LA MILITANCIA Y LOS ACUERDOS DE PRECIOS

Este post de Lucas de ayer -hablando de los desafíos que el gobierno tiene por delante en éste año electoral- pone el acento en un aspecto muy interesante. la necesidad de convocar a la militancia para organizarse y participar en el control del cumplimiento de los acuerdos de precios firmados por el gobierno.

Y como bien lo señala Lucas, Alfredo Zaiat en Página 12 de ayer puntualizaba en el mismo sentido, señalando que el gobierno no había convocado a las organizaciones políticas y sociales afines a respaldar la medida.

Un error sin dudas, fruto de un estilo de construcción política a veces demasiado pendiente de las decisiones o la palabra de Cristina; máxime cuando sabemos que a determinadas cosas, si no las bancamos nosotros, no podemos contar con que otros (con responsabilidades institucionales claras al respecto) lo hagan; como señalamos acá y acá.

Con toda certeza para algunos convocar a la militancia con ese objeto (que es en definitivas defender el bolsillo de los trabajadores, y de la principal base electoral del propio kirchnerismo) no parezca tan  seductor ni genere tanta mística, como las peleas por la ley de medios, la expropiación de YPF o -en su momento- el conflicto por la 125.

Y sin embargo como bien lo marca Lucas, es de una importancia política crucial; porque si el gobierno logra resultados en la lucha contra la inflación, sus chances de un triunfo electoral se acrecientan, y los resultados globales de la política económica (destinada a sostener el consumo y el empleo) serán sin dudas mejores.

Hace unos días Artemio López hacía acá un repaso de los acuerdos de precios gestados en tiempos del peronismo, y traía a colación el que impulsó el propio Perón en 1952, en un contexto crítico del sector externo (la pérdida de dos cosechas); y en el marco de un plan económico que muchos cuestionaron (como hacen hoy) como un giro del peronismo a la ortodoxia.

El plan (que incluía acuerdos de precios, e incluso fijación de precios máximos) fue lanzado el 18 de febrero de ése año; tras el rotundo triunfo electoral del peronismo el 11 de noviembre de 1951, cuando las mujeres votaron por primera vez; y desde el gobierno se convocó a la participación del pueblo y la militancia, en la instrumentación de las medidas.

Precisamente hablando de mujeres, el Partido Peronista Femenino emitía por entonces un documento del que extractamos éstos párrafos: "Cada mujer peronista vigilará atentamente en sus compras el exacto cumplimiento de los precios fijados. Todas las unidades básicas femeninas realizarán permanentemente, durante los meses de marzo y abril, reuniones de estudio y difusión del Plan Económico del General Perón. Esta declaraqción pública deberá ser leída en todas las unidades básicas del país, juntamente con el Plan Económico del General Perón y las unidades básicas deberán informar a la Presidencia del Partido acerca de la labor cumplida y de los resultados obtenidos."

Firmaba el comunicado nada menos que Evita, que era la presidenta del Partido Peronista Femenino; y que, aun transitando sus últimos meses de vida, ponía todo su empeño militante en el sostén y la defensa del programa, en el convencimiento de que en la suerte de él se jugaba el éxito del gobierno y su proyecto político.

Pocos días después, el 5 de marzo de 1952, el propio Perón decía en un mensaje radial: "El Estado, por medio de los ministerios, reparticiones y agentes del Estado, tendrá a su cargo la ejecución del Plan. El pueblo, mediante todas sus organizaciones, cooperará activamente en la ejecución del Plan y en el control necesario...".