Leíamos ayer en El Cronista que la AFIP espera que en enero del 2015 empiece a regir el acuerdo de cooperación e intercambio de información con Luxemburgo (país reconocido como un notorio paraíso fiscal), para poder pedir información respecto al Grupo Techint que tiene allí su sede.
Lo que determina -como lo señala Echegaray en la nota- que las utilidades y dividendos que genera el gigante siderúrgico por sus operaciones en todo el mundo (incluyendo a la Argentina) sean remitidas hacia el principado; sin pagar impuestos por ellos en el país, pese a que aquí tienen sede buena parte de sus operaciones, empezando por su nave insignia Tenaris-Siderar.
Precisamente ésta empresa fue la que protagonizó el famoso entuerto con el gobierno de Cristina cuando por un DNU se modificó la Ley 24.441 para eliminar las restricciones que ponía a los derechos políticos del Estado en las empresas en las que tiene participación accionaria. En realidad refería por entonces a las AFJP, y luego cuando se las disolvió, entre los activos recibidos por la ANSES estaba el 26 % de las acciones de Tenaris-Siderar.
De ese modo el gobierno pudo hacer valer su participación en las acciones para -por ejemplo- designar miembros en el directorio (ver acá) y forzar que las ganancias de la empresa (que son astronómicas año a año: ver acá) se reinvirtieran para lograr un aumento de la producción de acero, en lugar de distribuirse en su totalidad entre los accionistas; y por ende, remitirse a Luxemburgo.
Lo que constituye además un medio (legal, pero no menos dañino) de que se vayan dólares del país.
Hace más tiempo aun señalábamos acá como -cuando al gigante industrial le conviene- se convierte en "empresa nacional": por ejemplo para reclamar que el gobierno argentino intercediera ante el de Venezuela por la expropiación de Sidor; otra de las firmas que integran el hólding.
Recordemos que por entonces hubo diputados de la oposición (muchos de los cuáles habían planteado en el Congreso la derogación del DNU que antes mencionábamos) que plantearon que la Argentina no permitiera el ingreso de Venezuela al Mercosur si Chávez no daba marcha atrás con la medida; y los propios dirigentes de la UIA (con De Mendiguren a la cabeza) asumían la defensa de una multinacional, planteando incluso la posibilidad de abandonar el acuerdo regional, si no se defendían sus intereses.
Habrá que ver como reaccionan ahora, cuando la AFIP intente cobrarle a Techint los impuestos que evade al haber fijado su sede de negocios en un paraíso fiscal.
A menos que piensen que Luxemburgo es una provincia argentina.
Seguramente el asunto será una tarea prioritaria para el reelecto presidente de la AEA.
A menos que piensen que Luxemburgo es una provincia argentina.
Seguramente el asunto será una tarea prioritaria para el reelecto presidente de la AEA.
Ahora entendemos porque fue designado Hernán Lorenzino como embajador en ese principado paradisíaco techinesco.
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