Por más que uno haga el esfuerzo y trate de seguirlos, a veces se hace difícil; por no decir imposible.
Decíamos ayer acá que el acuerdo firmado por el gobierno con Irán para lograr las declaraciones de los imputados en la causa por el atentado a la AMIA era una apuesta riesgosa que iba e levantar críticas, algunas de ellas bastante disparatadas; como que era "una inaceptable cesión de soberanía".
Ahora bien, supongamos que alguien está de acuerdo con esa crítica en particular; lo que no se entiende entonces es que al mismo tiempo se critique la respuesta de nuestra cancillería al pedido de explicaciones del Estado de Israel, que citó a nuestro embajador allá como si la decisión del gobierno argentino hubiera sido en contra suyo, o de los intereses de ciudadanos israelíes que vivían en la Argentina; en éste caso las víctimas del atentado.
Lo que el comunicado oficial dice (que la mayoría de las víctimas eran ciudadanos argentinos) es una obviedad, y es al mismo tiempo el fundamento político que desde 1994 para acá se les ha esgrimido (con razón) a todos los gobiernos y a la justicia argentina, para que extremen sus esfuerzos para esclarecer el atentado.
Es decir, cualquiera sea la hipótesis que se tenga respecto a los causantes y motivos del crimen, que se deje de lado -a la hora de poner el aparato institucional del Estado tras el objetivo de esclarecerlo- la cuestión de las disputas en Medio Oriente, los prejuicios antisemitas (muy arraigados en la Argentina, como en muchos otros países), y se investigue hasta las últimas consecuencias la muerte de 85 personas, por un hecho criminal sucedido en el país.
Como también hay otro punto del comunicado de la cancillería que remarca una obviedad: jamás el Estado argentino ha citado al embajador israelí en Buenos Aires para pedirle explicaciones por actos de su gobierno, en tanto no conciernan directamente a la Argentina, o a ciudadanos argentinos residentes en Israel. Y no es que falten hechos por las cuales el Estado de Israel deba dar explicaciones: son las reglas elementales de juego de las relaciones entre países soberanos.
Lo que sí ha hecho la Argentina muchas veces (en los organismos multilaterales de los que forma parte) es apoyar pronunciamientos condenatorios de acciones específicas del Estado de Israel, por ejemplo en la Franja de Gaza o con la cuestión de los refugiados palestinos; pero en ése contexto; en el cual un grupo importante de países le reclama a otro que también es miembro de la misma organización (por caso la ONU), por actos de su gobierno que son violatorios de los principios del propio organismo, o de convenciones internacionales de derechos humanos que se han gestado en ese marco.
La incoherencia radicá acá en que, para preservar su soberanía, la Argentina no debería haber firmado el memorándum de entendimiento con Irán, respondiendo a los imperativos de la política exterior de otro país, que sería Israel.
Que es más o menos lo mismo que se dice acá:
Acá el cuestionamiento parece no ser ya la presunta cesión de soberanía, sino los concretos (y presuntos) alineamientos internacionales de la Argentina; a partir de las decisiones (justamente soberanas, que se las comparta o no es otra historia) que toma su gobierno en política exterior.
Es decir estaría mal "alinearse" con determinado país (Irán), porque eso significa "dejar de alinearse" con otro u otros (EEUU e Israel); sin considerar las relaciones bilaterales concretas que la Argentina tiene con cada uno de esos países, sino los conflictos que éstos tienen entre sí.
Con ese criterio, habría que andar por el mundo con una especie de "Guía Filcar" de la diplomacia internacional, que oriente a cada paso las decisiones para saber si podemos o tener relaciones o vínculos con un país determinado, pero eso sí: nos dicen todo el tiempo que "estamos aislados del mundo".
O cuestionan al régimen de Teherán por cuestiones como el negacionismo del Holocausto, o su propia organización social y política interna (lo que no quiere decir que esos aspectos no merezcan críticas), pero nos piden que intensifiquemos los vínculos con China, que además de tener fluidas relaciones con Irán (como Brasil, el "país serio") que no se caracteriza precisamente por ser una democracia con pleno respeto de los derechos humanos y las garantías republicanas; pero claro: con la soja de los chanchos, no se jode.
