jueves, 31 de octubre de 2013

BANCO DE SUPLENTES


Lo bueno es que mientras los titulares jueguen más o menos bien, nadie piensa en meter un cambio.

Y menos para que entren estos, que siempre buscan alguna excusa para hacerse echar antes de que termine el partido.

POLÍTICA Y MERCADOS, LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y NEGOCIOS


Una de las discusiones más interesantes de la causa por la ley de medios se dio sobre el vínculo existente entre la libertad de expresión y rentabilidad económica (sustentabilidad, en la jerga de Clarín en la audiencia pública), considerando que los conglomerados de medios son -ante todo y aun cuando pretendan ocultarlo- empresas, armadas para hacer negocios y ganar guita.

Y en esa discusión quedó demostrado (y la Corte lo dijo claramente en el fallo) que el Grupo no logró demostrar como la obligación de desinvertir que le impone la ley de medios (que le hará perder objetivamente rentabilidad) afectaba su sustentabilidad como empresa; y por esa vía, su posibilidad de ejercer la libertad de expresión.

Contra toda la evidencia recolectada en la causa (incluso patentizada en forma pública en las audiencias en la Corte), leamos al Loco Lindo (ex presidente de ADEPA en su propio diario: "La negada afectación del principio de la libertad de prensa tuvo su primera manifestación poco después de conocida la sentencia judicial con el derrumbe del valor de las acciones del grupo Clarín, situación que activó los mecanismos de respuesta de la Bolsa cuando la baja perforó el piso técnico de seguridad. Esa destrucción de patrimonio atenta sin disimulo contra una libertad de prensa que para ser efectiva y operativa necesita del respaldo de organizaciones económicamente sólidas. De modo que la primera reacción del mercado accionario echa por la borda ciertas teorizaciones del fallo. Diga lo que se diga, el daño inferido a la libertad de prensa es real y tangible, y sus efectos se transferirán con rapidez a la escena pública de nuestra imperfecta democracia.".

Es decir que según Víttori ambas cosas (libertad de expresión y negocios) no solo están vinculadas, sino que son lo mismo: si las acciones de Clarín suben hay más libertad de expresión, y si bajan, menos. Que lo tengan en cuenta quienes abrazan con pasión la defensa de los intereses del Grupo, sin tener siquiera una acción. 

Desde que trascendió que la Corte había fallado contra Clarín y aun antes de conocerse los fundamentos de la sentencia, las acciones de Clarín en las Bolsas se derrumbaron; y conforme se fueron conociendo las implicancias de lo decidido por el tribunal, la cosa siguió: acá pueden leer en El Cronista un racconto del desplome.

A pocas horas (minutos quizás) de saberse que Clarín había perdido el juicio, la Bolsa de Buenos Aires (ver imagen de apertura) decidió suspender la cotización de sus acciones, con fundamento en su propio Reglamento de Cotización, que en lo pertinente (artículo 43 inciso a) transcribimos: "La Bolsa puede suspender la cotización de los respectivos valores cuando: 

a) Se encuentre afectado el curso normal de la cotización o existan signos evidentes que permitan deducir que se verá afectado en forma inminente, y la medida sea necesaria en interés de los inversores. 

La suspensión se levantará cuando a juicio de la Bolsa exista información suficiente. Esta causal será merituada tomando en consideración, según el caso, la gravedad de los hechos, el conocimiento que de ellos se hubiera tenido en la plaza y el comportamiento inmediato de los precios; las garantías que se otorguen en las condiciones de emisión, si se tratare de obligaciones negociables, y la conveniencia de preservar la liquidez del mercado bursátil.".

La norma es un resabio subsistente del régimen de autoregulación de los mercados de capitales, que desaparecerá cuando se aplique plenamente la reforma introducida por la Ley Nº 26.831, de la que destacamos dos artículos por ser de interés para el caso:

Artículo 141: "Cuando fundadamente se advierta la existencia de situaciones de riesgo sistémico, u otras de muy grave peligro, la Comisión Nacional de Valores podrá suspender preventivamente la oferta pública o la negociación de valores negociables, otros instrumentos financieros y la ejecución de cualquier acto sometido a su fiscalización hasta que hechos sobrevinientes hagan aconsejable la revisión de la medida. "

Artículo 142: "La Comisión Nacional de Valores podrá interrumpir transitoriamente la oferta pública de valores negociables u otros instrumentos financieros u operaciones, cuando se encuentre pendiente la difusión de información relevante o se presenten circunstancias extraordinarias que lo tornen aconsejable y hasta que desaparezcan las causas que determinaron su adopción".

Vemos entonces que los dos sistemas son bien diferentes: en uno es el propio mercado (la Bolsa) el que decide suspender la cotización de acciones que se ofrecen públicamente, evaluando discrecionalmente los motivos,  y como se maneja la información que se considera sensible, o se les suministra a los inversores.

Al día siguiente de las PASO y como consecuencia directa de los resultados, la acción de Clarín subió un 30 %, y no se supo que la Bolsa de Comercio haya suspendido la cotización, aun cuando no se trataba de una circunstancia directamente vinculada (en términos legales) a la empresa cotizante, como un juicio en el que era parte: el riesgo propio de invertir no funciona siempre, sino cuando el propio mercado lo determina.

En el otro sistema el que decide cuando suspender la cotización pública de las acciones es el Estado, evaluando situaciones de riesgo sistémico que afectan a todos los papeles y al conjunto de la economía (por ejemplo rumores de devaluación); y el que evalúa como influyen en los precios las informaciones relevantes, para evitar maniobras especulativas.

