Por A.C.
Rajoy, el Presidente de España, por estos días
criticaba agresivamente al Gobierno Argentino por la nacionalización de YPF,
haciendo declaraciones patéticas e incoherentes contra un gobierno extranjero,
constitucional y democrático, que tomó una decisión soberana, ampliamente
justificada y absolutamente legal.
El mismo personaje, que declaraba públicamente
hace tres años, que entregar el petróleo español a un país extranjero
significaba convertirse en un país de quinta categoría, pretendía en cambio,
que Repsol siguiera explotando el petróleo argentino y remitiendo grandes
utilidades a España. Sin hacer inversiones, por supuesto.
Desde la derecha española, desde el Partido
Popular al que pertenece, lanzaron una cruzada contra la nacionalización de
YPF, pero la repercusión internacional fue inexistente, y en España muy escasa,
porque la situación económica española es desastrosa. Y por ese derrumbe económico, el español común que sufre la
amenaza de perder su trabajo o que ya es un desempleado, un “parado”, tiene
otro tipo de preocupaciones o urgencias. Que la sociedad española se alineara
en la defensa de inversores petroleros de diferentes orígenes y nacionalidades
que conforman una empresa petrolera
privada internacional como Repsol, es una idea que solamente se le podía
ocurrir a un hombre como Rajoy. Disculpe el Señor.
El Partido Popular y sus predicadores de la
economía de libre mercado, han privilegiado siempre, siempre, el sistema
financiero por sobre la actividad económica productiva. Aunque el Sr. Rajoy
trate de disimularlo, su partido fue gobierno en España desde el año 1996 hasta
el año 2004, ocho años en que se sentaron las bases del sistema especulativo
que estalló a través el colapso
inmobiliario originado en las hipotecas subprime, en el marco de una crisis
internacional que arrastró a España a una recesión sin precedentes. Disculpe el Señor, pero algo tiene que
ver su partido.
Como ya habláramos en ésta nota, en medio de la crisis pudimos ver, primero en EE. UU. y luego en Europa,
como los grandes detractores de la intervención estatal, recurrían a los dineros públicos
para salvar a las entidades bancarias que generaron la situación, es decir que
con el dinero de la población (víctima y financista a su vez de la crisis), se
intentaba apagar el incendio que esas entidades bancarias produjeron a
consecuencia de la falta de control de su operatoria.
Y esta semana el Sr. Rajoy, tan opuesto a
las nacionalizaciones y tan defensor de la economía de mercado, resolvió
nacionalizar Bankia, por lo que el estado español
será titular del octavo mayor banco del país y tendrá el control de
la entidad. Por supuesto con dineros
públicos, y se estima
que será necesaria una inyección de hasta 13.000 millones de dólares. Dineros públicos
que en lugar de destinarse a la reactivación de la economía real y a la
creación de empleos, se derivan desde el fundamentalismo de mercado, a salvar entidades financieras.
Mientras el desempleo en España llegó en estos días a la cifra
de 5,6 millones de personas, que representan el 24,44% de la población activa,
y se llenan las calles de indignados, el Sr. Rajoy declara que "El Gobierno
puede dar un mensaje de tranquilidad a los depositantes de Bankia" agregando que " desde luego, el Gobierno garantiza la
estabilidad del sistema financiero en su conjunto". Disculpe el Señor,
pero nadie le cree.
El Bankia ha tenido que reconocer
en estos días, una tenencia de 41.390 millones de dólares en activos
tóxicos vinculados en su mayoría al colapso del sector inmobiliario en España. Y por casualidad, solo por casualidad , el presidente
de Bankia era hasta hace unos días, un amigo de Rajoy, el Sr. Rodrigo Rato, que
fuera Ministro de Economía de España durante el período 1996-2004, esos ochos
años, que como decíamos, gobernó el Partido Popular. Algo tiene que ver la
realidad de España de hoy con aquellos días.
Y el Sr. Rato, luego de su gestión como Ministro
de Economía del Partido Popular, fue Director del Fondo Monetario Internacional
durante el período 2004-2007. Quizás por esa línea de coherencia en los
asesoramientos, el Sr. Rajoy aplicó el ajuste más profundo de la historia de
España, con una agenda de reformas neoliberales impulsadas desde la Unión
Europea y el FMI, que implican una fuerte reducción de gastos en salud y
educación pública, que disminuye el costo de los despidos laborales en el marco
de un desempleo masivo, y que direcciona fondos públicos al salvataje de la
banca. Disculpe el Señor, pero en lugar
de criticar a un gobierno extranjero que logra índices de crecimiento económico
y niveles de empleo envidiables, sería más útil para su país cambiar de
asesores.
Estas politicas de Rajoy solamente seguirán incrementando
algunos índices, los índices de recesión y de desempleo. Muchos españoles, hoy
están en la calle exigiendo explicaciones y soluciones a las consecuencias
sociales devastadoras de las políticas del Partido Popular. Disculpe el Señor, se nos llenó de pobres el
recibidor.
Un posteo excelente del SEÑOR A.C. como de costumbre. Siga participando porfi.
ResponderEliminarSu capicúa C.A.