Ejemplos al paso de estas incoherencias soberanas, como cuando hace poco reclamaban por la vuelta de la Fragata Libertad (cuyo embargo fue considerado "una afrenta para nuestra soberanía"); para lo cual los evasores exigían que se "honraran las deudas", pagándoles a los fondos buitres, aun en contra de decisiones soberanas del Estado argentino; como los dos canjes de deuda externa, aprobados por sendas leyes del Congreso.
O los que se indignan porque un juez y un fiscal argentino viajen a otro país a tomar declaraciones indagatorias en una causa judicial; pero reclaman que le dejemos al FMI meter las narices en la economía del país como hacía antes, con la excusa de la deficiencia de las estadísticas del INDEC.
Después no nos asombremos de que los que despotrican contra "la monarquía cristinista", o califican a Cristina como "reina" despectivamente, se hagan encima con la perspectiva de que Máxima sea reina de Holanda.
Al fin de cuentas, de las doñas Rosas a los columnistas de los principales diarios, son más o menos lo mismo: expresiones del eterno gataflorismo nacional.
Degrossi: Israel pide aclaraciones de la manera más directa que prevén las formas diplomáticas, que es citando al embajador argentino allá. Asociació Mutual Istraelita (AMIA) y Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) hacen alusión a la nacionalidad de su asociados, no a pertenencias de carácter religioso o de otro tipo. No parece excesivo que el gobierno de Israel pida explicaciones sobre el acuerdo entre Argentina y un estado cuyos integrantes están sospechado con pruebas judiciales concretas en Argentina y en Israel de ser el autor del atentado a la AMIA. Un Estado hostil a Israel y Argentina, que ha realizado y realiza, financia, alienta, etc. actos de terrorismo contra objetivos argentinos e israelíes. Entre ellos el ataque a la embajada de Israel en Argentina, en la que murieron 4 funcionarios de aquel país.
ResponderEliminarPedir explicaciones es intentar conocer detalles de un acuerdo que no sólo para los israelies son bastante oscuros. Por ejemplo, el canciller Timerman Jr no supo contestar ayer a los familiares qué pasará en caso de que al cabo del proceso se encuentre culpables a los acusados. "No puedo hablar sobre el futuro, no puedo predecir lo que ocurrirá", dijo. Es decir se firmó un acuerdo para el juzgamiento y no sabemos qué va a ocurrir cuando ese proceso termine. Curioso. Las normas locales prevén que el proceso penal concluye, entre otras formas conclusivas, con la condena o el sobreseimiento del imputado. Tampoco respondió sobre las órdenes internacionales de captura aún vigentes, libradas a solicitud de la justicia argentina.
En fin, no se explicita con qué reglas procesales se va a juzgar a los imputados (Irán los considera imputados?).
Si esto no es perder soberanía no sé como llamarlo. Ojo que Canicoba (un juez muy , muy cuestionado) y el fiscal Nisman que están dispuestos a viajar sólo si el acuerdo es refrendado por el Congreso y no hay objeciones constitucionales. Y si las declaraciones son consideradas como indagatoria. Además habrá que ver como hacen para que Nisman entre en Irán sin ser detenido: contra él pesa una orden de captura por sus acusaciones.
Veo por fin que terminó de entender por qué la opinión del gobierno de Israel es importante en este entuerto.
o parece excesivo que el gobierno de Israel pida explicaciones sobre el acuerdo entre Argentina y un estado cuyos integrantes están sospechado con pruebas judiciales concretas en Argentina y en Israel de ser el autor del atentado a la AMIA...
ResponderEliminarBueno,realmente patetico el comentario del anonimo anterior
Entiendo QUE SI SE HA CEDIDO SOBERANIA A ACEPTAR COMO CASI PARTE AL ESTADO DE ISRAEL EN ESTA CUESTION
aca analizaba esto, sin saber por cierto que las entidades aceptarian esto
Bonatto: En qué es parte Israel en esta cuestión?. De qué modo Argentina aceptó que Israel sea parte en esto, cediendo soberanía? Por qué si Irán es "parte" en esto, Israel no debería serlo? Y si no debe Israel ser parte, no debería tampoco serlo Irán.
