra chica" pendiente de los anuncios tiene más que ver con eso, que con otra cosa: quienes "consiguen la pulserita" para acceder al VIP donde se venden los billetes verdes.  

Es difícil saber si las medidas son el resultado de que el FMI le bajó el pulgar al nuevo desembolso del préstamo, o la condición impuesta para que este finalmente llegue: los días por venir revelarán la incógnita. ¿El diputado Bossio volverá a ponerse el sombrero? 

Porque este es otro costado del asunto: las medidas que tarde, a regañadientes y mal termina tomando Macri ante la gravedad del desastre, son las que dictaba el sentido común, desde el principio. Repone mínimas salvaguardas que nunca debió haber sacado (como la obligación de liquidar las divisas), y aun resiste imponer controles al movimiento de capitales; todas parte de las medidas que junto con las restricciones al acceso a las divisas y las transferencias al exterior (como la remisión de utilidades de las multinacionales con negocios en el país), con el kirchnerismo se denominaron despectivamente "cepo", y de las que no pocos de este lado se despegaron culposamente.

El tiempo terminó demostrando que bajo ciertas circunstancias son necesarias, o aun imprescindibles. Enseñanza para el futuro: podremos discutir cuestiones técnicas de implementación, pero no dejemos que estos fracasadores seriales nos corran en lo conceptual, cuando sus ideas extraviadas han fracasado estrepitosamente. Tuits relacionados: 




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