PARECE QUE NO TODOS SE SABEN LA MARCHA...

...sobre todo en la parte que dice "todos unidos triunfaremos".

Antes de ayer leíamos declaraciones del precandidato a vicegobernador que acompañó a Omar Perotti, Carlos Bermúdez, diciendo que, si el Chivo Rossi hacía campaña con el referente del Movimiento Evita Emilio Pérsico de cara a las elecciones generales de julio, no contaran con él.

Como era previsible, la respuesta de Agustín no se hizo esperar, y descalificó los dichos de Bermúdez, desconociéndole legitimidad para impugnar políticamente a Pérsico, quien es además miembro del Consejo Ejecutivo Nacional del Partido Justicialista.

El acuerdo alcanzado por los diferentes sectores del peronismo santafesino en el congreso partidario de febrero era claro: todos iban por adentro en las internas, el que ganaba conducía y los que perdían acompañaban.

El voto de los santafesinos el domingo pasado -peronistas y otros, porque fue una interna abierta- determinó a quien le toca cada rol, y dispuso que Agustín encarne la candidatura a gobernador para intentar recuperar la provincia en las elecciones del 24 de julio.

También como consecuencia de los mismos resultados, el Chivo tendrá que brindar su apoyo a candidatos a intendentes, presidentes comunales, concejales, diputados y senadores que provinieron de otros sectores internos, que no acompañaron su candidatura.

Así de sencillo, así de clarito y es lo que todos se comprometieron a hacer, si de verdad quieren ganar.

A menos que algunos -como parece ser el caso de Bermúdez- asuman compromisos que no están dispuestos a cumplir, o reclamen aceptar las reglas de juego, siempre que los favorezcan.

Además de ser todo lo que de él dice el Chivo en su respuesta, Emilio Pérsico es un militante que vino a ponerle el cuerpo a la campaña de Agustín, y puso el cuero en las dificiles, cuando la Argentina se derrumbaba en los tiempos de la Alianza, o cuando la asonada agrogarca amenzaba llevarse puesto al gobierno de Cristina en el 2008.

Sí, Cristina, la misma que hoy encabeza cómodamente todas las encuestas para ser reelecta presidenta por el voto mayoritario de los argentinos, en nombre del peronismo.

A lo mejor no en nombre del peronismo que le gusta a Bermúdez, que se disolvió en el aire en cuestión de meses; pero eso es un problema de él.

De modo que si nadie le pidió cuentas a él de su pasado cuando decidió participar de la interna, no tiene él derecho de andar eligiendo con quien puede y no puede hacer campaña nada más ni nada menos que el que ganó las elecciones.

Así que el amigo Bermúdez, custodio de vaya uno a saber que esencia metafísica del peronsimo donde no cabe Pérsico, tendría que callarse la boca, aprenderse bien las estrofas de la marchita, arremangarse y laburar para ganar las elecciones.

Si tiene ganas, claro, si no, nadie lo obliga; pero guarda después con andar levantando el dedito si las cosas salen mal, o atribuyéndose méritos que no le corresponden, si salen bien.