LA FRASE

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viernes, 29 de noviembre de 2019

DICE LIFSCHITZ QUE EL PERONISMO TUVO RAZÓN DESDE EL PRINCIPIO


El 20 de noviembre pasado y contrariando lo que le había prometido a Omar Perotti, Lifschitz mandó a la Legislatura el proyecto de Presupuesto provincial 2020: ver acá la información en detalle en el portal oficial del gobierno. Cuando se conocieron detalles del proyecto, aprobado de inmediato por el Senado en un trámite express al día siguiente, desde distintos sectores del peronismo se advirtió que además de una turrada política (armar un presupuesto que va a ejecutar otro gobierno), el presupuesto dibujado por Lifschitz y su gabinete era un mamarracho, por varias razones.

Para empezar, porque subestimaba los gastos corrientes (salarios de los empleados públicos, gastos de funcionamiento de los organismos y reparticiones, coparticipación a los municipios y comunas, subsidios a la enseñanza privada, transferencia para planes sociales, comedores escolares y copa de leche, pago de los servicios públicos, etc; ya que los mismos crecían un 25 % interanual, contra un 43,5 % del crecimiento interanual del gasto total.

De ese modo se dibujaba un resultado económico (superávit corriente) de 60.000 millones de pesos, con el cual en teoría se financiaría un ambicioso plan de obra pública de más de 42.000 millones de pesos (cuando al 30 de septiembre de éste año se llevaban ejecutados 16.000), contabilizando además como recursos 10.000 millones de pesos que llegarían de la nación en pago parcial de la deuda determinada por el fallo de la Corte Suprema de la Nación de finales del 2015 por la masa precoparticipable que iba a la ANSES, más otros 11.722 millones de pesos que llegarían también de la nación, para financiar el déficit de la Caja de Jubilaciones y Pensiones.  

Como al mismo tiempo se le negaba al gobernador la facultad de transferir partidas de gastos de capital a gastos corrientes, se lo ataba de manos para garantizar el normal funcionamiento del Estado (los gastos corrientes oscilan entre el 90 y el 95 % del total, en promedio, cada año), pagar en tiempo y forma los salarios de los empleados públicos, y poder afrontar los compromisos derivados de los aumentos que se pactaran en paritarias. Se dijo también que no se lo autorizaba a endeudarse para financiar el déficit, porque se dibujó un superávit financiero 3118 millones de pesos, al que se llegaba como se explicó con recursos inflados en por lo menos 21.722 millones de pesos.

Ese presupuesto que mandó Lifschitz a la Legislatura contempla como recursos provenientes de "Fuentes Financieras" $ 3.984.173.000, de los que corresponden a "Disminución de la Inversión Financiera" (uso de los plazos fijos bancarios hechos por el gobierno) $ 844.696.000, y a "Endeudamiento Público e Incremento de Otros Pasivos" (toma de créditos) los $ 3.139.477.000 restantes. Para ponerlo en perspectiva, éste año por el mismo concepto ("Fuentes Financieras") la ley de presupuesto le habilitó a Lifschitz $ 11.034.435.000; desagregados en "Disminución de la Inversión Financiera" (uso de disponibilidades a plazo fijo) por $ 1.896.251.000, y "Endeudamiento Público e Incremento de Otros Pasivos" (toma de deuda) por $ 9.138.184.000.

¿A qué viene todo esto? A que como muestra el decreto de apertura, el 14 de noviembre pasado (o sea, apenas 6 días antes de mandar el Presupuesto 2020 a la Legislatura), Lifschitz dictó un decreto "ad referéndum de la Legislatura" (un virtual DNU), por el cual amplía el presupuesto 2019 en $ 18.608.400.000 (artículo 1), o sea más de 18.608 millones de pesos. 

Por el lado de los recursos, la ampliación no se basa (como pasa en otros casos) en una mayor recaudación tributaria que la prevista en el presupuesto, sino en el uso de "Fuentes Financieras", que uno de los anexos al decreto identifica como endeudamiento para "Insuficiencia Presupuestaria"; porque como dice el propio decreto, las partidas quedaron en rojo, y tienen que reforzarlas.

