LA FRASE

"LA CANTIDAD DE PERROS DEL PRESIDENTE ES UNA DE LAS CUATRO O CINCO COSAS EN LAS QUE LOS ARGENTINOS NOS TENDRÍAMOS QUE PONER DE ACUERDO." (MANUEL ADORNI)

miércoles, 9 de diciembre de 2020

LAS COSAS POR SU NOMBRE

 


A un año de gobierno del "Frente de Todos", en la Argentina sigue habiendo presos políticos. No "detenciones arbitrarias" como le gusta decir al presidente: presos políticos, con todas las letras, y con todo lo que eso implica. 

Por causas políticas desde el inicio, con testigos y pruebas armados políticamente, persiguiendo propósitos políticos: la exclusión del adversario político, su corrida de la competencia democrática, por vías no electorales. Y a un año de la asunción del nuevo gobierno, sigue habiendo presos políticos porque subsisten, intactas e intocadas, las estructuras legales y judiciales del lawfare. Y no lo decimos nosotros: lo dice acá Cristina, con todas las letras, tal cual es su estilo habitual. 

Y sigue habiendo además presos políticos, porque el gobierno no hizo nada para que no los haya, ni siquiera con los recursos institucionales a su alcance: no propició la derogación de la inicua ley del arrepentido, no impulsó la ampliación del número de miembros de la Corte o el juicio político de sus actuales miembros, Casal y Stornelli siguen en funciones, perpetrando barbaridades como si nada hubiera pasado, o no estuvieran ellos mismos imputados por delitos en la justicia.

Tampoco se impulsan ni activan con interés las causas que involucran a Macri y sus funcionarios, que siguen libres, y pontificando sobre todos los temas de la realidad nacional, como si no hubieran perpetrado el desastroso gobierno que padecimos. Si alguien conoce alguna actividad al respecto del Ministerio de Justicia, la OA, la UIF, la AFIP o los organismos que deberían actuar como querellantes en esas causas, se agradecerá la información. 

Se podrá argumentar que, con la crisis heredada del macrismo y la provocada por la pandemia, había y hay otras cuestiones más urgentes, pero además de que ese argumento sería como reconocer que no somos capaces de caminar y masticar chicle al mismo tiempo, tampoco es como que en otras cuestiones más acuciantes se vea una actividad febril de parte del gobierno y los funcionarios. A menos que se considere tal negociar con los frigoríficos para que ofrezcan tres cortes de carne a precios accesibles para las fiestas, o que el ministro de Trabajo diga que está satisfecho con la evolución de los salarios frente a la inflación, o que habría que revisar algunos convenios colectivos de trabajo.

Por estos días se viralizaron en las redes tuits de Alberto de hace un par de años atrás, diciendo que los que pedíamos ya entonces por la libertad de los presos políticos necesitábamos ir a un psicólogo porque no nos dábamos cuenta que "eso resta". Es tan obvio que todos -Cristina la primera- dejamos atrás esas y otras expresiones suyas en aras de la unidad necesaria para derrotar al macrismo, como que si hubiera que juzgarlo por sus actos, deberíamos concluir en que sigue pensando hoy lo mismo que pensaba entonces, en líneas generales.

Por entonces, no sólo él sino otros actores hoy importantes del "Frente de Todos" se prendían gustosos a la cruzada moralizadora del macrismo, que buscaba erradicar de la vida política argentina a Cristina y al kirchnerismo, y los daban a ambos por muertos. Muchos hoy aliados apoyaron -y propagandizaron- esperpentos jurídicos como la ley del arrepentido o la "extinción de dominio", y votaron el infame desafuero de De Vido: mientras coincidían con el macrismo en que Cristina y el macrismo eran cosa del pasado, se preparaban para heredar sus votos, tal como los partidos "democráticos" soñaron después del 55' y del Decreto 4161/56 con heredar los votos del peronismo, es decir: un caso similar de miopía política.

No es casual que hoy sean esos sectores los mismos que guardan un estruendoso silencio frente a las canalladas que se perpetran contra Boudou y los demás presos políticos: quizás su hipótesis política siga siendo la misma de entonces. Pues amigos, las cosas por su nombre: el blanco final del "lawfare" es Cristina, y sin ella y el kirchnerismo no hay, lisa y llanamente, "Frente de Todos"; y solo Dios sabe que lo sucedería como representación del peronismo mayoritario y las demás fuerzas nacional-populares, y con que suerte electoral.  

