miércoles, 25 de diciembre de 2013

Y NO SE VINO



Quizás sea prematuro para decirlo, porque estamos en la mañana de Navidad; y todavía faltan un puñado de días para terminar un año difícil.

Pero lo cierto es que pasaron las fiestas, y antes de eso, el aniversario de aquel diciembre trágico del 2001 y no se produjo el tan ansiado -y deseado por muchos- estallido social.

Y que no se diga que fue porque los gobiernos (incluyendo el nacional) se apresuraron a mejorar los salarios de las fuerzas de seguridad para distender ese frente y utilizarlas para reprimir si fuera el caso, o para evitar que se repitieran las sediciones policiales que se replicaron hace poco en todo el país.

Porque con ese argumento no harían más que confirmar que de estallido social hubo poco, y de robo organizado aprovechando las zonas liberadas por la ausencia policial, mucho. 

En un país con muchos problemas (eso de que nosotros sostenemos un relato en el que todo está resuelto es un mito opositor), algunos de ellos graves, la mayoría de los argentinos apostó (como era de esperarse) a pasar las fiestas en paz.

Y el éxodo masivo a los lugares de veraneo, y los habituales amontonamientos de gente comprando regalos de último momento devolvieron la imagen de un país, si no plenamente feliz y conforme, muy pero muy lejos del infierno que nos pintan todos los días desde la tapas de los diarios.

Como fue el año pasado, y el anterior, y la mayor parte de los diciembre de esta última década.

Demostrando que en éste asunto del eterno retorno de la profecía del estallido social hay bastante de proyección de deseos, de gente que confunde eso (sus propios deseos) con la realidad.

Gente que metaboliza mal resultados electorales, o que pensó -como Escribano- que el kirchnerismo era otro intento fallido mas, que iba a durar un año; y para la cual su simple perduración desde entonces, supone poco menos que un suplicio. 

Que le asignó a las elecciones de éste año un carácter plebiscitario, de un modo tal que el lunes a la mañana, luego de que las urnas hablaran, Cristina no estaría mas en la Casa Rosada.

Pero las cosas son más complejas: la sociedad lo es, la construcción política también, y dentro de esa complejidad, el kirchnerismo; cono encarnación actual del peronismo en el gobierno.

Un proyecto político que -con marchas y contramarchas- ha introducido en el país cambios que terminaron conformando una Argentina distinta a la del 2001 (a la que siempre se evoca, desde el temor o desde el deseo); y para nosotros, claramente mejor. 

No perfecta, mejor.

Este último aspecto incluso corroborado por el pueblo argentino en forma mayoritaria, en dos elecciones presidenciales; zanjando todo debate al respecto, al menos en términos de legitimidad democrática.

Y un país al que le esperan por delante desafíos mayúsculos, algunos de larga data, otro producidos por el crecimiento y el modo en que salió de la crisis del 2001, que generan nuevas demandas; porque de eso se trata la evolución de las sociedades, y el rol de la política es estar atenta para interpretarla y darle respuestas.

Pero al mismo tiempo un país en trance de maduración, que de a poco entiende que aquéllos días del 2001 fueron de excepcionalidad, porque se derrumbaba una experiencia política y social que trascendía al gobierno de la Alianza, y que fue nefasta para las mayorías nacionales.

Si se comprende ese carácter excepcional, es posible que muchos maduren superando la pulsión de ver sus deseos íntimos transformados en realidad, y aun desde otra perspectiva distinta a la nuestra, se dediquen a construir en serio un país mejor; sin apostar al eterno fracaso, sólo para probar que tenían razón. 

3 comentarios:

  1. O como en algunos campeonatos en que algunos esperan , no ganar, sino que los contrarios pierdan!
    Buena navidad nestor-nautas!
    Por el eternautico recuerdo del Oesterheld bueno!
    Julia

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  2. La conclusión dice tanto del choque que enfrentamos en estos largos años.
    A veces siento que ese llamado a la comprensión será al fin una realidad. A veces, que este es un país de hijos de puta sin remedio.
    Finalmente, lo que siento yo poco importa si un colectivo al fin madura y puede construir por el bien de todos.

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  3. "Que le asignó a las elecciones de éste año un carácter plebiscitario, de un modo tal que el lunes a la mañana, luego de que las urnas hablaran, Cristina no estaría mas en la Casa Rosada." Y fueron plebiscitarias. Pero el gobierno las ganó.

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