jueves, 29 de noviembre de 2012

SIGUEN LAS BUENAS NOTICIAS: VOLVIÓ MAJUL


(*)


Orlando Barone, Sandra Russo y Javier Vicente dicen y escriben barbaridades. (¿qué te pensabas, que vos tenías la exclusividad en ese rubro?) Sin embargo, jamás les haría juicio por eso (sobre todo por la reciprocidad viste, vivirías en Tribunales) (Vicente es un caso singular, porque se aprovecha de la masividad del Fútbol para Todos para bajar línea política de contrabando, (obvio, cuando había que pagar el codificado no era masivo, y estas cosas no pasaban, ¿o sea que lo de Barone y Sandra pasa porque “6 7 8” no lo mira nadie?, ah pillín, así pensás zafar de los juicios por decir barbaridades: con La Cornisa pasa lo mismo) en una clara falta ética que hace recordar las prácticas fascistas de la Italia de Mussolini).(che, ¿y si prueban con otra cosa?, dentro de poco cebar un mate lavado va a ser una muestra contundente de fascismo) Se supone que lo hacen en carácter de periodistas militantes (eso lo suponés vos, que etiquetas así a la mitad de los periodistas) y que eso no constituye ningún delito. (¿ser periodista o ser militante?, ¿por qué “se supone”?, hasta donde se sabe, ninguna de las dos cosas es delito) Qué será de sus trayectorias y sus conciencias el día en que Cristina Fernández entregue la banda presidencial es algo que deberán escribir otros colegas, (¿renunciaste a escribir el nuevo libro: “El periodismo militante en tiempos del kirchnerismo”?) aunque no sería raro que los coloquen en la línea sucesoria de José Gómez Fuentes, Bernardo Neustadt o José María Muñoz, para citar a periodistas que se hicieron de un nombre al calor del poder de turno. (ah, no renunciaste: estás empezando a escribir listas negras para el futuro, los tres que nombraste apologizaron dictaduras, pero eso es un detalle, propio de un analfabeto funcional como vos) Tampoco sería extraño que volvieran al mismo lugar donde estaban antes de subirse a la ola del oportunismo nestorcristinista. Es decir: la intrascendencia. (y, no todos pueden ganar un Pulitzer por semana, como vos, ¿cuándo empieza la parte de solidaridad con tus colegas de la columna?)

Los abogados del Grupo Clarín (¿los abogados, se mandaron solos, Clarín no tuvo nada que ver?) cometieron dos graves errores al acusarlos de instigar a la violencia. El primero y el más obvio es que demostraron que no toleran la libertad de expresión. (los abogados claro, Clarín la respeta a rajatabla) El segundo es imperdonable: (o sea que no respetar la libertad de expresión, se puede perdonar, complicado ejercer así el periodismo, pero ese no es un problema tuyo, porque hacés otra cosa) transformaron en mártires a periodistas que no son respetados ni siquiera por colegas que adhieren a la causa del Gobierno. (ah, el problema es ése, no que los tipos tengan que ir a declarar a la justicia, o caer presos, ¿dónde te metés entonces las 1000 columnas en que te victimizabas como perseguido por el gobierno?)