Es decir, aun dentro de los marcos del capitalismo (y vaya si los mercados de capitales no son una institución típica de ese sistema), una regulación mínima e imprescindible, para proteger a los inversionistas y al conjunto de la economía: la comparación permite comprender como funcionan las relaciones entre la política y el mercado, aun dentro del reducido volumen del mercado de capitales argentino.

Resulta sencillo entenderlas en el caso de aquéllas empresas cuya actividad está directamente vinculada a regulaciones estatales o decisiones del gobierno (por ejemplo las concesionarias de servicios públicos, cuyas tarifas son fijadas por el Estado), pero no tanto en el caso de las empresas de medios, que la disimulan con el socorrido fantasma de la libertad de expresión.

Y ahí es donde entra la ley de medios, en tanto instrumento jurídico de la regulación estatal de un negocio que mueve millones todos los años, que obviamente se reparten en forma tanto más desigual, cuanto más concentrado sea el mercado; como en cualquier otro bien o servicio de la economía.

Invirtiendo el orden en que las cosas pasaron, las acciones bajaron cuando se supo que el fallo de la Corte era contrario a los intereses de Clarín, y subieron cuando se leyó el resultado de las elecciones en términos de fin de ciclo, y el advenimiento de un nuevo gobierno más amigable con el Grupo; que eventualmente podía suspender o derogar la ley de medios.

Es decir que el precio de la acción (y por ende la rentabilidad futura que esperan los inversores) está directamente asociado a la capacidad de presión política del grupo sobre el gobierno de turno, y acá sí podemos hacer una vinculación paralela a la de Víttori: cuando mayor capacidad de apriete tiene Clarín (las famosas "cuatro tapas), más rentables son sus negocios, y más conveniente es invertir en sus acciones.

Que en el medio de todo eso la libertad de expresión o el periodismo independiente queden un tanto desdibujados, sería pura casualidad.

NO HAY QUE PISAR EL PALITO


El fallo de la Corte contra Clarín cambió abruptamente la agenda política, dominada hasta entonces por el impacto de los resultados de las elecciones, pero no porque el kirchnerismo así lo haya impuesto (o por lo menos no solo por eso), sino porque la propia oposición (que en algunos casos debería estar aprovechando los réditos de su perfomance en las urnas) se zambulló de pleno en el tema; con diferentes formas de alineación con la estrategia del Grupo para resistir los efectos del fallo.

Como por ejemplo podemos ver acá en la propia corneta como desfilan todos, con las mil y una gamas del "al fallo hay que respetarlo, sí, pero..."; agarrándose de los centritos que la propia Corte (tal como señalamos acá) les tiró en el fallo: que la publicidad oficial, que el funcionamiento del AFSCA, que los medios públicos, etcétera.

Por esa camino se llega al extremo de que los que no votaron la ley (sea porque se levantaron de sus bancas, sea porque votaron en contra), ni se calentaron por designar a sus representantes en el AFSCA durante años (ni siquiera cuando controlaban las dos Cámaras del Congreso siendo el "Grupo A") porque pensaban que la iban a tumbar, o distribuyen discrecionalmente millones de pesos en publicidad oficial cuando son gobierno (como Macri, De La Sota o el socialismo), ahora son los que se autoatribuyen la condición de ser los únicos exégetas del espíritu de la ley, y los garantes de su fiel cumplimiento.

O plantean modificaciones: que si la conformación del AFSCA, que si la situación de las Pymes (como Binner, recordar esto), que si la actualización tecnológica, esto o lo otro.

Todo eso forma parte de un debate falso, en el cual ni nosotros (en tanto adherentes al proyecto político que conduce Cristina) ni el gobierno, no podemos entrar porque sería pisar el palito.

La ley de medios fue fruto de un proceso de construcción colectiva (empezando por la Coalición Para La Radiodifusión Democrática), debatida en foros públicos durante meses a lo largo y a lo ancho de todo el país, antes de llegar al Congreso; donde obtuvo un amplio respaldo de votos en ambas Cámaras.

Y fue paseada por cuatro años por los tribunales por el Grupo Clarín apelando a todo tipo de chicanas (con la inestimable colaboración de esta misma oposición presentando por su parte cautelares, o frenando la designación del juez de la causa en el Consejo de la Magistratura), hasta que la Corte le puso punto final a la discusión con el fallo del martes.

La misma Corte que esa misma oposición celebró como independiente cuando sepultó la reforma judicial del gobierno, o despachaba la cautelar de la Rural para seguir usurpando el predio de Palermo.

La ley de medios además fue respaldada en el 2011 por el voto del 54 % de los argentinos que reeligieron a Cristina, e incluso más,  si contamos a los que votaron por Binner, dado que el socialismo acompañó la norma; al menos en lo general (votaron en contra el artículo 161).

De modo que no hay más que discutir al respecto, sino cumplirla, lo cual exige acatar el fallo de la Corte sin segundas lecturas ni interpretaciones antojadizas y -casualmente- funcionales a la estrategia dilatoria de Clarín para defender sus negocios.

Y cumplir estrictamente los procedimientos que la misma ley y sus reglamentaciones establecen para llevar adelante el proceso de desinversión, para Clarín (sobre todo, porque es el alcanzado por el fallo y el que la vino pedaleando por años) y para todos los demás grupos de medios.

Todo lo demás es parte de una agenda que no es nuestra, ni debemos adoptar; menos cuando las elecciones ratificaron que tendremos mayoría en ambas Cámaras.