Acá aparece la primera conclusión: se fumaron todas las "Fuentes Financieras" previstas para el ejercicio (esos algo más de 11.034 millones de pesos provenientes de plazos fijos bancarios, y préstamos, incluidos los internacionales en divisas), y necesitaron reforzarlas con un 68,64 % más de ese rubro, con lo cual este año las "Fuentes Financieras" terminarán siendo en la Cuenta de Inversión, como mínimo, $ 29.642.835 (sí: casi 29.643 millones de pesos); y seis (6) días después plantean un presupuesto en el que en éste rubro le quieren dejar a Perotti (al que le dejan una abultada deuda flotante con proveedores y contratistas) solo $ 3.984.173.000: 7,44 veces menos, visto en porcentaje, apenas el 13,44 % de las "Fuentes de Financiamiento" que tuvo Lifschitz en su último año de gobierno.

¿Y quién se avino a prestarle a su gobierno semejante suma? En realidad, él mismo, porque son adelantos en descubierto en el Nuevo Banco de Santa Fe de Eskenazy, a descontar con sus intereses de los depósitos oficiales en el banco. ¿Se entiende ahora por qué tres días antes le renovaron el contrato como agente financiero de la provincia por cinco años?

Pero más interesante aun es el decreto si se lo analiza por el lado de los gastos, es decir a que se destinaron esos 18.608 y pico de millones de pesos: al pago de los aumentos salariales pactados en las paritarias. Y dicen por qué lo tuvieron que hacer: porque esos aumentos fueron pactados después de que se mandó a las Cámaras el proyecto de presupuesto para éste año, a fines del 2018: para ser más precisos, el 18 de noviembre del año pasado, cuando a Lifschitz no le preocupaba excederse en casi 50 días, del plazo previsto por la Constitución al respecto.

O sea y para que se entienda, exactamente la misma situación que se dio este año, porque el presupuesto 2020 que el propio Lifschitz envió a la Legislatura llegó en noviembre, y a esa fecha aun no están cerrados los aumentos salariales porque las paritarias con los estatales santafesinos arrancan en los primeros meses del año que viene. Lo cual quiere decir que no solo las críticas del PJ al presupuesto que acaba de aprobar la Legislatura en base al proyecto enviado por Lifschitz son exactas, sino que el propio Lifschitz lo corrobora éste año, con este decretazo firmado a menos de una semana de enviar el presupuesto.

Y mientras él hace uso de la atribución de endeudarse para aumentar el presupuesto para pagar sueldos, le quiso negar a Perotti la atribución de modificar en forma compensada (o sea, sin aumentar el gasto ni contraer deuda) las partidas del presupuesto, transfiriendo recursos previstos para gastos de capital (inversiones, obra pública), para afrontar gastos corrientes; que como se dijo están subestimados en el presupuesto. 

Precisamente, estos 18.608 millones de pesos que dice Lifschitz que costaron las paritarias determinan el nivel de la masa salarial que va a tener que afrontar la gestión de Perotti, antes de empezar a discutir los aumentos con los gremios de los trabajadores estatales; dicho esto para el banana del diputado Blanco, que lo chicaneaba a Perotti diciendo que al quejarse del presupuesto armado por Lifschiz, en realidad estaba ocultando que quiere hacer un ajuste salarial, y no pactar aumentos en paritarias. 

Restaría saber si el Decreto 3666 fue notificado por el Poder Ejecutivo a la Legislatura como manda la Ley 10.401 y cuando, porque el plazo que establece el Decreto 400/05 cuando se dictan decretos "ad referéndum" de las Cámaras como éste, se vence hoy. No sea cosa que además de dibujar los números del presupuesto, los muchachos le hayan ocultado a los legisladores una información clave para decidir que hacer con el presupuesto. Porque si algo demuestra el decreto (dicho por el propio Lifschitz) es que en la discusión el peronismo tuvo la razón desde un principio. 

Además de, por supuesto, saber si lo sacaron justo cuando se les terminaban las partidas para pagar sueldos, o se les agotaron antes y echaron mano a cualquiera con saldo disponible aunque tuviera un destino diferente (lo cual sería malversación de caudales públicos, que es delito), y luego  quisieron acomodar los tantos con el decreto. Tuits relacionados: 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Con cuatro o cinco como Busatto las cosas serían muy distintas. Aveces -como en el tema del presupuesto socialista- parece que remara solo y que los demás miran.