Es verdad que muchas veces dan ganas de matarlo, cuando abandona el rol de sociólogo o referente de la blogósfera y se pone a operar sin bisturí ni anestesia, como cuando jugaba para Pino Solanas en las elecciones porteñas del 2009.
También es cierto que a veces hincha un pelín los huevos con la dicotomía peronismo versus progresismo (aunque tenga claramente razón en el punto), o genera tensiones al pedo hacia el interior del propio espacio, como cuando empujaba por la candidatura de Boudou a Jefe de Gobierno porteño, esmerilando a Filmus.
Y que a nosotros acá en Santa Fe nos da por las tarlipes su amistad con Bielsa que a veces le nuble el juicio y lo ninguneara al Chivo Rossi; o el hecho de que levante los análisis del impresentable de Schueri, uno de los traductores del lenguaje de señas de la esfinge de Guadalupe.
Como también es cierto que no pudo esperar, y al día siguiente del cristinazo, ya está provocando una de esas polémicas que a los porteños les interesan sobremanera sobre el famoso voto cruzado; entre él y Gerardo; y otros que seguramente se prenderán.
Todo eso es tan cierto como que hay que reconocerle un mérito enorme, que hoy se valoriza más con los resultados de ayer y de cara a las generales de octubre: en el aciago segundo semestre del 2009, cuando se había perdido la elección legislativa en distritos claves como la provincia de Buenos Aires, o con rendimientos paupérrimos como en Córdoba, Capital y Santa Fe, el tipo dio el alerta y dijo: "ojo que el kirchnerismo tiene a nivel nacional un 35 % de los votos, con todo en contra, conflicto del campo, crisis internacional y derrota electoral".
Y a partir de allí empezó a sustentar la idea de la posibilidad del 40 % más uno, en la que muchos (dentro del propio espacio) no creían, y que los medios y sus colegas descalificaron por delirante, o por peores razones vinculadas a sus contratos con el gobierno (reales o presuntos, para invalidar la opinión lo mismo daba).
Y sostuvo además que la cosa pasaba por el lado de la gestión para remontar la cuesta, más que enfrascarse en la famosa "batalla cultural", aunque él tuvo además el acierto de darla en territorio enemigo: las columnas de Perfil, los programas de TN; y no le fue nada mal.
Cuando se estableció la Asignación Universal, entró a medir sus efectos en determinados bolsones del conurbano bonaerense donde había estado la clave de la derrota del 2009, y vaticinó que allí empezaba la revancha que ayer se consolidó.
Habló de la recuperación del kirchnerismo y la posibilidad de que ganara en primera vuelta, antes de la muerte de Néstor, y antes incluso de la explosión popular por los festejos del Bicentenario.
No sabemos si al hombre lo leen o lo escuchan y cuanto, en Olivos y en la Rosada, pero nos fue cantando la justa de como vendría la mano.
Y conste que no nos metemos en el terreno de las encuestas, porque allí todo es opinable, aunque últimamente el hombre se viene anotando unos cuantos porotos seguidos.
Simplemente señalamos el hecho para que, después del huracán Cristina de ayer, en un auténtico día peronista de sol a pleno, al menos en Santa Fe, hagamos un alto hoy para reconocerle el acierto.
Aunque sea un ratito, hagamos un sol para Artemio.
Muy critico, pero bueno si por esta vez pasa, jejeje abrazo a todos!
ResponderEliminarSaludos don Arte, véngase para acá a comerse unos pescaditos
ResponderEliminarUn grosso Artemio. Y otro Raúl.
ResponderEliminarMe lo llevo para reparto.
Sds!
Mi ídolo siempre fue Artemio Gordon (VASO)
ResponderEliminarNos enteramos ahora que Artemio Lopez también lee el blog.
ResponderEliminarQue lo parió, adonde hemos llegado.
Y nadie hace nada, diría Carrasco.
El Colo
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