Que planteen todos los proyectos que quieran, que se ocupen ellos de buscar los votos para aprobarlos (ahora, luego del 2015), y concentrémonos nosotros en aplicar la ley por la que se peleó tanto, durante tanto tiempo.

No pisemos el palito de volver a dar un debate que ya se dio y fue saldado como debe ser: en la calle, en los foros, en el Congreso y en las urnas.

Menos cuando en realidad es parte de una estrategia para lograr que un grupo económico se siga creyendo por encima de la ley, del Estado y sus instituciones; para defender sus negocios.  

LAS FRASES DEL MES


1. "La diferencia entre Kirchner y Macri es que Néstor se dormía con el control remoto en la mano mirando la tele, y Mauricio se duerme en el trabajo." (Aníbal Fernández)

2. "Majul está desde el domingo pasando la entrevista de Rial a Cristina en slow motion a ver si la entiende." (Luis D'Elía

3. "Realmente lo comprendo al presidente Obama: yo también tuve que cerrar el gobierno, dos años antes, por falta de apoyo en el Congreso." (Fernando De La Rúa)   

4. "Por suerte los estudios médicos despejaron las dudas sobre lo que tiene Cristina en la cabeza, para saber lo que tiene Binner tendremos que esperar a la autopsia." (Aníbal Fernández

5. "Yo siempre tuve un golpe en la cabeza y no hago tanto escándalo." (Mariano Grondona)

6. "El origen de esta incalificable agresión con tijeras a Sandra Borghi  hay que buscarlo en aquel discurso de la presidenta en el que pidió que nadie se hiciera los rulos." (Nelson Castro)

7. "Ya en el 2004 yo le decía a Néstor: "Tendrías que hacerla ver a Cristina, tiene algo raro en la cabeza"." (Alberto Fernández)

8. "En realidad me interné en la clínica  Favaloro para investigar que pasaba realmente con la salud de la presidenta, pero los de la SIDE me secuestraron la cámara y el grabador que tenía escondidos adentro del papagayo." (Jorge Lanata)

9. "Yo a Binner le tengo confianza, sé que si fuera presidente me nombraría embajadora, pero nunca en Bolivia o Paraguay." (Mirtha Legrand)

10. "Lo que la presidenta no cuenta es que ya desde el 2004 yo quería lanzar el "Fútbol Para Todos", y me reunía con Van Der Kooy para que en el Grupo Clarín se fueran haciendo a la idea." (Alberto Fernández)

11. "Es tremenda la violencia de que son capaces los narcotraficantes: fíjense ustedes esto de bajarle el helicóptero a balazos a Bonfatti, que no sé que estaba haciendo en San Juan." (Fernando De La Rúa)

12. "¿Por qué apurarse a resolver la causa de la ley de medios antes de las elecciones, cuando uno tiene toda una vida por delante? (Carlos Fayt)

13. "No sé que habrá hecho Insaurralde, pero es falso que nosotros le hayamos ofrecido a Belén Mosquera conducir la Agencia Nacional de Seguridad Vial." (Florencio Randazzo)

14. "Digan lo que que quieran, pero mientras yo estaba a cargo de la custodia del gobernador, nunca le balearon la casa." (Hugo Tognoli)

15. "Al final con Sebastián Pignatta no tenemos tantas diferencias: yo también -como él- quiero al gabinete en la calle." (José Corral)

16. "El intendente nos terminó dando la razón: mandó al gabinete a los barrios y volvió un 30 % menos, porque se perdieron." (Sebastián Pignatta)

17. "Es verdad que el gobernador recibió amenazas sobre que podría pasarle algo en la autopista, pero no creo que pagar un peaje de 10 pesos se pueda considerar un atentado." (Antonio Ciancio

19. "Si nadie quiere enterrar los restos de Priebke que me los den a mí, que tengo lugar en el patio de la quinta." (Alejandro Biondini)

19. "Que hayamos celebrado los 150 años del primer fallo de la Corte no significa que yo lo haya firmado." (Carlos Fayt)

20. "Campanella es un fiscal de película y Pino, un candidato de madera." (Hermes Binner)

21. "Nosotros tenemos nuestras propias encuestas, que las hizo Cynthia Pok, y nos dan que estamos ganando." (Claudio Lozano)

22. "Si creen que el caso Cabandié perjudicó al kirchnerismo, esperen a que aparezca el video en el que Vinader le pide a Scioli los papeles de la lancha." (Jorge Lanata

23. "Que yo haya dicho que los que me tirotearon la casa son gente con el cerebro muy limitado no significa que esté pasando facturas hacia la interna del Frente Progresista." (Antonio Bonfatti)

24. "Los que se preocupan por lo que le haría Sergio al nene si lo encuentra fumando un porro es porque no saben lo que le haría yo." (Malena Galmarini)

25. "Es verdad, el gobernador tiene 25 policías de custodia, pero en el momento del atentado se habían ido todos a llevar las notas a las heladerías." (Raúl Lamberto)

26. "La sangre derramada en el disco rígido del tren no será negociada." (Rubén Sobrero)

27. "Si es para bajar cuadros del kirchnerismo, que me llamen a mí que tengo experiencia en el tema." (Aldo Rico)

28. "Gerardo Sofovich me ofreció hacer en Mar del Plata "Vení que te hago la boleta", y lo estoy pensando." (Belén Mosquera

29. "Quiero desmentir terminantemente que el gobernador haya enviado a la Legislatura el pliego de Jésica Cirio." (Hermes Binner

30. "Me habían advertido que Lanata era un mufa que fundía todos los medios en los que trabajaba, y no lo quise creer." (Héctor Magnetto

31. "Estoy evaluando seriamente comprar acciones del Grupo Clarín." (Paul Singer)

miércoles, 30 de octubre de 2013

¿AL PROYECTO O A LOS NEGOCIOS?


