El culebrón sobre la conformación o no de un "frente progresista" nacional entre radicales y socialistas ocupa la mayor parte de los titulares de los medios por estos días, y la figura de Hermes Binner está en el centro de la atención.
Además de la puja interna en las elecciones santafesinas que ambos (la UCR y el socialismo) dirimieron en las urnas el domingo pasado), los chisporroteos entre los aliados comenzaron a partir de la decisión de Ricardo Alfonsín de cerrar un acuerdo en la provincia de Buenos Aires con Francisco De Narváez; algo que Binner consideró un límite inaceptable en la conformación del remanido "frente progresista".
Dejemos para otro momento la discusión sobre que es "ser progresista" en la Argentina y en éste momento, porque en definitiva si se analizan los comportamientos políticos de los autodenominados "progresistas", pareciera más un estado de ánimo, que una definición ideológica, y el propio Binner nos proporciona un ejemplo cercano para explicar de que hablamos.
Ayer se celebró en Rosario el congreso anual de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), en el que su titular Mario Llambías, se despachó con éste discurso, en el que no sólo reivindicó la asonada agrogarca del 2008 calificándola de "gesta" (por esa razón eligieron a Rosario como sede del congreso, recordando aquél multitudinario acto del 25 de mayo en el Monumento a la Bandera); sino que arremetió con todos los tópicos tradicionales de la Mesa de Enlace en su oposición a la política agropecuaria del gobierno nacional, empezando por reclamar que cese la intervención estatal en los mercados de comercialización de la producción agropecuaria, agitando el fantasma de su total estatización.
Llambías y la entidad que preside -junto a la Sociedad Rural Argentina que preside Biolcatti- expresan a la más cruda derecha del empresariado agrofinanciero, los que siempre extremaron los planteos y las metodologías de protesta del sector, y los más interesados en confrontar políticamente con el gobierno de Cristina.
De hecho, el congreso de CRA se convirtió -como lo dice la nota de La Capital- en un cónclave opositor en el cual estarán por ejemplo Alberto Rodríguez Saá, Eduardo Duhalde y Elisa Carrió; junto a operadores mediáticos y filósofos (o imitadores de Osho y Bucay) alquilados por la derecha argentina, para tenerlos a su servicio.
Cabría preguntarse entonces que hacía -en el medio de tan singular convocatoria- el "progresista" Binner pronunciando un discurso que, ciertamente, no brilló por su elocuencia o por discordar con la visión del sector agropecuario (y del país, que en el caso parecen ser lo mismo) del anfitrión Llambías.
¿No jugaron en el caso los insalvables "límites" que -al decir del propio Binner- le impiden confluir en un mismo armado político con Francisco De Narváez?
¿Ignora acaso Binner que en el interior de la provincia de Buenos Aires el principal dirigente del diputado colombiano es, justamente, un hombre de CRA?: Jorge Srodek, dirigente de CARBAP, una de las principales entidades de base afiliadas a la que preside Llambías, y la más radicalizada en sus propuestas neoliberales en lo económico.
Habrá que decir además que Binner fue más allá del hecho de dar un discurso como gobernador de la provincia donde el evento tuvo su sede: lo declaró de interés provincial con un decreto cuyos considerandos son, como mínimo, curiosos.
Y ya con anterioridad el mismo Binner había dado muestras de clara sumisión con lo más concentrado del poder agrofinanciero -y con la sociedad entre Clarín y La Nación-, con las participaciones de la provincia en Expoagro, año tras año; o cediéndoles a los cuatro jinetes del Apocalipsis (la Mesa de Enlace) nada más y nada menos que el balcón de la Casa de Gobierno -que él mismo no ha utilizado nunca-, en pleno conflicto de la resolución 125, para que desde allí anunciaran la prolongación del lock out desabastecedor, por tiempo indeterminado. Conflicto durante el cual -cabe recordar- pidió la suspensión de las retenciones a la soja.
Estas actitudes concretas, más que las vagas formulaciones teóricas de un progresismo etéreo, son las que nos permiten dudar acerca de cual es la verdadera naturaleza de los "límites" de los que hablan Binner y el socialismo para tensar la cuerda con los radicales; algo que ya dijimos acá.
Binner la pasa bien con sus amigos (como nos pasa a todos), por eso va al congreso de CRA y aplaude el discurso ultramontano y reaccionario de Llambias, un discurso muy parecido al del Gobernador.
ResponderEliminarSe hace el estrecho (en la prensa) con De Narvaez, pero se banca a Biolcatti, a LLamabías y al presidente de la Soc. Rural de Rosario (un anarquista incorregible).
Ay Hermes, que muchacho loco, tan progresista como su ídolo Estevez Boero, SOCIALISTA Y ESTANCIERO.
El Colo.