Ayer veíamos acá como Bonfatti nos hacía promesas de amor a futuro, jurando que si en las elecciones había balotaje votaba al candidato del FPV, porque "nunca votaría a la derecha".
Señalábamos entonces que tiraba un verde (prometer algo que hoy ni siquiera es necesario o urgente), para recoger un maduro: lograr que parte de los votos de Perotti vayan a Lifschitz en las más cercanas y concretas elecciones provinciales del 14 de junio.
Ahora leemos en el diario del Loco Lindo que Barletta cuenta que piensa exactamente lo contrario: "jamás votaría a un candidato del kirchnerismo" porque -dice- "En ningún caso votaría a quienes han hecho de la corrupción un estilo de la gestión pública, quienes han devaluado a las instituciones de la República como la división de poderes... ".
Si uno los tomara en serio, la primera conclusión a la que podría llegar es que son una bolsa de gatos donde uno dice una cosa y el otro la exactamente opuestas; mientras nos quieren convencer de que están tirando todos juntos para el mismo lado, para volver a ganar la provincia el 14 de junio.
Si uno los tomara en serio, la primera conclusión a la que podría llegar es que son una bolsa de gatos donde uno dice una cosa y el otro la exactamente opuestas; mientras nos quieren convencer de que están tirando todos juntos para el mismo lado, para volver a ganar la provincia el 14 de junio.
Pero como cualquier santafesino más o menos informado sabe, si hay alguien que no puede menear en público esas cuestiones, es justamente Barletta; que aun tiene numerosas causas en trámite en la justicia federal por sus desaguisados en el rectorado de la UNL (como el vaciamiento de la obra social); y está vinculado a cuanto escándalo de corrupción ha sacudido a la ciudad y la provincia en tiempos "progresistas": valedor de Togonli el narcomisario y Vorobiof, el funcionario público que no era funcionario público; fue además el inventor del "pedaleo" de fondos de la UNL en Bolsafé, entre otras cuestiones.
Razones por las cuáles -apenas asumió como presidente de la UCR- se apresuró a pedir la cabeza de Despouy al frente de la AGN (porque lo había investigado como rector) para reemplazarlo por Mariano Candiotti; del mismo modo que se vale de las influencias del radicalismo en ciertos sectores de la justicia federal (la conexión Iparraguirre/Migno), o de la designación de su propio hijo en el Ministerio Público de la Acusación de la provincia, para asegurarse zafar.
De modo que por un lado hay que reconocerle a Barletta cierta sinceridad de la que carece Bonfatti (es incurablemente gorila y no lo oculta, jamás votaría al peronismo ni nada que se le parezca); y por el otro, hay que decirle que vaya a otro perro con el hueso de la corrupción y el avasallamiento de las instituciones.
Después de las PASO provinciales, decíamos nosotros acá: "...los radicales que están preparando la garrocha para saltar al PRO, apretados por Sanz. (que) quiere apretar a los radicales santafesinos (a los que haga falta, por supuesto, con algunos no sería necesario) para que acepten bancar la candidatura de Reutemann a senador nacional en agosto y octubre, poniendo el segundo término de la boleta para meter el otro senador por la mayoría; y colando algunos nombres de la UCR santafesina como candidatos a diputados en la boleta presidencial de Macri.
Una reedición del pacto Reutemann-Usandizaga con el que en su momento ambos se repartieron cargos e influencia en la justicia santafesina (empezando por la Corte Suprema) y los organismos de control; facilitado por el hecho de que una de las principales espadas del vasco (Jorge Boasso) es el compañero de fórmula de Miguel del Sel.
Según se informa, Macri le pone como ultimátum a Sanz para "meter en cintura" a los radicales díscolos de acá el 10 de junio, o sea cuatro días antes de la elección general en la provincia: un reaseguro para garantizar la migración de votos de Barletta a la fórmula del PRO, y asegurar el triunfo de Del Sel. "
De modo que si el eventual balotaje nacional fuera entre el candidato del FPV y Macri, Barletta no votaría al kirchnerismo porque ya tiene decidido votar por Macri; del mismo modo que en la provincia juega a dos puntas entre Del Sel y Lifschitz.
Que no nos use de excusa a nosotros para pegar un salto que él y buena parte de los radicales ya tienen decidido hace rato.
Que este enano sorete y ladróóóóón haga lo que quiera, justamente él hablando de corrupción, no tiene sangre... aparte no se necesita el voto de él y sus parecidos, recontraidores como Canaleta Sanz que no le consta que Raúl Alfonsín dijera que el límite era Macri.
ResponderEliminarSon adoradores de la comadreja, que tiene muchas tetas y entonces de alguna se van a prender.
Están desesperados, les falta ponerse la naricita redonda y roja de los payasos y salir a bailar con Macri y el "abanderado" Del Sel.