Este triste y vergonzoso episodio es sólo uno más en la guerra sucia y abierta entre la administración nacional y el Grupo Clarín, (es verdad, además están Papel Prensa, los hijos de Ernestina, la pesificación de las deudas, la ley de bienes culturales...) que ya agota a una buena parte de la sociedad argentina (se nota un sutil cambio: antes solo la agotaba el gobierno, según vos, o sea que ahora Clarín también les hincharía los huevos) y que genera graves consecuencias para el país. Desde que la Presidenta ganó con el 54% de los votos, no hace otra cosa que poner toda la energía en ganar la batalla final. (¿seguro che? ¿no expropió YPF o sacó el Plan Procrear, ponéle, por decir algo?) Su gestión se ha empobrecido de manera acelerada y muy evidente. La protección incondicional a su vicepresidente, (¿y de qué lo protege, de que no se estrole en la moto?, mirá que cuando lo quiso rajar al anterior ustedes lo defendían) la decisión de instaurar el cepo cambiario, la catástrofe de Once, la negación de la inflación y de los casos de inseguridad, el embargo de la Fragata Libertad en Ghana (que acaban de decir que es inembargable, y la tienen que dejar ir) y el pésimo manejo de la estrategia judicial contra la voracidad de los fondos buitre (ajá, por eso acaban de revocar el fallo de Griesa, ¿no te llegan los diarios ni siquiera por canje?) están alejando a la jefa del Estado no sólo de quienes la votaron, sino de algo más serio todavía: la pura realidad. (pero al menos te lleva un día de ventaja leyendo los diarios)
Tampoco Clarín ni el resto del periodismo crítico (opositor sería) se encuentran en el mejor de los mundos. (¿en serio?, jodéme, ¿cómo podremos seguir viviendo después de esa revelación?) La batalla cultural que inició Kirchner y profundizó Cristina Fernández ha dañado la credibilidad de los medios en general (ah, fue por eso, no por sus propios mamarrachos cotidianos, ¿y en tu caso, que te ignoran olímpicamente, qué fue lo que  causó que se te cague de risa mal todo el mundo?) y de algunos periodistas en particular, (nombres Majul, nombres, jugáte) porque el Gobierno los obligó a jugar en la cancha embarrada de la política (uyyy, que malo, ellos prefieren el verde césped de los negocios, en dólares sobre todo, pregúntale a Pagni) y la mayoría cayó en la trampa tendida (sí, son re ingenuos, como Lanata ponéle) por quienes no tienen ningún prestigio que defender. (¿y entonces por qué a vos, que estás en la misma situación, todos los entrevistados te pasean y no podés embocar a ninguno?)
Los que miran desde la platea de sus negocios empresarios y políticos el superclásico (ojo que Morales Solá tiene palco, eh) cuyo resultado debería conocerse el viernes 7-D no esperan una victoria o una derrota contundente ni de uno ni de otro lado. Se trata de una enorme franja de personas y organizaciones entre las que se encuentran dirigentes con ambiciones presidenciales como (acá empiezan los auspicios) Daniel Scioli, Mauricio Macri, Sergio Massa, Hermes Binner, José Manuel de la Sota, (éste se sumó al panel de auspiciantes) sindicalistas como Hugo Moyano, accionistas de multimedios más pequeños que el Grupo Clarín, los dueños de los grupos económicos más grandes de la Argentina y los banqueros que más ganancias han obtenido durante los últimos diez años. (desde los sindicalistas en adelante, todos son pedidos de nueva pauta) Cada uno de ellos tiene una mirada propia sobre lo que puede llegar a pasar, pero la mayoría supone que, al final del camino, si algún juez no dispone lo contrario antes del 7 de diciembre, el Gobierno logrará desguazar Cablevisión y llamará a licitación para distribuir la empresa entre decenas de oferentes que ya se anotaron para quedarse con una parte de la gallina de los huevos de oro. (entre ellos, los empresarios de los grupos económicos más grandes del país, y los banqueros que más ganancias han obtenido en los últimos años, ¿y vos te jactás de estar informado?)
Scioli, por ejemplo, preferiría que esto no sucediera, porque para cumplir con su sueño de llegar a presidente necesita que las cosas se mantengan más o menos como ahora. (o sea, necesita poner a los 302 medios de Clarín atrás de su candidatura, es más fácil arreglar con uno que con 20) Es decir que la intención de voto de la Presidenta siga cayendo, (¿y quién lo dice, si falta un año para las elecciones y Cristina no es candidata?) pero no tanto como para arrastrarlo también a él; (claro, si todo se incendia, un tipo con una mano de madera no sería lo más aconsejable para manejar la situación) que la tensión entre el Gobierno y Clarín se mantenga, pero que ni uno ni otro aparezca como el gran triunfador, porque tanto uno como el otro podrían condicionar su carrera hasta la primera magistratura. (ah, ¿o sea que Clarín es verdaderamente un factor político y no un grupo de medios independientes?, ¡cómo venís con las primicias hoy, eh!)