Leemos en el diario del Loco Lindo como los dueños de la ciudad (que de buenos que son, nos la prestan para que vivamos) quieren tapar el árbol con el bosque, y salen supuestamente en defensa del proyecto de traslado del puerto al Paraná; cuando en realidad están hablando de otra cosa, que es la denuncia que se tramita en los tribunales por numerosísimos delitos presuntamente cometidos por Marcelo Vorobiof; el presidente del Ente Administrador.

De lo cual dábamos cuenta acá, recogiendo la investigación de Tercer Mundo On Line; y que tuviera su origen incluso en un par de auditorías ordenadas por el propio gobierno provincial; pese a lo cual Bonfatti -tal cual da cuenta la nota- ha decidido sostener a Vorobiof en su cargo.

Dicen los de la "Mesa Productiva que expresan su deseo de que "cualquier hecho, circunstancia o situación de orden personal, que en el curso del extenso proceso llevado adelante pudiera ser motivo de objeción, discusión o reproche, tenga un rápido esclarecimiento y que se dirima en los pertinentes ámbitos institucionales", pero el problema es que -conforme surge de los avances de la investigación; las denuncias contra el presidente del Ente ya no son algo personal, sino institucional: el propio Bonfatti dice en la misma nota que "Cada cual responde por sus actos y hay un colectivo, porque es un directorio integrado por siete miembros, que representan a distintas instituciones o sectores de la ciudad".

Instituciones que -no casualmente- son las que están representadas en la Mesa Productiva; y que lo primero que tendrían que hacer (antes que intentar confundir a la opinión pública sobre que es lo que está en discusión), es aclarar que hicieron sus representantes en el Ente Administrador cuando se consumaban cada una de las irregularidades que se le imputan a Vorobioff.

Porque no se trata (como dice la nota) de meras objeciones o reproches a su gestión y la del resto del directorio del Ente, sino de delitos; de los que Vorobiof se defendió en tribunales (solicitando el archivo de la causa) con el argumento de que el ente es público pero no estatal (lo cual es cierto: lo dice su ley de creación); y por ende ni él es un funcionario público (aunque sea el Gobernador el que lo nombra y eventualmente lo puede remover de su cargo), ni el Ente está obligado a seguir los procedimientos del Estado para contratar (por ejemplo hacer licitación pública), o someterse al control del Tribunal de Cuentas; no obstante que Bonfatti lo habría mandado a auditar por la Sindicatura General. 

Con lo cual no queda claro si lo mantiene en el cargo a Vorobiof porque entiende que no lo puede controlar, o porque no encontró irregularidades en su gestión: ¿se apelará en éste caso a argumentos similares a los de la designación de Tognoli como jefe de policía, o el envío del pliego de Sirio a la Legislatura?

¿Dirá el gobernador que Vorobiof fue designado por Binner y ratificado por él, pero era porque le correspondía por escalafón o carrera, o surgió de un concurso o algo por el estilo organizado por las "fuerzas vivas" o -como decía Perón- los vivos de la fuerza?

Si es cierto que el ente portuario es "público no estatal", también es cierto que para que el proyecto de traslado del puerto al Paraná (que tiene sus propios problemas y cuestionamientos, según lo indicado acá) que tanto preocupa a la Mesa se concrete, el Estado provincial tuvo que contraer una deuda por 45 millones de dólares, que originariamente debía pagar el Ente; pero luego fue traspasada a la provincia.    

Porque sepámoslo reiterando lo dicho: toda esta buena gente tan preocupada por el proyecto del nuevo  puerto no ha puesto un mango para concretarlo; aunque seguramente cuando funcione facturará sus buenos negocios en él.

Que no son excluyentes de los que vienen haciendo en el actual emplazamiento del puerto, por derecha o por izquierda.

Consolidando un modelo originado en el menemismo y no modificado desde entonces, en el cual el Estado es el socio bobo que tiene que poner la infraestructura y la plata, para después mirar al costado mientras los privados hacen sus negocios, y no se puede meter. 

Lo que nos lleva a preguntarnos que es lo que verdaderamente apoya y defiende la Mesa de Entidades Productivas.

GRACIAS COMPAÑERA


Graciana Peñafort, la abogada sanjuanina que muchos conocieron cuando se transformó en la figura de la audiencia pública en la Corte Suprema.

Su defensa de la Ley de Medios fue brillante, respondiendo con una claridad conceptual y técnica notable a las preguntas de los miembros de la Corte.

Tuvo la capacidad incluso en la audiencia, para aclararle al presidente, Ricardo Lorenzetti, algunos términos de la ley.

Entre la intervención de la compañera Peñafort y las alocuciones de los abogados del Grupo Clarín, la distancia fue abismal. Un caso interesante para demostrar que en el Estado hay profesionales de enorme capacidad, y que las luminarias jurídicas de los grandes grupos económicos, en muchos casos demuestran enormes limitaciones, y solo se destacan por los siderales honorarios que cobran.

