Después de haber incursionado con poco éxito en las artes culinarias, vemos como ahora el narcolorado se mete con las cuestiones económicas; y en éste caso ensaya su propia receta para combatir la inflación.
Una muy curiosa, que consiste en acelerar el ritmo de devaluación de la moneda (algo que en nuestra historia siempre estuvo asociado a aceleraciones bruscas del ritmo inflacionario, no a su merma), de un modo que -aunque no lo diga- haga coincidir paulatinamente el tipo de cambio oficial con los estratosféricos valores que hoy se están pagando en las diferentes cuevas de la city por el "blue".
Al mismo tiempo propone agregar al estofado dos ingredientes también conocidos: disminuir la emisión monetaria y atacar el déficit fiscal.
Aunque fiel a su estilo (que incluye por ejemplo cocinar sin prender la hornalla, en una olla vacía) se abstiene de mayores precisiones, suponemos que estaría proponiendo un clásico plan de ajuste vía recorte del gasto público (que en buena medida está orientado a fines sociales, convendría aclarar), y secar la plaza de circulante, lo que traería aparejados otros efectos que el cheff no ha previsto (o al menos no menciona), como la suba de las tasas de interés.
Desde otro lugar (o desde el mismo, la oposición; pero con una pátina de academicismo) acá en la misma tribuna de doctrina el ex candidato a vice de Ricardito, González Fraga (¿seguirá afiliado a la UCR, partido con probada experticia en materia de inflación cuando le tocó gestionar?) propone alternativas similares, ya probadas en el país y con los efectos por todos conocidos.
Alternativas que -cuestión inflacionaria aparte- ningún gobierno en su sano juicio adoptaría en un año electoral; menos cuando el país está empezando a remontar lo peor de la crisis retomando las perspectivas de crecimiento que lo caracterizaron desde el 2003; no ya con tasas chinas, pero sí con estimaciones para éste 2013 que harían la envidia de más de un gobierno europeo, sin ir más lejos.
Ambos (De Narváez y González Fraga) coindicen en un elogio póstumo a Néstor, y los "equilibrios macroeconómicos" alcanzados en su gestión de la mano del pálido Lavagna; otro que por estos días estuvo entretenido entre fraudes, Rodrigazos y anuncios de (como que no, para variar) inminentes devaluaciones.
Lo raro es que al difunto no lo homenajearon en vida, y ni siquiera se sumaron al reconocimiento después, sino que por el contrario, suelen criticar el culto a su personalidad.
Pero cuando se desarrollan con más detalle los argumentos devaluatorios (como lo hace González Fraga) se le empiezan a ver las patas a la sota, como por ejemplo en éste párrafo: "Esta apreciación cambiaria genera serios problemas de rentabilidad y competitividad en muchos sectores industriales y agroindustriales. Hoy la vitivinicultura en Cuyo está en dificultades, como las frutas del Valle, los aceites de la Rioja y Catamarca, la lana del Sur, los cítricos de Tucumán, el arroz de Corrientes, la yerba misionera y muchas otras economías regionales."
Curioso (o o tanto) que mencione sectores de nuestra economía que gozaron todos estos años de extraordinarios niveles de rentabilidad (alentados por altos precios de lo que producen, apertura de nuevos mercados y un tipo de cambio sostenido con intervención oficia); y que se caracterizan por tener bajísimos costos laborales, a partir de la híper explotación de la mano de obra asalariada con la que se desenvuelven, que pertenece a los sectores más precarizados.
No obstante y a fuer de ser justos, González Fraga no deja de advertir los peligros de una devaluación (por eso propone el desdoblamiento del mercado de cambios) cuando dice: " Aumentar el ritmo de devaluación del mercado oficial, como se está haciendo en los últimos 8 meses, puede ser peligroso porque, en la medida en que es anticipado por los operadores financieros, se elevan las tasas de interés, además de fomentar la retención de exportaciones. Por otra parte, devaluar más, gradualmente o de golpe, sin previamente contener la inflación, ni equilibrar las cuentas fiscales, se parece peligrosamente a las políticas que condujeron al Rodrigazo de 1975."
