Sobre el filo de la semana política que termina, partió para el exterior la numerosa comitiva oficial encabezada por Bonfatti, de la que participan legisladores oficialistas y opositores (los que más fluidos vínculos tienen con el gobierno socialista), y hasta algunos periodistas militantes; que por acá también los hay aunque el gobierno no sea kirchnerista.
Antes de partir, el gobernador pudo respirar algo aliviado porque la Legislatura aprobó por fin la autorización para que la administración socialista emita letras de la Tesorería por 556 millones de pesos, de los cuáles 100 corresponden a los municipios y comunas; sujetos a la transferencia de los fondos que corresponden a la ley de Financiamiento Educativo.
La sanción fue el resultado de trabajosas negociaciones entre senadores y diputados; que involucraron un acelerado ping pong del experiente para que ambas Cámaras lo voten el mismo día y que evidenciaron claramente que el centro gravitacional de la política santafesina pasa -hoy por hoy- por la Legislatura provincial, más precisamente por los contactos entre los bloques parlamentarios del PJ y la Casa Gris.
Los propios legisladores del Frente Progresista (radicales, socialistas y aliados menores) observan desde la platea, y esperan las señales del Ejecutivo sobre los acuerdos logrados con el PJ para levantar las manos.
Todos ellos experimentan así en cuero propio las consecuencias de haber adoptado el polémico sistema de boleta única que -al menos en Diputados- fue el gran causante de que el oficialismo provincial perdiera la mayoría: una experiencia con indudable valor pedagógico para estos tiempos, en que vuelve la discusión en el Congreso nacional por el sistema electoral.
El tortuoso proceso seguido por el proyecto de las letras en Diputados (tras su paso express por el Senado) ha dejado claro a Bonfatti que todos los acuerdos previos alcanzados con algunos sectores del PJ estaban prendidos con alfileres; y que la opinión de los intendentes y presidentes comunales peronistas (nucleados en el Foro que preside José Luis Freyre, también ahora presidente del partido provincial) no podrá en lo sucesivo dejar de ser tenida en cuenta.
Y la conclusión vale tanto para los proyectos legislativos originados en el Ejecutivo (como la reforma tributaria, de la que ya casi nadie habla y espera turno en el Senado), como a los que con certeza saldrán de la propia Legislatura, pero con el impulso de los jefes municipales y comunales; como es el caso de las reformas que se vienen planteando al llamado Fondo de Obras Menores.
La modificación introducida por Binner en 2008 en el reglamento de la ley no sólo la desnaturalizó, sino que en la práctica la tornó poco menos que inútil, porque los municipios y comunas tienen que realizar engorrosos trámites para hacerse de esos recursos que la ley les otorga, pero el engorro no es casual: el gobierno provincial -con una interpretación sui géneris de la norma- no los reconoce como recursos afectados y por ende los usa a discreción y los distribuye por goteo; con el resultado de que todos los municipios y comunas registran elevadas acreencias contra el Estado provincial por montos no liquidados del Fondo de los años 2009 a 2011, y no los pueden usar ni para obras, ni para solventar gastos corrientes como los sueldos del personal.
Por esa razón los intendentes y presidentes comunales del PJ presionaron a los legisladores para que se incluyera en la ley de emisión de las letras un artículo obligando al Ejecutivo provincial a cancelar esas deudas del Fondo de Obras Menores en 90 días.
Un dato político de la sesión: los dos diputados del Pj que responden directamente a Jorge Obeid (Mario Lacava y la propia hija del ex gobernador) se abstuvieron en la votación, al no haberse contestado por el gobierno los pedidos de informes tendientes a determinar el destino de los fondos que se captarán del mercado con la emisión de las letras, y las condiciones comerciales de la operación.
Los requerimientos eran lógicos, pero el obeidismo se cortó así sólo ante la estrategia de los demás sectores del PJ en ambas Cámaras de acompañar el proyecto, privilegiando la estrategia del dos veces gobernador de instalarse como principal referencia opositora de cara al 2015.
Por esa razón los intendentes y presidentes comunales del PJ presionaron a los legisladores para que se incluyera en la ley de emisión de las letras un artículo obligando al Ejecutivo provincial a cancelar esas deudas del Fondo de Obras Menores en 90 días.
Un dato político de la sesión: los dos diputados del Pj que responden directamente a Jorge Obeid (Mario Lacava y la propia hija del ex gobernador) se abstuvieron en la votación, al no haberse contestado por el gobierno los pedidos de informes tendientes a determinar el destino de los fondos que se captarán del mercado con la emisión de las letras, y las condiciones comerciales de la operación.
Los requerimientos eran lógicos, pero el obeidismo se cortó así sólo ante la estrategia de los demás sectores del PJ en ambas Cámaras de acompañar el proyecto, privilegiando la estrategia del dos veces gobernador de instalarse como principal referencia opositora de cara al 2015.
Con Bonfatti de viaje y de acuerdo a las pautas constitucionales, la provincia estará en manos de un radical por primera vez desde 1966: Jorge Henn, el vicegobernador; quien sin embargo es una figura resistida aun en su propio partido; de hecho su corriente interna es minoritaria en la UCR y hace unos días una carta pública suya a los correligionarios -en la que reflexionaba sobre el futuro partidario a partir de los fortísimos sacudones internos que provocó la discusión por la expropiación de YPF- cayó en absoluto saco roto: ningún sector interno recogió el guante.
¿Una forma de ningunear a quién -siguiendo los pasos de Griselda Tessio con Hermes Binner en el 2007- llegó al segundo cargo más importante de la provincia más por una decisión del socialismo que de su propio partido?
La aprobación de la emisión de las letras llegó sobre el filo del cronograma implícito que se autoimpuso el gobierno para utilizarlas, y aun está por verse si serán de utilidad para sortear los escollos financieros que tiene la provincia; que en poco más de un mes deberá afrontar el pago del medio aguinaldo; y que tendrá que rescatar las letras del mercado antes del 5 de noviembre, de acuerdo a las modificaciones introducidas al proyecto de ley en Diputados.
Apuros financieros que llevaron al propio Bonfatti en la semana que termina a poner en el freezzer uno de los proyectos más emblemáticas (y controversiales) del socialismo: el famoso Puerto de la Música de Rosario.
Una decisión no exenta de realismo, pero que contrasta con el empecinamiento de Hermes Binner de llevarla adelante, bien que con el acompañamiento de todo su partido, incluyendo al propio Bonfatti; y con los más importantes factores de poder de Rosario (empezando por la mismísima Bolsa de Comercio), que sin embargo no arrimaron un centavo para contribuir a financiar la mega obra, aunque formaron una fundación -ampliamente publicitada- con ese fin.
De todas éstas penurias ha puesto distancia por dos semanas Bonfatti con su periplo por países árabes y Alemania; pero lo esperarán al regreso, si nada ha cambiado.
Los escuché a Melconian definir la situación financiera de las provincias: "Están con los mismos problemas que el Estado Nacional... pero no tienen el BCRA".
ResponderEliminarNo es un problema solo de Santa Fe, hay varias provincias y municipios que o emitieron títulos de deuda o estudian hacerlo, obviamente a tasas de prestamistas de última instancia.
The party is over.
Acá la idea es que fiesta sigue digamos, de todos modos ¡Melconián!, alta fuente, eh.
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