Lo que es tener fuentes confiables en las alfombras del poder, eh: no cualquiera se entera antes -como Mariano Obarrio de La Nación- que el vicepresidente estaría pensando en darle un vuelco rotundo al rol del cargo, para obrar de acuerdo a las instrucciones de la presidenta.
En fin, otro atropello más del kirchnerismo a las instituciones, dejando atrás la autonomía del vicepresidente, que supimos conseguir con Julio Cobos.
¿Qué vendrá después, eh?
¿Los ministros dejarán de ser autónomos, y deberán obedecer a las órdenes de la presidenta?
Ya lo dijo Morales Solá: estamos entre Chávez y Putin, o sea perdidos en el océano o en alguna parte del Africa, según como se tome el punto medio en la distancia que hay entre Venezuela y Rusia.
Joderse viejo, por ser una manga de negros cabeza que no saben lo que votan: esto con Carrió y Adriancito Pérez, o con Ricardito y González Fraga, no pasaba.
Y ni te digo si ganaban Altamira y el "Chipi" Castillo: ahí tenías asegurado desde el mismo día de la asunción dos gobiernos, que siempre serán mejor que uno.
A ver si aprenden a votar para la próxima: con la Constitución en la mano, en la parte esa que dice que el vicepresidente puede hacer lo que se le cante, sin andar consultando todo el tiempo con el presidente, porque para algo a él también lo votó la gente.
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