Macri igual que Francisco de Narváez tienen una lectura un poco más pesimista. (¿por fin les llegaron las encuestas posta?) Ellos creen que si el Gobierno consigue doblegar, por encima de lo que decidan los jueces, (¿por qué “por encima” si todavía los jueces no decidieron nada, como sabés para que lado van a rumbear?) al Grupo Clarín, a partir de 2013 no habrá contrapeso en la información que reciban la mayoría de los argentinos. Para ponerlo en términos comprensibles para todos: (eso, que hasta vos lo puedas entender) que ya no habrá más 8-N, ni 20-N, ni nada que se le parezca, porque ningún otro medio audiovisual será capaz de mostrar, en vivo y en directo, una manifestación de descontento social tal y como puede suceder, sin la presentación maniquea de 6,7,8 (el único programa que entrevistó a los cacerolos, te recuerdo, como si los otros fueran un ejemplo de ecuanimidad, dejáte de joder) o el ninguneo informativo de Página 12 y Tiempo Argentino, que redujeron las movilizaciones a un recuadrito de tapa, como si fuera una noticia más. (absolutamente falso Majul, hay hemerotecas hoy en día y se pueden ver las tapas, nabo)
Macri y De Narváez, aunque no terminan de amigarse, piensan exactamente lo mismo. (es verdad: cada uno piensa que el otro es un forro) Están muy preocupados por el avance del Gobierno sobre la vida pública y privada de los jueces. (¿fue el kirchnerismo el que lo enganchó a Oyarbide en Espartacus?) No son defensores a ultranza del Grupo Clarín, (no, apenas hacen negocios multimillonarios con ellos, como Macri con las netobooks) pero sospechan que si el Gobierno doblega a Héctor Magnetto será capaz de cualquier cosa, dentro o fuera de la ley, para lograr que Cristina Fernández pueda ser candidata a presidenta, otra vez, en el año 2015. (ah, o sea que no es la Constitución quien se lo impide, sino Magneto)
Un párrafo aparte merecen los dirigentes nucleados en el Frente Amplio Progresista (FAP), que lidera (¿seguro?) Binner, y la Unión Cívica Radical, cuya conducción no parece tan clara. (claro, porque la de Binner se nota a la legua, sobre todo cuando votan en el Congreso) En estas organizaciones, las opiniones aparecen divididas en dos grandes mitades. (las mitades de algo pequeño nunca pueden ser grandes, Majul) Están quienes piensan muy parecido a Macri y a De Narváez. (y están los otros, los que piensan igual) Binner no pertenecía a ese grupo hasta que Andrés Larroque habló de la supuesta existencia de un narcosocialismo. El candidato a presidente no solo se sorprendió por la acusación. También quedó estupefacto cuando le alcanzaron los recortes de prensa de los medios oficiales y paraoficiales. (Majul: Binner vive estupefacto, lo mismo dijo cuando le mostraron que él había firmado el nombramiento de Tognoli) Ese día tuvo una idea clara del poder de daño que tiene el sistema de prensa alimentado por la publicidad oficial y el dinero del Estado. (en realidad lo sabía desde antes, cuando firmaba los cheques de publicidad acá en Santa Fe, cuando era gobernador) Otros, como Claudio Lozano, tienen una mirada ligeramente distinta. (que lo lleva a opinar siempre lo contrario de Binner, definamos “ligeramente”) Está en contra de la aplicación discrecional y arbitraria de la de ley de medios que está haciendo la Afsca, pero está a favor de poner límites a la posición dominante de Clarín, aunque pide que no sea de prepo ni a través del apriete de los jueces. (lozanismo al palo, “sí, pero no así, no ahora”)
Lo mismo piensa, aunque no lo dice en voz alta, un numeroso y silencioso grupo (¿en qué quedamos, hablan en voz baja o no hablan?, ponéte de acuerdo) en el que se podría ubicar a Ricardo Alfonsín, decenas de hombres de negocios y dueños de medios que están a la expectativa del resultado de la batalla final. (para quedarse con los medios que deje Clarín, ¿Ricardito está por comprar un canal, como se llamaría “Tonto y retonto TV”?) Me lo dijo uno de ellos, en el crudo lenguaje del poder: (ah, entonces tu fuente no es un radical) "Para nosotros, lo ideal sería que la justicia fallara a favor de la adecuación no compulsiva de Clarín a la ley de medios. (si falla a favor de la ley, es adecuación, lo de compulsiva o no dependerá de lo que haga Clarín, leé la ley Majul) De Clarín, de Telefé y de cualquiera que la estuviera incumpliendo. De esa manera, limitaría la capacidad de presión del Grupo sin vulnerar la libertad de expresión y de que todos seamos informados. (no queda claro si esto último lo decís vos o la supuesta fuente, es lo que pasa cuando uno inventa fuentes que no existen) El desmesurado poder del gobierno es real, pero tiene fecha de vencimiento, porque Cristina no puede ser reelegida, a menos que den por derogada la Constitución Nacional. (¿vos leés las pelotudeces que escribís, antes de largarlas?) En cambio, si Clarín gana la pelea por goleada, ¿qué gobierno se va a atrever a ponerle límites?" (fácil: ninguno, es lo que viene diciendo el gobierno hace años, y ustedes lo llaman “relato”)
Le recordé que fue Kirchner quien aprobó la fusión entre Cablevisión y Multicanal en diciembre de 2007. Pero no me prestó atención. (porque se debe haber quedado pensando “¿y eso que poronga tiene que ver ahora?”)
(*) Las negritas son nuestras, el original acá.

4 comentarios:

  1. La Goleada de Clarín?. Qué goleada, si ya perdió hasta la banda del capitán.
    Clarín no llega a los penales. Magnetto sí llegará a un penal, pero común y con reos violadores de derechos y humanos.

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  2. Luisito Majul estará contento porque uds. y nuestro vecino Lucas Carrasco hoy analizan las pelotudeces que dice.
    Por hoy se debe sentir un pelotudo importante.

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