lunes, 5 de mayo de 2014

PAGNI, CADA VEZ MÁS CERCA DE QUE LE PONGAMOS NEGRITAS COMO A MAJUL


La verdad por qué algunos (incluyendo arrepentidos k) consideran a "Sobrecito" Pagni una lumbrera intelectual de la derecha, sigue siendo un misterio.

Sus columnas de los lunes de La Nación (como ésta de hoy) combinan tráfico de operaciones de todo tipo, con sanateos y pifias memorables sobre temas en los que incursiona con una liviandad llamativa; pero eso sí: disfrazados con una prosa que le permite presumir de contar con información privilegiada; cosa que en algunos casos es cierta, aunque conseguida con malas artes como sabemos: al fin y al cabo el hombre sigue procesado por utilizar mails privados "pinchados".

En su columna de hoy dice "Sobrecito": "Los especialistas observan que, aun cuando la petrolera estatal aumentó su producción, la extracción total está como en 2012. Esto significa que los yacimientos que no son operados por YPF no aumentaron su rendimiento, acaso por el pésimo efecto de la estatizaciónEn vano Kicillof intentó corregir este problema con el decreto 1277, que regularía todo el sector.

El método de Galuccio para lograr ese propósito es diferente: pretende desprovincializar los recursos energéticos. De esa manera, conseguiría que las áreas que hoy conceden las provincias a tal o cual empresa sean adjudicadas a YPF por el Estado nacional. Nada nuevo. Galuccio generalizaría lo que consiguió gracias a su misterioso contrato con Chevron: Neuquén le extendió la concesión de un yacimiento muy valioso para que él se lo entregue a esa multinacional a cambio de US$ 500 millones. Con la desprovincialización, se extendería ese procedimiento a todas las contrataciones.". (las negritas son nuestras)

El acuerdo de YPF con Chevron fue analizado en detalle en éste post; también en respuesta a otro sanateo de Pagni.

Acuerdo por el cual Chevron ya ingresó 1240 millones de dólares (más del doble de lo que dice Pagni) y acaba de ratificar su compromiso con YPF para invertir otros 1600 millones en Vaca Muerta, donde operan en conjunto (hoy) un área de 20 km2, con posibilidad de extenderla a 395: el 3 % del total del yacimiento que -según Pagni- Galuccio "le entregó a Chevrón"; y un 3 % en el que YPF y Chevron son socios, y ya tiene 168 pozos en producción, con 19.000 barriles diarios de hidrocarburos no convencionales.   

Lo de la "provincialización es, lisa y llanamente, un disparate: cualquiera medianamente informado sabe que la Constitución Nacional establece en su artículo 124 que los recursos naturales (como el gas o el petróleo) son del dominio originario de las provincias; con lo cual para quitarles la facultad de otorgar las concesiones de explotación sería necesaria una reforma constitucional.

Incluso el Decreto 1277 del que habla Pagni (que fija el marco regulatorio de la industria petrolera) deja a salvo tal cuestión, como no podía ser de otra manera y fue explicado en detalle en éste otro post: hace mención explícita a la Ley 26.197 (la llamada "ley corta de hidrocarburos"), que les transfirió a las provincias las facultades que otorga la Ley 17.319 de hidrocarburos, sobre los yacimientos y concesiones ubicadas en sus territorios.

Para que el Estado nacional pudiera otorgarle todas las concesiones de explotación de petróleo y gas a YPF (tal lo que dice Pagni) sería necesaria una reforma constitucional que -al estilo del artículo 40 de la Constitución de 1949- le otorgara a la nación el dominio de los recursos; y a las provincias participación en el producido de la explotación.

No depende entonces -como dice Pagni- de una estrategia de Galuccio como CEO de YPF. Lamentablemente, agregaremos.

Pero lo verdaderamente insólito es que Pagni le eche la culpa de la caída de la producción de petróleo y gas (o de que se mantenga constante desde 2012, cuando el Estado retomó el control de YPF), a la estatización de la petrolera; que viene aumentando ininterrumpidamente sus niveles de producción desde hace dos años, cuando el Estado pasó a controlar el 51 % de su capital accionario. Según "Sobrecito", Galuccio tendría la culpa de que el resto de las petroleras produzcan menos petróleo y gas.  

Y dice más Pagni: "La adecuación de todo un mercado a las necesidades de la empresa estatal es consustancial al kirchnerismo. Lo que sueña Galuccio para YPF es lo que viene haciendo Mariano Recalde, en detrimento de las competidoras privadas, con Aerolíneas. Es difícil que el Estado no caiga en la tentación monopólica.".

Acá nos perdemos un poco, porque más arriba criticaba a Galuccio por entregarle el rosquete a Chevron; y ahora parece que el problema es que el hombre quiere imponer el monopolio estatal en la explotación del petróleo, en manos de YPF, jodiendo a las petroleras privadas.

La referencia a Aerolíneas Argentinas se puede entender más fácilmente: casi con certeza "Sobrecito" ha recibido alguna colaboración de las otras aerolíneas privadas que operan en el mercado aéreo de cabotaje, para que abogue a favor de sus intereses. 

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