Son figuras en los medios adictos, cuando las preguntas y el discurso están armados, pero cuando surgen situaciones o planteos jurídicos no previstos, hacen agua. Como lo hicieron ante muchas preguntas de la Corte. Profesionales con gran cartel y que cobran muchísimo más de lo poco que producen. Son desde el punto de vista del mercado, absolutamente no competitivos, inviables.

Pero la compañera había empezado a trabajar en la ley de medios muchos años antes de esa audiencia en la Corte Suprema.

Peñafort hasta 2012 fue directora de Asuntos Legales y Normativas de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), y una de las autoras de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, para después dedicarse a estructurar la defensa de la norma, brindando los argumentos para su debate.

Argumentos basados fundadamentalmente en razones constitucionales, en aspectos vinculados al consumidor, en la diferenciación entre sustentabilidad y rentabilidad, desenmascarando así el disparate jurídico sostenido por el Grupo Clarín, que argumentaba que si se afectaba su escala de negocios, el grupo dejaba de ser competitivo, y que de esa manera se afectaba la libertad de prensa.

Un disparate jurídico que la compañera pulverizó también en la audiencia, en base a normas de derecho público y privado, expuestas de manera notable.

Ella tiene un mérito importante en el buen resultado final. Gracias, Compañera.

ELLOS NO APRENDEN MÁS, HAGÁMOSLO NOSOTROS


Apenas se conoció ayer el fallo de la Corte en la causa de la ley de medios comenzaron las reacciones en cadena de los dirigentes de la oposición, que por previsibles que parezcan, en un punto no dejan de sorprender.

Desde la incontinencia verbal desaforada de Carrió y Pino, hasta los balbuceos incoherentes de Binner y Macri; pasando por el amplio espectro de radicales y progres varios; todos desfilaron por micrófonos y cámaras del Grupo para dar el presente, y opinar en línea con lo que se esperaba de ellos.

Hasta ahí nada novedoso: pagan con fidelidad la cuota de aire y pantalla que les permite subsistir y eventualmente crecer, en tiempos de telepolítica.

Sin embargo sus reacciones dejan en evidencia un costado más complejo, sobre la fragilidad de la democracia que construimos (o en todo caso del sistema político que la expresa en términos de representación); y que justo hoy celebra 30 años de recuperada.

La pelea contra Clarín por la ley de medios fue una batalla que el kirchnerismo dio (políticamente hablando) en soledad (cuestión sobre la que volveremos más adelante); con el acompañamiento sí de las fuerzas sociales que por años bregaron por una comunicación más democrática.

Pero sin desconocer ese aspecto (que hace justamente al fortalecimiento y la profundización de la democracia), desde acá siempre sostuvimos que el conflicto era de naturaleza estrictamente política, como que tiene que ver con la puja entre el poder del Estado democrático (con autoridades emergidas de la voluntad popular) y el de las corporaciones económicas, que siguen sólo la lógica de sus propios intereses.

Y no se trata de una simple muletilla, o de un discurso de campaña. Hace poco y pendiente fallo de la Corte, decíamos en ésta entrada (en la que inclusio eramos escépticos sobre el resultado del fallo, por que negarlo): "Aun si el fallo fuera favorable a la validez de la ley, la complejidad del proceso de desinversión que debería encarar Clarín hará que -seguramente- se vean sus resultados cuando Cristina ya no esté en el gobierno; del mismo modo que ganó ampliamente las elecciones del 2007 (después del DNU de Kirchner que prorrogó las licencias por 10 años, y poco antes de la fusión de los cables) y del 2011, ya en guerra abierta y con todos los medios del Grupo tirando en contra las 24 horas.

Hechos estos que deberían mover a la reflexión sobre un punto: la influencia de los medios (en éste caso los del Grupo Clarín) no se ejerce tanto sobre las audiencias (cosa que existe, y debe ponderarse en su justa incidencia), sino sobre el sistema político; tratando de imponerle una agenda. 

Cuando hoy se deslegitima a la ley de medios reduciendo el asunto a una pelea de viejos socios, o a un simple cambio de monopolios o multimedios (desplazar a Clarín para que ganen terreno Telefónica o Vila-Manzano) se confunde lo principal con lo accesorio; en términos de una lectura política de todo este asunto que trascienda al kirchnerismo.".

En ese marco, la pelea que el gobierno acaba de ganar con el fallo de ayer (un hito importante, en un arduo y espinoso camino aun por recorrer) no es un triunfo del kirchnerismo, sino del conjunto de las fuerzas políticas, y de la democracia argentina.

Representa un activo ganado para todos, aunque no todos parecen apreciarlo de ese modo: nadie les pide a los dirigentes opositores que defiendan una causa en la que no creen, sino simplemente de que tomen nota del punto; aun para guardar un prudente e inteligente silencio pensando a futuro, en que -si les tocara gobernar- tendrían un problema menos con el que lidiar, sin haber movido un dedo; antes bien pateando en contra todo el tiempo.

Porque cuando un grupo económico alcanza el tamaño y la influencia que tuvo y tiene Clarín (una cosa derivada de la otra: al final el tamaño sí importa, claro que no en el sentido que ellos lo dijeron en la audiencia), está en su naturaleza seguir apretando al poder político, extorsionándolo constantemente para arrancarle nuevas concesiones.

¿Acaso la propia oposición no toma nota siempre del hecho de que el kirchnerismo pasó de socio a enemigo, en años, por qué suponen que para ellos sería distinto?

