martes, 30 de octubre de 2012

PESOS A LA BOLSA


Por A.C.

Antes de hablar del nuevo proyecto de Ley de Mercado de Capitales que anunció la Presidenta, es necesario analizar como es la realidad normativa actual, y a partir de allí, analizar los cambios propuestos.

En el gráfico, se muestra como se organiza actualmente (y desde 1968, según Ley 17.811-Ley de Oferta Pública), el mercado bursátil argentino. Es decir, lo que comúnmente llamamos “la bolsa”.



Para definir su funcionamiento muy básicamente, podemos decir que es el ámbito donde operan los sujetos que necesitan fondos , y por otro lado, los sujetos que ofrecen recursos a cambio de una ganancia o rendimiento. En teoría, es un mecanismo de asignación del ahorro hacia la inversión, donde los inversores deciden hacia donde canalizan sus ahorros o excedentes, vinculándose con sectores que necesitan financiamiento, quienes emiten títulos que son adquiridos por los inversores. Se colocan así en oferta pública y para su venta, acciones de empresas, bonos, cuotas partes de fondos comunes de inversión, derivados financieros, y otros valores.

La vinculación entre los inversores y los emisores de títulos, se produce a través de intermediarios, que son los agentes y sociedades de bolsa. Estos intermediarios actúan en el llamado “mercado primario” (donde se emiten títulos para captar fondos de inversores, es decir se incorporan capitales al proceso productivo), pero también actúan en el “mercado secundario”, o de negociación, donde no se incorporan nuevos capitales, sino que los títulos valores ya emitidos constituyen la mercadería, es decir especulación pura, y que se lleva la mayor parte de las negociaciones. Argumentan que esto es de mucha importancia, porque le proporciona liquidez a los títulos ya emitidos. Pero, en las transacciones de los inversores (a través de sus agentes de bolsa), que saltan de un lugar a otro en busca de ganancias con valores en circulación, solo hay especulación, y por eso decíamos que en teoría, la bolsa es un mecanismo de asignación del ahorro hacia la inversión.

Las distintas instituciones que componen el Mercado (Comisión Nacional de Valores, Bolsas de Comercio, Mercados de Valores, Caja de Valores, y Agentes y Sociedades de Bolsa), cuentan cada una con su respectiva regulación legal y tienen funciones específicas: La C.N.V. autoriza la oferta pública, la Bolsa de Comercio autoriza la cotización, el Mercado de Valores instrumenta la negociación operativa, la Caja de Valores es depositaria y custodia los títulos valores, y las Sociedades y Agentes de bolsa son los intermediarios del sistema.

El nuestro  es un mercado autoregulado, donde los agentes que intervienen se controlan a si mismos. No existe en ningún mercado de capitales importante del mundo, un esquema en el cual los agentes que operan se controlen y sancionen a sí mismos, como ocurre en Argentina.

El desastre financiero (ocasionado por los ortodoxos de la economía que hoy se hacen los distraídos) originado en la inundación del sistema europeo y norteamericano con activos tóxicos (como las hipotecas incobrables), con las graves  consecuencias económicas y sociales que eso produjo y que persisten, ha generado una tendencia internacional a la mayor regulación del mercado.  Desde la crisis global de 2008, los estados del mundo emergente y desarrollado en general, han decidido intervenir activamente en los mercados de capitales para aumentar los controles, regulando y estableciendo normas que eviten nuevos desbordes que los obliguen rescatar a empresas y bancos de sus desmanejos financieros, muchas veces deliberados.

En ese sentido, el proyecto de reforma argentino, en líneas generales es similar al que ya realizaron los mercados de Brasil, Estados Unidos y Londres. Incluso, aunque algunos diarios nada digan,  la IOSCO (organización internacional que agrupa a las Cajas de Valores) emplazó a la Argentina por la falta de control oficial sobre las operaciones domésticas, dando plazo hasta el 1 de enero del año que viene para modificar el sistema de control, lo que si no se realiza, hará que Argentina se incorpore a la lista de países incumplidores. Por eso, la intención del Gobierno Nacional  es que se apruebe antes de fin de año, porque luego hay que elaborar y sancionar los decretos y reglamentaciones para su puesta en marcha.

