domingo, 15 de julio de 2012

CURSO ACELERADO DE CONSTITUCIONALISMO PARA GALASSI


Es comprensible que Galassi esté caliente porque la rosca con los senadores del PJ no haya redundado en una reforma tributaria acorde con los deseos de guita del socialismo (aunque a lo mejor sobreactúe, preparando el terreno para futuras excusas).

Lo que no es disculpable es que continúe con la estrategia de victimización permanente para encubrir las falencias propias de la gestión provincial, berretizando el nivel de la discusión política; como cuando dice que Cristina y los funcionarios del gobierno nacional se comportan con los dineros públicos como si fueran propios, o que transfieren los fondos coparticipables como si los estuvieran donando.

Cristina nunca dijo eso ni nada parecido, sí señaló algo que cualquiera puede corroborar mirando las cifras (en lugar de andar sanateando gratis): las transferencias de la Nación a las provincias en materia de coparticipación federal de impuestos crecieron desde el 2003 a la fecha, tanto en términos nominales como medidas en su participación porcentual en el PBI (acá el amigo Diego Rubinzal aporta datos reveladores al respecto).   

Y han crecido como consecuencia de un modelo económico que se tradujo (entre otros aspectos) en un crecimiento de la recaudación como consecuencia del incremento del nivel de actividad, y de la gestión fiscalizadora de la AFIP: dos cuestiones con las que ningún gobierno provincial (menos que menos, los de Binner y bonfatti), tuvieron nada que ver, pero usufructúan los beneficios.

Y sin aumentar los impuestos: de hecho una de las críticas recurrentes que se le hace al kirchnerismo es no haber encarado una reforma tributaria.

Todos los impuestos (no sólo los coparticipables) son aportados por los contribuyentes para que el Estado los administre, los provinciales también, habría que recordarle a Galassi (que fungió como funcionario en dos gestiones que sí aumentaron los impuestos, más de una vez, al igual que las tarifas de los servicios públicos, algo que tampoco hizo la Nación); que también berretiza el nivel de discusión en éste punto, doñaroseando el análisis.

La cuestión es como se administran, y lo mismo pasa con el asunto del déficit: decir al aire que la Nación proyecta este año un déficit de 30.000 es decir nada, si no se señala al mismo tiempo que es sobre un presupuesto de más de 505.000 millones de pesos (o sea poco más del 0,5 %), y después de pagar los servicios de la deuda externa. 

La comparación correcta entonces es con los 1669 millones de déficit de Binner el año pasado, en un presupuesto que terminó gastando unos 31.947 millones (o sea, el déficit estuvo un poco por arriba del 0,5 %), pero con diferencias cualitativas importantes: mientras en la Nación los gastos en "Personal" son poco más del 11 % del Presupuesto, y los de Capital casi el 13 %, en la provincia el gasto en "Personal" se lleva el 40 %, y los gastos de Capital poco más del 7 %, y dentro de éstos, "·Construcciones" (la obra pública), menos del 5 %: por allí va entonces la crítica de Rossi.

Tampoco podemos dejar de mencionar la abismal diferencia que hay (en uno y otro caso) en el peso que tienen en las cuentas públicas los servicios de la deuda; como consecuencia de que, mientras Binner y Bonfatti heredaron bajos niveles de endeudamiento provincial, Cristina tiene que levantar aun los muertos engendrados durante el menemismo y el gobierno de la Alianza, aunque hayan disminuido su peso respecto al PBI por la reestructuración de la deuda externa, y la política de desendeudamiento.

Por no mencionar el hecho de que la cuestión no es que el "Chivo" crea que el gobierno nacional gasta fantástico los dineros públicos, sino que el 54 % de los que votaron en las elecciones del año pasado, piensan más o menos lo mismo. 

Y lo más ridículo de todo el planteo de Galassi (junto con la idea sembrada subrepticiamente de que Cristina  maneja la coparticipación como si fuera su propia cuenta bancaria) es que supuestamente sería nada menos que la Constitución Nacional la que establece un "piso" de coparticipación garantizado a las provincias, que el gobierno nacional estaría violando.

Que no hay normas legales que así lo dispongan quedó demostrado acá; pero más lo reafirma el hecho de que (pese a los disparates dichos por Giustiniani en el Senado) ni el gobierno de Binner ni el de Bonfatti hayan iniciado juicio o reclamo formal alguno por éste tema, aunque boqueen en los medios, y lo hayan contratado a Gil Lavedra para eso.

De todos modos, como Galassi es periodista y no tiene por qué estar informado (aunque como funcionario público no puede andar por ahí diciendo la primera boludez que le viene a la mente) le ofrecemos obsequiarle un ejemplar de la Constitución Nacional, para que busque cual es el artículo que supuestamente establece el piso de la coparticipación que la Nación debe girar a las provincias, o porcentaje alguno al respecto (esto hace acordar cuando Binner decía que el 82 % móvil estaba en la Constitución).

Como presumimos que le va a costar tanto encontrarlo como convencerse del hecho de que no existe, la edición se la vamos a obsequiar en tapa dura, para que se la pegue en la cabeza hasta que le entre la idea.      

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