El abogado contratado en forma directa y sin licitación por Binner para hacerle los juicios a la Nación (y diputado nacional de la UCR en sus ratos libres), está ofreciendo públicamente sus servicios a Clarín y La Nación para llevar a la justicia el caso de la ley regulatoria de Papel Prensa (porque es la única que fabrica papel, pero guarda, ojo: no es un monopolio, eh), en caso que el Congreso la apruebe.
Una mezcla de la típica mariconeada radical de no bancarse perder una votación en el Congreso dejando la puerta abierta de judicializar el asunto (en este caso dándoles la idea a los dueños del papel) y convirtiéndose en los dueños y traductores oficiales de la Constitución; con el más crematístico interés del amigo Gil Lavedra de hacerse con unos mangos.
De paso, el ofrecimiento de los servicios le salió gratis: al hacerlo por los medios, se ahorra imprimir y repartir tarjetas del estudio.
Y además se trata de gente de confianza, como el propio Binner lo afirmó en su momento al contratarlo:
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