miércoles, 29 de agosto de 2012

FERRERES, OTRO QUE TOMA EL TREN EN CONSTITUCIÓN


(*)

De las 24 jurisdicciones del país, 22 lograron imponer la reelección desde el avenimiento de la democracia en 1983. Han confundido democracia con reelección. (claro, antes estaba Videla, no había reelección y tampoco democracia) La democracia es elección, no va bien con reelección (que es otra elección, ponéte de acuerdo) y mucho menos cuando es permanente. Sólo dos provincias, Córdoba y Santa Fe, no tienen reelección (Córdoba sí tiene reelección, lo dice el propio cuadrito que vos acompañaste con ésta nota, en todo caso será Mendoza) y son las dos jurisdicciones más democráticas del país.(mirá vos, ¿y cuáles serían los indicadores de democracia?, el otro día en Córdoba -que tiene reelección- De La Sota hizo aprobar una ley en 25 minutos) De las 22 provincias en las que hay reelección, tenemos cuatro de ellas (Santa Cruz, San Luis, Catamarca y Formosa) donde es eterna, indefinida, para siempre, (las tres cosas significan lo mismo, quedó clara la idea) hasta que quiera irse el ganador permanente y dejarle paso a otro. (siempre está la posibilidad de que la gente no lo vote más, preguntále a Rovira) Hasta la vuelta de la democracia en 1983, la mayoría de los cargos era por cuatro años, salvo algunas excepciones (tres provincias) donde era por seis años.(los senadores eran por nueve años, el presidente por seis, hasta 1994, acá en Santa Fe -una de las provincias más democráticas, según vos- las comunas son por dos años, informáte un poco sino parecés igual que cuando hablás de economía) Esta duración de cuatro años es lo que hay que recuperar, para recuperar el federalismo.(¿que carajo tiene que ver el federalismo con la duración de los mandatos?)

