lunes, 13 de enero de 2014

EN EL BARRIO RUCCI, EL PADRE IGNACIO.



Ignacio Peries, es un sacerdote ceilandés -nacionalizado argentino-, que llegó a Rosario a fines de los ´70, y se hizo famoso por sus "poderes sanadores", siendo uno de los referentes al respecto. Miles y miles de personas pasan por el barrio Rucci para recibir su palabra, imposición de manos y esperar el "santo milagro" de la cura del cura.
En estos días, se armó un escandalete con el arzobispado de Rosario porque Ignacio, en su programa televisivo,  aceleró su heterodoxia e invitó a una pareja de gays para que contaran su historia el día de Navidad, quienes se refirieron a la unión matrimonial y la adopción de menores por parejas del mismo sexo.
Ello provocó el documento de reproche del Arzobispo Mollaghan (quien a su vez está siendo investigado por el Vaticano por malversación de fondos y malos tratos a sacerdotes -incluído Ignacio), por el cual manifestó que, en absoluto, el contenido del programa es la posición de la Iglesia. Esa respuesta no debe llamarnos la atención ya que, hoy por hoy, resulta lógica a la luz de sus dogmas, estemos o no de acuerdo con ellos, haya que cambiarlos o no.
Y al margen de lo puntual, lo que también se ha discutido en Rosario es el desprendimiento de la Iglesia de la realidad social. En tiempos en que el Papa está dando mensajes de apertura de sus puertas, y salida a la calle, Ignacio apostó fuerte y, seguramente, ello le traerá más que un dolor de cabeza cuando regrese de sus vacaciones. Veremos cómo continúa la historia y si bien Ernesto Cardenal ha dicho que Bergoglio es un Papa revolucionario, no vemos en este punto un cambio de tuerca y menos con él, a pesar de sus últimas declaraciones, que tuvo una posición combativa a la ley argentina en la materia, por lo que creemos que dicha puerta continuará cerrada.

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