Y si optan por guardar silencio ante la situación de los presos políticos pensando que a ellos no les va a tocar porque "no anduvieron en nada raro" (si alguno ve un tufillo procesista en el razonamiento, es porque lo hay: son tiempos de grupos de tareas judiciales) o porque no se metieron con quienes no se debían meter, el error es más grosero aun, y podrían verse en el espejo de Menem: mientras le sirvió al poder real (es decir, a Clarín y los principales grupos económicos del país) porque podían sacarle cosas, lo pintaron rubio y de ojos celestes, y con dotes de estadista. Cuando ya no pudieron sacarle más jugo, le aparecieron las causas judiciales, y hasta le armaron la salida opositora con la Alianza.

Para el caso si el descartable de turno da motivos reales para que lo hagan caminar por los tribunales (como Menem), mejor; si no, si nos los da, le armarán todas las causas que sean necesarias, como a Cristina. De allí que subestimar la cuestión del "lawfare" o los presos políticos sea un gravísimo error político, además de una turrada con esos compañeros: al no hacer nada frente a la perpetuación de ese aparato extorsivo, se le está confirmando a ese poder oscuro (representado por los medios, el poder económico y sus ramificaciones judiciales) su autoasignado rol tutelar de la democracia.

En síntesis: vos podés cuidar tu culo como mejor lo creas conveniente, y entregando lo que te parezca que debas entregar para hacerlo. El tema es cuando haciéndolo estás rifando el voto que te dieron, haciéndole perder buena parte de su sentido. Eso excede claramente a la situación de los compañeros presos, y es jugar con cosas que no tienen repuesto. Tuit relacionado:    

3 comentarios:

Cíborg K dijo...

Excelente. Suscribo al pie.

CK

mario dijo...

MUY BUENA NOTA., MUY BUENA. CON INFORMACIÓN, MEMORIA Y OFICIO PERIODÍSTICO Y, LAMENTABLEMENTE, LA PEGAN EN TODAS MUCHACHOS. LA QUE TE JEDI,LA MÁS AMADA Y ODIADA DESDE EVITA A ESTA PARTE SIGUE SIENDO EL ALEPH DE LA POLÍTICA NACIONAL. Y QUIEN HA SIDO JEFE DE CAMPAÑA DE MASSA Y RANDAZZO, QUE SE ABRIÓ CON LA 125, EL CANCILLER ALIADO DE DN Y MM, DEBEN CONFIAR, COMO DICEN USTEDES, QUE A ELLOS JAMÁS LES PASARÁ NADA. EL EJEMPLO DEL SULTÁN RIOJANO DEBERÍA ALECCIONARLOS: ROMA NO PAGA TRAIDORES. LA GRANDEZA DE CFK, QUE PERDIÓ A SU COMPAÑERO, A LA QUE LE ENFERMARON LA HIJA, NO VACILÓ EN LA JUGADA ELECTORAL PARA PROPINARLE UN PUNTAPIÉ EN EL HUESITO DULCE AL CIPAYO INCULTO, CRUEL Y HAMBREADOR Y POR ESO EL PRUDENTE UNIVERSITARIO ES, HOY, PRESIDENTE, TAL COMO EL MODERADO CONTADOR DE LA PERLA DEL OESTE ES GOBERNADOR. SALUTE COMPAÑERA CRISTINA. VIVA PERÓN !!!

Anónimo dijo...

Hay una forma de ver el vaso medio lleno. Cristina lo puso a Alberto porque era un mal necesario para ganar las elecciones. Ahora, con ella en el Ejecutivo, tenemos esperanza.
Hay que reforzar en todos lados la lealtad a Cristina. Desde el congreso a las gobernaciones e intendencias.

Que sepan los votados que sus votos son de Cristina. Que ella se los presta.
Que sepa Alberto que él no existe políticamente, solo es presidente porque Cristina así lo quiso. Porque ese es el poder que tiene, de elegir, si quiere, quien sea presidente
Que sepa la oposición que hoy Cristina tiene más poder que nunca, y que tiemblen.