Y finalmente, hagamos una síntesis de algunos de los cambios que origina el proyecto de Ley de Mercado de Capitales:

1-Se elimina la autorregulación del sector bursátil, estableciendo la fiscalización estatal permanente. El mercado pasará a ser reglado por la Comisión Nacional de Valores (CNV), que tendrá atribuciones de control que hasta ahora no tiene y que se compadecen con la lógica más elemental:  capacidad de aplicar sanciones sobre los agentes de Bolsa por prácticas indebidas, tramitar la autorización de oferta de títulos en el mercado en exclusividad (no en forma duplicada o paralela a la Bolsa de Comercio, como en la actualidad), contar con oficinas o agencias regionales para captar y viabilizar el ahorro en el interior del país.

2-Se orienta las inversiones al sector productivo.

3-Se “desmutualiza” la actividad de los agentes de Bolsa, por lo que los agentes y sociedades de Bolsa podrán operar sin ser accionistas del Mercado de Valores, como se exige actualmente. Es decir que ya no se exigirá ser accionista de un mercado para ser agente, lo que generará una mayor competencia.  Esta modificación abre el mercado a nuevos participantes que puedan actuar como intermediarios. Como parámetro actual de un ámbito de negocios bien cerrado, una acción de bolsa para pertenecer al selecto grupo del Merval, tenía un valor de 5 millones de pesos hasta antes de la aparición del proyecto de reforma.

4-Se conforma un mercado único de capitales a nivel nacional (una sola Bolsa de Comercio, integrando las existentes en el interior del país), para facilitar el financiamiento de inversiones en el interior y la constitución de fondos de garantía en todos los mercados.

5-  La Comisión Nacional de Valores (CNV)) se reserva el monopolio en la aplicación de sanciones, las que podrán se apeladas por los afectados, pero ya no ante el fuero comercial, como sucede ahora, sino en el contencioso administrativo.

6- Ofrecer nuevos instrumentos de inversión en pesos a la población que reemplacen al tradicional ahorro en dólares.

7- La Bolsa de Comercio, hoy (increíblemente) una asociación sin fines de lucro, deberá convertirse en sociedad anónima y perderá así las exenciones impositivas vigentes.

8- Establece el rol de la CNV en materia de autorización de entidades de calificación, otorgando seguimiento activo y poder sancionatorio de ésta actividad, hoy monopolizada por las big tree: Fitch, Moody’s y Standard & Poors.  Se posibilita así que Universidades, colegios profesionales y consultoras, participen de un negocio que hasta ahora estaba reservado exclusivamente para las calificadoras de riesgo.

9- En relación al secreto bursátil, se eliminan los límites que existen en la actualidad para el intercambio de información entre el Banco Central, la Superintendencia de Seguros, la AFIP, Unidad de Información Financiera y los Mercados de Valores.

Ello implica que todas esas dependencias podrán contar con detalles respecto a las tenencias de acciones, bonos y otros valores transables en manos de inversores locales. Ello se dispone en el marco de la actual normativa de prevención de lavado de activos, y en virtud que la confidencialidad bursátil ha sido instaurada para salvaguardar exclusivamente actividades lícitas y no las de origen delictivo o de evasión.

Para concluir, el estado del pequeño mercado de capitales argentino, fue bien definido en los medios en estos días por Federico Fiscella, administrador de carteras de la sociedad de Bolsa Rosental:

El mercado local está con respirador artificial”. La plaza local tiene cada vez menos liquidez, menor cantidad de participantes y menos profundidad.  “El proyecto abre el juego a nuevos participantes y es mejor que el mercado se abra porque beneficia a todos”, señala.

Ante un mercado de capitales concentrado, pequeño, de poco alcance, con muchas y absurdas barreras de ingreso, el objetivo del Gobierno es transformarlo, persiguiendo la pesificación del ahorro, mediante nuevos instrumentos de inversión en pesos a la población que reemplacen al tradicional ahorro en dólares, y generar un Mercado accesible, amplio, inclusivo de más jugadores, con más instrumentos financieros, mejores opciones en moneda local y que tome volumen con menores requisitos para ingresar.

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