miércoles, 23 de octubre de 2013

NUNCA DEJES QUE LA REALIDAD TE CAGUE UNA BUENA TAPA

 

¿Cómo era eso de "la realidad se puede tapar, o se puede hacer tapa"?

Que parte de la línea editorial de un medio es el recorte que elige hacer de la realidad, que hechos o noticias privilegiar por sobre otros, es una verdad de perogrullo; a condición de que se trate de eso: hechos.

En ese sentido, y más allá de la valoración que esos hechos merezcan (lo que también es parte de esa misma línea editorial) lo que no se puede hacer es ignorarlos; porque si no no se está haciendo periodismo sino otra cosa.

Dicho esto, pocas dudas caben que uno de los hechos más relevantes de ayer (si no el más importante) es que buena parte de las familias argentinas estuvieron pendientes del nuevo sorteo del PROCREAR, y que al final del día más de 158.000 de ellas dieron un paso gigantesco para concretar el sueño de la casa propia.

Frente a eso, Clarín elige poner en tapa no un hecho (en el sentido de algo novedoso, que ocurrió ayer), sino las conclusiones de un informe elaborado por el gobierno de la CABA (es decir parte de la oposición al gobierno nacional), referido a la vivienda pero en un contexto muy particular: el muy singular mercado inmobiliario porteño, que resiste la pesificación de las operaciones más que ninguno (en el interior del país es más frecuente que las compraventas de inmuebles no se terminen cerrando en dólares).

Es decir que la tapa del diario expone una realidad que existe, y una dificultad real, pero de un modo menos extendido y generalizado que las (también) dificultades de muchas familias para acceder al crédito hipotecario para vivienda en condiciones favorables; un problema estructural de larga data respecto al cual el PROCREAR es una más que eficaz respuesta, dato comprobable además por los testimonios de los propios beneficiarios.

Pero en la guerra santa contra el kirchnerismo que ha emprendido Clarín (mas aun a escasos días de un elección) sería una inadmisible deserción reconocer que el programa es un acierto, reconocido incluso por gente que no votó ni votará a los candidatos del gobierno el domingo.

No sea cosa que la alegría por haber obtenido el crédito modifique las opciones electorales de más de uno, por eso hay que editorializar para sostener el desánimo; por las dudas.

 Y acá tienen otro ejemplo de lo mismo, claro que de tono menor porque El Cronista no tiene la penetración de Clarín, y tampoco pone el tema en su tapa, pero la idea es más o menos la misma:


El título nos dice que la fuerte importación de energía es el factor que sigue impactando en la reducción del superávit comercial (también se podría decir que el país sigue teniendo -pese a todo- superávit comercial), pero la nota luego explica que bajó la importación de combustibles y lubricantes; por primera vez en mucho tiempo (esto lo acotamos nosotros).

Y lo que el artículo no dice es que esa disminución de las importaciones de combustibles y lubricantes se debe (en casi su totalidad) al aumento en la producción de petróleo por parte de YPF, y el también significativo aumento en la refinación para garantizar el abastecimiento de combustibles del mercado interno (¿alguien recuerda las largas colas para conseguir naftas?).

Claro que consignar eso en la nota significaría reconocer la eficacia de la gestión del Estado en la petrolera, algo que por supuesto el diario de De Narváez tampoco concedería a cinco días de las elecciones.  

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