En medio de la enésima advertencia de la semana con apoyo en la versión revisionista de lo que fue el "Rodrigazo"; y probablemente sin quererlo, nos advierte sobre el comportamiento que se viene observando en estos días por parte de los exportadores, en especial del poderoso complejo cerealero y aceitero, como vemos en ésta captura de Infobae:
Ahora bien, todo este movimiento pro devaluación del peso en relación al verde, no es ni más ni menos que la convalidación teórica y por parte de la propia dirigencia opositora de maniobras especulativas de poderosos intereses económicos: a los exportadores que se han mencionado (y en general aquéllos que transan bienes en mercados externos) que buscan incrementar sus ya fenomenales tasas de ganancias con el eufemismo de "recuperar competitividad", se suman los que especulan con el precio de los bonos de la deuda pública, y el resultado de los litigios que el Estado naciona lleva adelante contra los ataques de los fondos buitres, como bien explica el Rulo DellaTorre en Página 12 acá.
Por esa razón también todos estos cocineros de fonda insisten con el aflojamiento de los controles cambiarios y de movimientos de capitales, que obtuvieron el año pasado resultados contundentes y apreciables para detener la fuga de ambos, un comportamiento ya endémico de nuestro empresariado, local o extranjero; y un disparador de inflación futura.
Para el gobierno sería suicida adoptar esa hoja de ruta porque, aunque parece ofrecer una salida al embrollo inflacionario (que afecta más fuertemente a los sectores de ingresos fijos, que son su principal base electoral), más temprano que tarde alimentarían la espiral de aumento de los precios (el propio De Narváez lo reconoce, con un cinismo descarnado); y atentaría a su vez contra toda perspectiva de fortalecimiento del trípode en el que se asentó el 54 % de Cristina: empleo, salarios y consumo.
Estos movimientos especulativos (de los que el remarcado de precios forma parte esencial: crean el problema, para luego proveer la solución) constituyen un problema político y muy grave, más que económico; porque fieles a la tradición nacional (que pronostica un "sopt and go" de la economía más o menos cada 10 años) muestran los dientes de los que -inmunes al contundente respaldo popular a un rumbo de gobierno seguido con persistencia hasta acá- no están dispuestos a convalidar que se profundicen en el país más cambios estructurales en orden a una sociedad más justa e inclusiva.
Es el mismo marco conceptual que alienta el fantasma del "Rodrigazo" ante la apertura de la discusión salarial en paritarias, mientras pide la devaluación hacia la convergencia con los niveles actuales del "blue", que supondría (como en el 2002) una fenomenal transferencia de ingresos desde los sectores de ingresos fijos o más o menos fijos (trabajadores, jubilados, cuentapropistas) a los grupos económicos más concentrados.
Una receta que los argentinos ya probamos varias veces, y terminó siendo para la mayoría un guiso incomible.
"Pero esto a Néstor Kirchner no le hubiera pasado" es el otro hit de temporada que midió bastante bien, aunque el hit del verano que se impuso sea "Se viene el Rodrigazo", por Melconián y sus Gorilatos.
ResponderEliminarEs un guiso que se cocina desde los fracasados planes quinquenales de Perón. En el 75 prepararon uno bien pesado. Pero el peor de todos fue el que dejó el turco (creo que era un presidente del PJ), ese nos indigestó a todos pero a los más pobres los dejó con el culo para arriba.
ResponderEliminarSí, es verdad, se extrañan los planes de estabilidad radicales del 89' y el 2001, y con Joe estábamos mucho mejor.
ResponderEliminargee Frank!
ResponderEliminarHolly convertibility!
Cada cual se hace cargo de lo suyo, pero los k quieren tirarla a Isabelita y a Menem por la ventana y la historia no los deja.
ResponderEliminarY los radicales no se ve que se hagan mucho cargo de lo suyo te digo, eh.
ResponderEliminarNo sé Degrossi, ahora parece que emepzaremos a saber un poco màs de las Tres A y las responsabilidades dentro del gobierno peronista de aquélla época. Responsables con Perón y el brujo a la cabeza, que fue preso durante el gobierno de Alfonsín y el peronismo de menem lo indultó. Y del otro lado también, con Pepe contraofensiva.
ResponderEliminar"Las cuestiones de economía son muy sencillas. Para comprenderlas sólo hay que saber sumar y restar. Si usted no las entiende, pida que se las expliquen otra vez. Si a la tercera sigue sin entenderlas, es que lo están robando".
ResponderEliminar·Raúl Scalabrini Ortiz·