Es posible que algunos (Carrió, Solanas) sobreactúen la obsecuencia con Clarín desde una íntima convicción de testimonialidad, esto es no la firmeza en sostener determinadas convicciones, sino la certeza de que nunca, jamás de los jamases, serán gobierno; y por ende el Grupo (u otros similares) no podrán extorsionarlos, o condicionarlos.

Pero hay otros (Macri, Binner, el radicalismo) que construyen  políticamente con la intención de serlo (o al menos eso dicen), y por ende deberían tomar nota de estas cuestiones: les bastaba con permanecer en silencio, o incluso celebrar en términos estrictamente republicanos (de ese republicanismo que cultivan, pero sólo en en el plano teórico) que el pleito se haya resuelto como debe ser, con un fallo del más alto tribunal del país, precedido de todas las garantías de procedimiento posibles; y que de ese modo se afianzan las instituciones.

Por supuesto que no se nos escapa que no lo hicieron porque siguen tributando a otra lógica de gobernabilidad distinta de la que instauró Néstor Kirchner a partir del 2003, y la propia historia de la ley de medios así lo refleja: no solo hay que evaluar como reaccionaron ante el fallo los que la votaron en contra o se fueron del Congreso cuando se discutía; sino la actitud de algunos que en aquel momento la apoyaron.

En varias oportunidades (la última de ellas ésta) recordábamos nosotros que fuerzas como el socialismo o Proyecto Sur votaron en contra el artículo 161 de la ley (la cláusula de desinversión). 

Pues bien, sepamos que los argumentos que utilizaron para hacerlo en aquel 2009, son exactamente los mismos que usó luego la Cámara en lo Clarín y lo Rural para declarar inconstitucional el artículo 48, y ayer los votos en disidencia de Maqueda, Argibay y Fayt para hacer lo propio con ése y el 161; e intentar que Clarín conservara sus licencias excedentes, hasta su vencimiento. Es como dictar una ley desmonopolizando el mercado del acero, y preguntarle a Techint como y cuando quiere desinvertir.

Pero como sugiere el título, el fallo deja también enseñanza para nosotros: nos obliga a poner toda la energía necesaria para aplicar la ley en plenitud, siguiendo los canales institucionales que la propia ley establece; pero estrictamente eso.

Así como el fallo llega cuando muchos (desde el propio kirchnerismo, y algunos desencantados) aconsejaban pasar de pantalla, y ocuparse de otras cosas; olvidando el asunto o dándolo por perdido, sería un grave error poner a todo el gobierno detrás de la pelea con Clarín (que será larga y dura) para lograr que lo cumpla. De hecho mucho de eso hubo luego del triunfo del 2011, con los resultados conocidos.

De acá al 2015 hay una amplia agenda  de temas que demandan atención prioritaria (transporte público, inflación, empleo en negro, salud) del gobierno, incluso más allá de como desemboque políticamente el proceso de la sucesión de Cristina.

Si se entienden y conjugan adecuadamente ambos aspectos el kirchnerismo habrá hecho otro aporte sustancial (uno más) a la consolidación de la democracia argentina. 

martes, 29 de octubre de 2013

CONTRA ESTOS PERDIMOS


Por gentileza del amigo Gerardo Fernández que lo puso en Twitter, les dejamos el audio de Binner entrevistado por Zloto, hablando sobre el fallo de la Corte en la causa de la ley de medios.

En realidad, hablando de cualquier cosa porque del fallo en sí, no dijo nada: estaba completamente en bolas, o se hacía el boludo:



Preguntado tres veces sobre que opinaba de que Clarín tuviera que desinvertir, habla del AFSCA, de modificar la ley y de que la desinversión no está reglamentada.

O sea que este decreto de Cristina del 2010esta resolución de Mariotto del mismo año y ésta y ésta otra de Sabatella del 2012, nunca salieron.

Y que decir de éste otro muñeco, que lo candidateó a Del Sel:



En fin, es lo que hay; tan mal estamos que contra estos perdimos el domingo.

PD: que podés esperar de los socialistas, como el nono Fayt.

¿PRUEBA SUPERADA?


Después de cuatro años de espera, la Corte falló hoy (apenas a dos días de las elecciones)  por la constitucionalidad de la ley de medios.

En el trazo grueso del fallo (que pueden ver completo acá) coincidieron en rechazar los planteos del Grupo Clarín seis jueces, todos menos Fayt. En sus respectivos votos Maqueda y Argibay difirieron sobre el artículo 161 y el plazo de desinversión.

La parte central del fallo (concentrada en las primeras 75 páginas de las 392 que tiene en total) representan una derrota en toda la línea para Clarín, a menos en sus argumentos más relevantes contra 4 artículos de la ley (los 41, 45, 48 y 161); a saber:

* La Corte  deja en claro que la libertad de expresión, en su faz individual, admite una casi mínima actividad regulatoria estatal; pero que en su faz colectiva, tiene por objeto proteger el debate público, con amplias oportunidades de expresión de los distintos sectores representativos de la sociedad.  Se trata de fortalecer una democracia deliberativa, en la que todos puedan, en un plano de igualdad, expresar sus opiniones y en la que no pueden admitirse voces predominantes.

* Eso justifica la facultad del Estado de regular los medios audiovisuales para prevenir esas situaciones, y le incumbe a los jueces determinar si los medios elegidos para hacerlo (en este caso la LSCA) son proporcionados al fin, razonables y ajustado a la Constitución; no sustituir al legislador poniendo otros medios que ellos pudieran considerar adecuados, para conseguir esos fines.

