lunes, 3 de febrero de 2014

TENEMOS QUE PARAR DE HACER ALFONSINISMO, POR LO MENOS POR DOS AÑOS



El video de apertura anda circulando bastante estos días por las redes sociales y se pasó una parte editada en "6 7 8". Lo muestra a Alfonsín denunciando allá por agosto del 2004 un golpe de mercado contra Néstor Kirchner; en un programa en el que fue a presentar el libro que escribió con sus memorias.

Muchos kirchneristas lo han rescatado del archivo para parangonar la situación que Alfonsín expone con lo que está pasando estos días, y no está del todo mal: que el poder económico quiera condicionar al poder político -incluso al extremo de llevarse puestas las instituciones- es tan viejo en nuestra historia como la revolución de Mayo. Acá Oscar Cuervo hace un repaso de los antecedentes más recientes, por si a alguno le falla la memoria.

Digamos que don Raúl no descubrió la pólvora, aunque algunos ahora se desayunen con que las cosas son así. Parece que durante la asonada agrogarca del 2008 estaban viviendo en otro país, sin conexión de Internet.

Rescatemos sí una línea de análisis político (la del Alfonsín del video) absolutamente abandonada desde entonces por la dirigencia radical; que por el contrario -con la honrosa excepción de Leopoldo Moreau, y algún otro mas- se deja marcar la agenda por los medios que el ex presidente criticaba, para seducir a la clase media veleta contra la que él apostrofa. 

Así como también expongamos lo que dice en su propio contexto: un Alfonsín molesto por la tolerancia de Kirchner con la protesta social, que repite los lugares comunes sobre la tendencia de Néstor a concentrar poder y no delegar decisiones y -acá viene lo más importante- que formula la denuncia sobre el golpe económico que entreveía por entonces, a partir de la similitud que advertía con el fin de su propio gobierno en 1989.

De eso se trataba -entre otras cosas- el libro con sus memorias que estaba presentando; y no es que lo que allí se dice sobre el fin de su mandato y el rol que jugaron entonces los principales factores del poder económico sea falso, sino en todo caso incompleto.

Porque lo que Alfonsín omitió hacer -entonces y después- es la autocrítica de sus propios errores y reculadas, desde Sourruille, el Plan Austral y la "economía de guerra", hasta los acuerdos con los llamados entonces "capitanes de la industria" o "Grupo de los 15" y lo peor del sindicalismo. 

No dijo lo mismo respecto al final del gobierno de De La Rúa (por lo menos no consta en el video), pero los dirigentes radicales sí lo dicen todo el tiempo, para eludir la autocrítica que le deben a la sociedad argentina por el desastre que culminó en la megacrisis del 2001: a ellos siempre los caga el contexto, y nunca tienen nada que ver.

Que es lo que nosotros no podemos permitirnos hacer, como señalábamos acá, y -lo reiteramos para que quede claro- aunque denunciemos a diario y por todos los medios a nuestro alcance, todas y cada una de las maniobras especulativas para desestabilizar al gobierno.

Porque un golpe económico puede triunfar si un gobierno es débil y aunque no lo tumben, los que fogonean esa golpe le terminan imponiendo su agenda; obligándolo a hacer el trabajo sucio como decíamos acá.

Por eso no servirá de nada denunciar los intentos de desestabilización sin articular respuestas políticas; desde el gobierno, y desde la militancia y las organizaciones que bancan éste proyecto; lo que incluye la necesaria autocrítica por los errores que se cometieron.

De nada servirá luego que Kicillof diga -como Pugliese- que les hablamos con el corazón (o el razonamiento) y nos contestaron con el bolsillo; o que dentro de unos años Cristina escriba sus memorias contando como la voltearon los grupos económicos.

Ya sabemos quiénes son, lo que son y lo que quieren hacer. Nunca estuvo tan claro como en estos días, para todo aquél que lo quiera ver.

El asunto es lo que hacemos nosotros frente a eso. 

3 comentarios:

  1. Exacto. La macana es que Néstor murió... Y Chávez...

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  2. Sí, Nestor murió, pero la historia continúa. Hay que jugar con los jugadores que hoy tenemos, no nos podemos quedar lamentándonos de los que no están.

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