Sí pero no, o así como te digo una cosa te digo la otra: acepto la oferta, pero estoy disconforme con lo que me ofrecen en algunos puntos, como el monto (o sea cuanto me aumentan) y la forma de pago (cuando me lo van a pagar).
Uy, que complicado, ¿qué aceptaron al final?
Ahora lo entendemos al pobre Sileoni, lidiando con 24 provincias, con quichicientos gremios docentes en cada una, para cerrar la paritaria nacional.
Pero volviendo a la provincia, alguno se preguntará a todo esto, si son docentes privados, ¿por qué reciben una oferta de aumento del gobierno?, o mejor: ¿dónde están sus verdaderos patrones, los que los nombran (a dedo) y los echan (cuando se les antoja)?
Quédense tranquilos, están bien, gozando de sus merecidas vacaciones (en algunos casos, ellos sí de tres meses) y lejos del estrés de discutir con los sindicatos en paritarias.
Para eso lo tienen al Estado, que además paga buena parte de los sueldos con los subsidios a la enseñanza privada.
Que este año (antes de la paritaria) representaban en el presupuesto provincial $ 1.673.108.000 (más de mil seicientos setenta y tres millones de pesos).
Unos 3937 Fito Páez, digamos; pero de eso nadie habla.
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