domingo, 2 de noviembre de 2014

LA TARJETA ES ÚNICA, EL BANCO TAMBIÉN


Hace un tiempo te contábamos en éste post la historia de los contratos que ligó el Banco Municipal de Rosario del gobierno provincial, desde que gobierna el socialismo; un modo de oxigenarlo considerando sus crónicos problemas financieros y patrimoniales.

Entre esos contratos, está el de la "Tarjeta Unica de Ciudadanía", a través de la cual se instrumentan las trasferencias de dinero a favor de los sectores más vulnerables, fundamentalmente para la compra de alimentos.

Como se contaba en el post linkeado, primero se la adjudicaron en forma directa, y luego en una licitación "a medida", en la que fue el único oferente.

Cosa que se volvió a repetir ahora, como se puede ver en el decreto de abajo: 


A la hora de evaluar la conveniencia de la oferta del Banco, el decreto destaca que cobraría un canon mensual de 0,10 $ por cada tarjeta emitida, pero es lo que le cobra a la provincia, sin considerar la comisión que a su vez percibe de los comercios adheridos al sistema de compras con la tarjeta.

Lo dice específicamente el pliego de la licitación : "El oferente deberá indicar los aranceles a aplicar a los comercios que serán los máximos que podrán aplicarse, netos de impuestos, debiendo observar la legislación nacional que resulta aplicable (Ley nacional N° 25065 y modificatorias)."


Pero además hay otra trampita: el pliego de la licitación daba cuenta de que en la actualidad habría emitidas y activas unas 190.000 tarjetas, cuyos beneficiarios perciben de la provincia $ 170 por mes (casi la cuarta parte de la AUH; y más de una tercera parte de las transferencias de la Tarjeta son fondos nacionales).

Sin embargo, el pliego dice esto otro: "En el caso que por la emisión inicial, las nuevas altas y las reemisiones consideradas en conjunto, se supere las doscientas mil (200.000) tarjetas emitidas, la Provincia pagara por cada tarjeta emitida que exceda el límite establecido la suma de pesos ocho ($ 8) por cada tarjeta.".

O sea que basta con que una de cada 20 tarjetas activas se pierda, inutilice o destruya (algo muy frecuente), para que por reemplazarla el Banco ya no le cobre a la provincia 0,10 $, sino 8 pesos por tarjeta nueva.

Y el pliego contempla también que la emisión pueda aumentarse hasta 250.000 tarjetas, con lo cual por cada una de las 60.000 adicionales el Banco embolsaría $ 8 mensuales.

Y todo eso durante los 36 meses de vigencia del contrato, incluyendo las prórrogas.

No es un mal negocio (para el Banco al menos); con lo que sorprende que no haya habido otros oferentes.

¿Por qué será?  

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