Y en ese sentido, encuentra que las normas que fijan los topes de acumulación de licencias o número de abonados en la televisión satelital o por cable, así como evitan la superposición de licencias en las mismas manos dentro de una determinada área de cobertura y demás restricciones de la ley, cumplen satisfactoriamente con esos estándares.

* Señalan también que la ley es coherente con el derecho de los consumidores a la información (Art 42 CN) lo que significa el acceso a distintas fuentes plurales; y con defensa de la competencia, como bien de incidencia colectivo (artículo 43 de la Constitución Nacional), justificando además su regulación por una normativa específica (la LSCA), y no por las normas generales vigentes en la materia (Ley 25.156).

Como consecuencia, consideran constitucional el artículo 41, en cuanto sujeta la transferencia de licencias a la autorización estatal y establece limitaciones a la enajenación; y el artículo 45, en cuanto establece un máximo de 24 licencias de cable por titular, un máximo del 35% del total de habitantes o abonados (aplicable también a la televisión satelital), el apartado que no permite ser titular de más de una señal de contenidos, y los que impiden acumular una licencia de cable o 1 licencia de TV abierta en orden local, 3 licencias locales, 1 señal de contenido para titulares de licencias de radio y tv abierta y 1 señal propia para los titulares de licencias de cable..

* Ratifica lo dicho al tratar la cautelar, en cuanto a que el Grupo Clarín no ha logrado acreditar en la causa que se vulnere la libertad de expresión; o que mantener su actual estructura y tamaño sea absolutamente necesario para garantizarla (argumento del Grupo en la audiencia pública). Incluso sostiene el fallo que tampoco la pericia económica pudo demostrar que la estricta aplicación de la ley lleve al grupo a su quiebra o desaparición; y que tampoco es cierto ni está demostrado que solo siendo un multimedios del tamaño del Grupo se pueda ejercer el periodismo independiente, con un discurso crítico al gobierno.

* Aclaran que lo que está en discusión es una ley del Congreso y no una decisión del Poder Ejecutivo, lesiva de la libertad de prensa, dirigida contra un particular que pueda dar lugar a la aplicación del precedente  “Editorial Río Negro S.A. c/ Neuquén”. Por el contrario, la ley 26.522 emanada del Congreso no establece reglas dirigidas a afectar a un sujeto y no a otros. La ley establece límites iguales para todos los titulares de licencias. De modo que no corresponde aquí partir de una sospecha de ilegitimidad de la norma con desplazamiento de la carga de la prueba, sino que debe ser el grupo actor quien debe acreditar que la ley afecta sus derechos constitucionales.

* Si bien reconocen la validez del artículo 48 de la ley (que establece que no se pueden alegar derechos adquiridos frente a las disposiciones desmonopolizadoras de la ley), admiten los supremos que Clarín es titular de licencias que están protegidas porque integran el concepto de propiedad constitucional.

Señalan que el modo de proteger estas licencias es la indemnización pecuniaria, pero de ningún modo implica que la ley no pueda ser aplicada. Si así fuera, ninguna ley que proteja el interés general podría ser eficaz. De esto se sigue que el Grupo podría -en otra instancia judicial- demandar una indemnización, si logra demostrar que tener que desprenderse de licencias, o desguazar Cablevisión, le causa un perjuicio económico.

* El artículo 161, cuyo plazo de encuentra vencido, también fue considerado constitucional; y rechazaron la aplicación de los principios de la expropiación porque advierten que las normas reglamentarias contemplan procedimientos para que Clarín se desprende de sus licencias, transfiriéndolas a otros prestadores, por plata.

Sabedores del impacto político del fallo, hacen un poco de fulbito para la tribuna, incursionando en cuestiones que (ellos mismos lo reconocen) no fueron parte de la discusión en términos jurídicos, a saber: 

* Advierten que la ley y su propósito de lograr pluralidad y diversidad en los medios masivos de comunicación perdería sentido sin la existencia de políticas públicas transparentes en materia de publicidad oficial; y señalan que el Estado afecta la libertad de expresión, si por la vía de subsidios, del reparto de la pauta oficial o cualquier otro beneficio, los medios de comunicación se convierten en meros instrumentos de apoyo a una corriente política determinada o en una vía para eliminar el disenso y el debate plural de ideas.  

* Hasta se hicieron tiempo para cargar contra "6 7 8" con éste párrafo: "Lo mismo ocurre si los medios públicos, en lugar de dar voz y satisfacer las necesidades de información de todos los sectores de la sociedad, se convierten en espacios al servicio de los intereses gubernamentales.

* Reclamaron por la "independencia" de la AFSCA: "Es de vital importancia que la autoridad de aplicación sea un órgano técnico e independiente, protegido contra indebidas interferencias, tanto del gobierno como de otros grupos de presión."

Por supuesto que además un fallo de tamaña relevancia merece algunas mínimas consideraciones políticas, a saber:

* Una resolución de estas características (392 páginas) no se redacta en dos días o menos, después de las elecciones, pero sí eligieron difundirla con los resultados a la vista; lo que deja a las claras que la Corte (ésta, cualquiera) es un tribunal político, aunque falle con fundamentos jurídicos.

* El núcleo duro de los argumentos usados en el fallo para darle la razón al Estado pertenece al ABC de la teoría constitucional; ni inventaron nada nuevo ni descubrieron la pólvora; simplemente fueron demorando la causa tanto tiempo para espiar como venía el panorama político.