ResponderEliminarQuiero decir que si todo queda en el ámbito de la jurisdicción argentina y sus normas sustanciales y procesales, es decir, si hay soberanía en el juzgamiento de un delito cometido en el país cuyas víctimas fueron en su mayoría argentinos, no hay espacio para interferencias de otros países. Las partes no deberían ser otros estados sino básicamente juez, fiscal, imputados y sus defensas y testigos.
Se dirá que esto es lo que a duras penas se logró luego del manoseo que sufrió la causa durante el menemismo y que si Irán no cede no hay condena. Y yo digo que es cierto, pero es preferible que por ahora no podamos hacer cumplir las condenas porque un estado hostil no lo permite luego de haber lleqado a cabo un proceso cumplido con todos los recaudos de las normas y garantías del debido proceso que ir a una lotería donde no sabemos (confesión del canciller, esa sí que es patética!!!) si podremos condenar.
Es decir, entregamos el rosquete sin ninguna garantía de cumplimiento de la contraparte. Ventaja CERO.
A diferencia de Timmerman, vos parecés podés predecir el futuro. Las dudas que expresás sobre el cumplimiento por Irán de lo pactado cualquiera las comparte, por eso decíamos el otro día que el gobierno corría grandes riesgos. Y los familiares y las entidades judías de la Argentina (al menos a estar por lo que dijeron públicamente) parecieron satisfechas por las explicaciones oficiales, en el mismo contexto de "duda por el futuro".
ResponderEliminarLa presentación de Israel es improcedente porque acá no se trata del atentado a la embajada (donde su Estado fue la víctima, más allá de los muertos obviamente, porque la embajada es una proyección de su territorio), y no se pueden mezclar jurídicamente las dos causas, aunque tengan la misma matriz terrorista.
E Irán es "parte" en el procedimiento de extradición vía Interpol porque es el Estado requerido por la justicia argentina para entregar a los presuntos culpables, cosa que Israel no. Justamente porque es "parte" no los entregó hasta acá, no cumplió las alertas rojas sobre los requeridos por Nisman y Canicoba y la causa no pudo avanzar más.
Y sí, entendemos que reclamar por la cesión de soberanía en favor de Irán (algo que sólo se verificaría si la justicia argentina, los funcionarios judiciales argentinos no pueden indagar a los sospechosos bajo las leyes argentinas, aun en Irán, autorizados por el Congreso y la Corte), y pedir que se atienda el reclamo -reiteramos, improcedente- de Israel es contradictorio.
Pongamos el caso de la expropiación de YPF a Repsol: cuando el gobierno español convocó al embajador argentino en Madrid para pedirle explicaciones, aunque no nos gustara, diplomáticamente era correcto porque está preguntando por una empresa española, con un tratado bilateral de inversiones vigente.
Aquí el Estado de Israel no puede invocar al respecto que fue víctima de un atentado terrorista presuntamente alentado por Irán (que no es lo mismo que cometido por iraníes, sin responsabilidad del Estado iraní), pongámosle el de la embajada para pedir explicaciones del modo como el gobierno argentino decide negociar para destrabar la investigación de otro atentado, en el que no es víctima.
Supongamos que el Congreso aprueba el acuerdo, la Corte autoriza al juez al fiscal a viajar y reciben las indagatorias (o lo intentan, porque los imputados pueden negarse a declarar) ¿qué hacemos entonces, no lo llervamos adelante porque Israel se opone?
Creo que ud no entendió mi comentario Degrossi. Léalo de nuevo y verá que allí digo que lo que pide Israel es una aclaración. En ningún momento se habla de arrogarse facultades de impugnación ni de ser parte, algo que me parece tan objetable como permitir que el gobierno de Irán lo sea. Para ponerlo en pocas palabras.
ResponderEliminarDel mismo modo que Irán (su gobierno) no debe ser "parte" del juicio, sólo los son los acusados iraníes, tampoco debe serlo el gobierno de Israel.
Ni ISrael, ni Irán: es cosa de Argentina, su derecho penal y unos cuantos forajidos acusados.