Para ser reelegidos, los políticos de esas jurisdicciones con reelección (claro, si no tuvieran reelección no podrían ser reelegidos, es hasta lógico si querés) usan una receta infalible: toman muchos empleados públicos de manera que los votos pasen a depender del gobierno. (Ah, y Scioli en Buenos Aires tomó unos siete u ocho millones de empleados públicos, claro, ahora se entiende por qué ganó, lástima que después les paga el aguinaldo en cuatro cuotas, o sea que aunque tuviera otra reelección lo mandarían a la concha de la lora. Tu teoría se comprobó en infinidad de casos, como el de Montiel en Entre Ríos, o los radicales en Catamarca y todas las provincias que gobernaban desde el 83': hoy no les queda ninguna, salvo Corrientes. Pero tenían reelección, y soñaban con ser eternos) En vez de usar esos recursos para invertir y crear empleos permanentes y competitivos, los gastan en puestos redundantes, (pero que justamente son permanentes: ahí está el chiste del empleo público, tiene estabilidad, está en la Constitución, manejálo) que incluso no permiten un buen desarrollo de la persona que no tiene más remedio que ocuparlos. (como te pasó a vos cuando fuiste funcionario: no te quedó más remedio que ocupar el cargo) Esa no es la idea de democracia que necesitamos ni tampoco el federalismo que queremos. (que sería una democracia sin empleados públicos, o sea manejada directamente por sus propios dueños, que serían los empresarios ponéle, seguimos sin ver la relación de todo ésto con el federalismo) Eso es otra cosa, que no sé cómo llamarla. Quizá populismo -aunque es peor que eso-, feudalismo o servilismo. (lo que deja claro que a cualquier cosa que no sabés como llamarla la llamás populismo y listo, o que no sabés lo que es el populismo pero siempre queda bien en un contexto despectivo, casi de asquito, lo mismo que el federalismo: es una tisana curativa para todo mal) 
Hasta que vino la ola de las re-elecciones después de 1983, según los datos del cuadro elaborado por la revista Bases para el largo plazo, 19 jurisdicciones no tenían reelección y tres sí, en tanto que dos, la Ciudad de Buenos Aires y Tierra del Fuego no eran jurisdicciones autónomas. (y cuando fueron autónomas, la CABA permitió la reelección, preguntále a Macri) Es decir antes de ese año sólo el 13,6% de los distritos electorales del país estaba sujeto a las re-elecciones y ahora los ciudadanos que sufren la reelección (¿sufren?, ¿no pueden votar en contra del que se presenta a la reelección?, avisále a Brizuela Del Moral, que impugne las últimas elecciones de Catamarca) en sus territorios alcanzan al 91,7 % de las jurisdicciones del país, un gran retroceso para la democracia.(eso, que vuelvan los radicales a Catamarca, donde hay reelección indefinida, pero perdieron) No es casualidad que la pobreza que era del 5-6% del total de la población en 1983, ahora se ubique, según cifras confiables, en algo más del 20% y eso que ha bajado bastante desde los momentos de crisis en los que llegó a picos del 56%, como fue en 2002. (ah, y todo eso es culpa de las reelecciones, en la Nación por ejemplo las políticas que aplicaron Cavallo y Menem cuando vos eras funcionario -antes de la reelección- no tuvieron nada que ver, haber sabido y nos quedábamos en el 83', o sea con Bignone, cuando había menos pobres) Queremos democracia, pero no esta democracia en la que el que gana una vez, no se quiere ir más. (sobre todo si el que gana a vos no te gusta nada, porque por más que no se quiera ir, si la gente no lo vota, se tiene que ir: se llama, justamente, democracia)
No va a crecer la Argentina y menos en forma equilibrada si no hay federalismo y democracia.  (entonces desde el 2003 imperan las dos, de la manera más absoluta que se haya conocido en la historia, lo del federalismo en todo ésto sigue pendiente de explicación) Que cada gobernador se mantenga cuatro años en el cargo y que solo pueda ser reelecto después de un período en el que gobierne otro candidato. (eso haría a la alternancia, pero si se lo imponemos a cada provincia nos cagaríamos, justamente en el federalismo, que consiste en que cada provincia tiene sus instituciones autónomos, no en que haya o no reelección) Esta situación se daba antes de esta ola (o sea, antes de la democracia, cuando había dictadura) en que grupos de pseudo-políticos  (¿por qué "pseudo", Videla era un político genuino?) y bajo el manto de "luchamos por el pueblo" han colonizando los puestos públicos para exprimir y domesticar justamente al pueblo que dicen defender (pero no te olvidés que antes dijiste que los nombran a todos empleados públicos para perpetuarse en el poder, o sea que los exprimen, pero no tanto) y llenar de impuestos y cargas fiscales a los productores hasta el agobio y el desánimo. (ufff, sí, los productores pagan una bocha de impuestos provinciales, sobre todo el Inmobiliario Rural) Para comprobar esto, basta observar que el gasto público consolidado pasó de 28% del PIB en 2003 al 45% en 2011, y el número de empleados públicos de planta o contratados aumento en un millón de personas entre esas fechas. (y el de los jubilados nacionales -que si tienen más de 70 años votan si quieren, si no, no, aunque haya reelección-, que son el 35 % del gasto público del Estado nacional, aumentó en 2,5 millones, y los beneficiarios de la AUH -que no votan, aunque haya reelección- es de 3,8 millones)
Todo esto se financia con impuestos, cargas fiscales (igual que los subsidios a los servicios públicos, a la enseñanza privada y a muchas empresas que la levantan con pala, como los reintegros a las exportadoras, pero ahí no hay reelección, o sí: son siempre los mismos) y, si no alcanza, se apela al impuesto inflacionario, (ah, o sea que la hiperinflación de Alfonsín fue en realidad un aumento encubierto del 6000 % a los empleados públicos que él había nombrado) que afecta a los más pobres. Y aún en años de crisis como éste, se han incrementado notablemente los impuestos provinciales y nacionales, (¿qué impuesto nacional aumentó éste año?, ah, sí, la categoría mínima del monotributo) para seguir gastando en la burocracia, que no sabe de crisis. Y esto no empezó en 2003 sino mucho antes, incluso un hito importante fue el Pacto (Núcleo) de Coincidencias Básicas, más conocido como Pacto de Olivos, entre Alfonsín y Menem, para permitirle a éste ultimo la reelección en 1995, que claramente no estaba en el espíritu de la Constitución por la cual él había llegado a la presidencia por seis años. (y sobre todo no estaba en la letra, justo por eso la querían reformar)

La rotación en el gobierno es la esencia de la democracia, (no, la esencia de la democracia es que gobierno el que vota el pueblo, de lo contrario si un partido gana dos elecciones seguidas, en la segunda habría que darle el gobierno al que perdió las elecciones, para alternar) no el querer perdurar en el puesto. (cerremos el Congreso por antidemocrático entonces: los senadores y los diputados tienen reelección indefinida) Eso dejémoslo para los sistemas oligárquicos o las monarquías. (o para las dictaduras, donde no se vota, sugestiva omisión de un género de autocracia) En nuestro caso, los que manejan cada partido ni siquiera se han permitido o al menos han dificultado, las internas en cada agrupación política, como se comprobó en agosto de 2011 (no porque la ley se los impidiera, por el contrario: las estableció como obligatorias, el problema son las roscas internas de cada partido, no las leyes ni las instituciones) y aún antes por ejemplo, en las internas del partido justicialista en 2002, que no se hicieron, para lo cual hasta contribuyó la justicia. (¿y cuándo fueron las últimas internas de la uCR, el PRO, la Coalición Cívica o Proyecto Sur?, si es que alguna vez hicieron una para elegir candidatos a presidente) Necesitamos un cambio ético para que estos desvíos se reencaucen por la buena senda. (¿qué tiene que ver la ética con la reelección?, Menem era corrupto antes de conseguirla, claro, como en ésa época vos eras funcionarios y después no, ahí se entiende la asociación: el menemismo se corrompió cuando vos te fuiste, porque sacó la reelección. Lástima que antes -por ejemplo- remató todo el patrimonio público a precio vil, pero bueno, son detalles) No se va a lograr sin esfuerzo. Hay que luchar e insistir. Es posible.
(*) Las negritas son nuestras, el original acá.

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