Había una vez un niño llamado Hermes, con el que otros niños querían jugar, el más insistente era Ricardito, que lo quería siempre de pareja en los juegos de a dos, y sumarlo al equipo cuando eran juegos de conjunto.
Como pasa en los picados de los potreros de barrio, Hermes se hacía el difícil esperando que todos le rueguen que jugara con ellos, pero entonces Ricardito y los otros chicos se dieron cuenta que, con Hermes sólo, no les alcanzaba para ganar el partido.
Tenían que pensar en buscar más amigos, aunque no fueran del mismo barrio ni hubieran ido a la misma escuela, y entonces conocieron a Francisco.
Que era amable, sonriente, hasta bailaba bien y contaba chistes, y no jugaba para nada mal, más aun: Ricardito decía que lo hacía mejor que muchos de sus amigos de años, de los que en voz baja decía (para que no lo escucharan): "serán mis amigos, pero son unos pataduras, con ellos y nadie más en el equipo, nos llenan la canasta".
Y decidió hablar con Francisco para convencerlo de sumarse al equipo, y presentárselo a Hermes para que también lo conozca.
Y ahí empezó el problema: Hermes se negó de plano a jugar en el equipo si jugaba también Francisco.
"¿Pero por qué Hermes, si Francisco es muy bueno?" preguntaba un sorprendido y desconsolado Ricardito.
"¿Cómo por qué tarado?", le dijo Hermes, "¿no te diste cuenta que Francisco es un sapo, sos nabo vos?"
"¿Y cuál es el problemaa", insistió Ricardito, "le das un beso y se convierte en príncipe, como en los cuentos de hadas", dijo para convencer a su amigo de que aceptara al sapito. "Además Francisco no es cualquier sapito, no señor, es un sapo con un plan, y tiene un hermoso tatuaje en el cuello y todo", redondeó para torcer la resistencia de su amigo.
"¡No señor, de ninguna manera!" tronó un ofendido Hermes, "un sapo es siempre un sapo, lo demás son historias para niños y yo ya estoy grande". "Además, ¿quién sabe de que se trata el famoso plan ése?".
"Bueno pero no seas tan estricto", dijo Ricardito, a él lo ponemos en otro lugar de la cancha, que no juegue al lado tuyo si no te gusta y listo. Es como si en lugar de darle un beso, te lo tragás de una y ni te acordás que existe, y listo el pollo, mejor dicho el sapo", señaló para terminar de convencer a su amigo.
Después de pensarlo un poco (como diez segundos) Hermes dijo "bueno, si es así, no hay problemas con el sapo", y se lo tragó.
Y todos se fueron felices a jugar el partido, esperando ganarlo.
Porque la esperanza dicen, es lo último que se pierde. Y el apetito también, tragándose algún sapo de vez en cuando.
blog de humor K : ZONCERAS DE LOS GORILAS CRIOLLOS ... o lo que Aníbal no se animó a publicar.
ResponderEliminarPara no ser menos que don Arturo Jauretche o que Aníbal Fernández, yo también voy a publicar mi "Manual de zonceras". Un adelanto:
= Duhalde fue a consultar al médico por una grave colitis. El diagnóstico del doctor fue: "¡Ud no ...tiene diarrea! ¡Se está clonando!".
Y así, el cabezón salió contento de la clínica pues cree ir sumando adeptos para su nuevo partido político.
= Santo Biasatti fue papá y dijo en Telenoche que hace monerías y sonríe ... la bebé, claro. El, por de pronto, sigue serio como portero de velorio y más aburrido que ascensor sin espejo.
= Macri prometió "pavimentar" las calles y cumplió. Las llenó de "pavos": empezando por Rodríguez Larreta hasta llegar a la metropolitana.
Leer mas en el blog
www.kikitodulce.blogspot.com
Gracias