* Por esa razón se resistieron a concederle al kirchnerismo un fallo favorable (con estos mismos argumentos, disponibles entonces) luego del 54 % de Cristina, y lo dictan ahora: la famosa teoría de los "contrapoderes" y los "equilibrios institucionales" que tanto lo seducen a Lorenzetti.

* Otra lectura posible es que avizoran que cualquier gobierno futuro luego de los de Néstor y Cristina será -forzosamente, por la configuración del sistema político argentino. más débil; y por ende podría volver a conservar vigencia aquéllo de que cuatro tapas de Clarín en contra, lo harían tambalear o caer. Disminuyendo el poder de fuego mediático del Grupo, ese peligro podría ser menor.

* El fallo debería ser festejado no solo por el kirchnerismo, sino por cualquier dirigente político nacional que se precie de medianamente serio; porque si la ley se cumple y el Grupo debe desguazarse, se comenzará a desamartillar aquéllo que Luis D'Elía llamó (proféticamente) una pistola puesta en la cabeza de la democracia. 

Una democracia que justo mañana cumple 30 años de la vez en que volvimos a votar tras la dictadura, y que no podría haber encontrado mejor forma de celebrar.

Cuando Cristina anunció que enviaba la ley al Congreso dijo (también con visión profética) que representaba una prueba ácida para los poderes de la democracia, de si podían resistir los aprietes de las corporaciones mediáticas.

Cuatro años después, veremos si este fallo de la Corte abre por fin el camino para saber -de una buena vez- si la prueba fue superada.

LOS RIESGOS DE TENER UNA BOCOTA DEMASIADO GRANDE


Leemos a la pitonisa en la tribuna de doctrina: "La diputada Elisa Carrió , quien logró renovar su banca por UNEN, advirtió hoy que los argentinos "no saben" si la presidenta Cristina Kirchner "vuelve" a la Casa Rosada, por lo que llamó a "los líderes opositores" a dar "certezas" desde el lugar de responsabilidad que ocupen, sin adelantarse a la lucha electoral de cara a 2015.

En declaraciones al canal de cable TN , la legisladora nacional enfatizó: "No sabemos si vamos a tener Presidenta; hoy Cristina no está, no sabemos si vuelve, no sabemos cuál es el papel de (Amado) Boudou", tras señalar que "como hay tanta incerteza, las certezas las tenemos que dar los líderes opositores en las bancas". Sostuvo que "la sucesión presidencial tiene que ser de todo el PJ; los que hoy aparecen como opositores son kirchneristas, eran kirchneristas hasta ayer y tienen que hacerse cargo de esto. El ajuste lo tiene que pagar el PJ".
Insistió en señalar que en los comicios de ayer "todos fuimos elegidos para ser diputados de la Nación. A mí me tocó otra experiencia -resaltó- donde los que ocupan las bancas después se desocupan de los problemas hasta la próxima elección".
"Ahora hay que estar en las bancas, ese es el lugar para el cual nos eligieron a todos. Vamos camino paso a paso a la República", aseveró.
"El autoritarismo del kirchnerismo terminó, la prepotencia del kirchnerismo terminó, el maltrato terminó; ahora tenemos dos años donde hay que pagar la fiesta populista que hicieron", afirmó." (las negritas son nuestras)

No tiene demasiado sentido detenerse en las expresiones abiertamente desestabilizadoras de esta desquiciada, ni sorprendernos porque especula con la salud de Cristina: al fin y al cabo dijo en su momento que cuando murió Néstor fue el día más feliz de su vida, y pudo dormir en paz.

Como tampoco tiene mucho sentido remarcar que llama a estar en las bancas, cuando es público y notorio que -cada vez que puede- se raja de viaje por algún lado, y ni aparece por el Congreso. 

Nos interesa en cambio detenernos en lo que resaltamos en negritas, y no se trata de una nueva profecía del oráculo naranja, no señor: se trata de lo que muchos saben, pero sólo una inimputable como Carrió dice abiertamente.

Y es que la idea de "fin de ciclo" se complementa con la de que "el gobierno tiene que escuchar el mensaje de las urnas", y eso conduce al ajuste; a que Cristina haga el trabajo sucio en estos dos años que le restan de mandato, para allanarles el camino a los que vengan después: tarifazos, devaluación, levantamiento del cepo al dólar y a todos los controles de movimientos de divisas y capitales; y si mal no viene -so pretexto de combatir la inflación- baja del gasto público, frizzado de paritarias y demases.

Para alguien borderizo que se mueve siempre en el filo como Carrió, no es casual encontrar ocasiones para parar la oreja y escuchar cosas que no se deben repetir en público, porque no reditúan ni son de buen tono, sobre todo en tiempos electorales.

Pero el megáfono carriotista no reconoce frenos inhibitorios, y dice estar compelida moralmente "a decir la verdad, aunque duela".

Es posible que, como dice tantas taradeces a diario, estas declaraciones de Carrió pasen desapercibidas, pero son para tomarlas bastante en serio: Lavagna De Mendiguren, Redrado y los demás cerebros económicos que rodean a Massa, no deben pensar muy distinto; aunque no lo digan. 

De acá al 2015 y más allá de los problemas que el país tiene, van a querer ir sembrando la idea de la ingobernabilidad política (sobre todo luego de que el reparto de las bancas en el Congreso que arrojaron los números del domingo no los dejó satisfechos), y de la profunda crisis económica.

Porque en esos escenarios la gente está más preparada para aceptar sin chistar soluciones extremas, la famosa terapia de shock que le dicen.

Y sin que esto se interprete como una alusión a la salud mental de Carrió.