sábado, 24 de septiembre de 2011

TIRANDO CAÑOS


Leemos en La Política On Line: "El Gobierno quería lanzar antes de octubre la construcción del gasoducto del noreste (GNEA), uno de los megaproyectos que seguramente marcará el pulso del área energética durante los próximos años y que el kirchnerismo viene anunciando desde el inicio del gobierno de Néstor Kirchner, cuando el entonces ministro de Economía, Roberto Lavagna, oficiaba de lobbysta de las iniciativas del grupo de Paolo Rocca.

La iniciativa tiene importancia estratégica porque permitirá abastecer de gas natural a más de 3,5 millones de habitantes, llevando gas natural a las provincias de Salta, Formosa, Chaco, Misiones y Corrientes, beneficiando a la población que depende de las costosas garrafas; además de sentar las bases energéticas para la radicación de industrias.

La obra demandará una inversión superior a los u$s 6.100 millones y es acaso uno d elos negocios más importantes de la Argentina. Sin embargo, una puja silenciosa con el grupo Techint, que apunta a quedarse con la provisión total de los caños de la obra demora la adjudicación, según confirmaron a LPO desde Enarsa, que tiene a su cargo la licitación del proyecto.

Es que la empresa estatal de energía dividió al trayecto troncal del GNEA en tres tramos de 400 Km de extensión para aventar las sospechas de que se trata de un “traje a medida” de Techint, como ocurrió durante la gestión de Lavagna cuando incluso se intentó aprobar una ley que otorgaba al grupo además de la obra de manera directa, multimillonarios beneficios fiscales."
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Todos recordamos la discusión en torno a la construcción del gasoducto, que quedó entrampado en el debate fallido por el Presupuesto nacional 2011; que no fue aprobado en el Congreso por la oposición, lo que obligó a Cristina a dictar un DNU para dar inicio a los trabajos; que fueron inaugurados hace poco en un tramo del Gasoducto Juana Azurduy.

También recordarán seguramente muchos de los lectores dos noticias sonadas vinculadas a Techint: la resistencia del grupo a ceder lugares a la ANSES en el directorio de Siderar en proporción a sus tenencias accionarias (lo que finalmente terminaría cediendo, ante la inminencia de una derrota de su estrategia en tribunales), y con anterioridad, su pedido al gobierno argentino para que intercediera ante Chávez por la estatización de la empresa Sidor (otra de las que conforman el hólding) en Venezuela.

En ambos casos, Techint estaba en primera plana de los medios hegemónicos, y sus argumentos eran asumidos no solo por los editorialistas de esos grandes medios: los dirigentes opositores se apresuraban a presentar proyectos en el Congreso para derogar el DNU de Cristina (en el caso Siderar), o para trabar el ingreso de Venezuela al Mercosur; en el caso de la expropiación de Sidor.

Sin embargo con esta presión del hólding para asegurarse la exclusividad en la provisión de los caños de acero del gasoducto (un negocio multimillonario en dólares) no sucede lo mismo: en Clarín ni se le menciona, y en La Nación se lo deriva a su portal de puteríos, por decirlo de algún modo.

Pensemos por un momento que hubiera sucedido con la cobertura mediática si un ejecutivo de Techint denunciaba un pedido de coimas de algún funcionario del gobierno para favorecerlos en la licitación. Es cuestión de apostar cuantas tapas de Clarín y La Nación se llevaba el tema.

Sirva el ejemplo como algo muy didáctico para demostrar como funcionan los medios, como operan los verdaderos dueños del poder en la Argentina, el trasfondo que hay detrás de algunas movidas políticas y los nenes de pecho con los que se tiene que lidiar cuando se gobierna; para que después algunos hablen de hegemonías y monarquías.  

1 comentario:

  1. Nunca hay que olvidarse de las "empresas a las que les interesa el país", el país donde puedan cobrar $5 lo que cuesta $1.

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