jueves, 18 de junio de 2015

EN CASO DE DUDA, MIRAR ENFRENTE


En un colectivo político tan amplio y plural como el kirchnerismo -que se fue conformando además en el tiempo y no ha permanecido inalterado desde sus comienzos- es perfectamente lógico y natural que se generen dudas y tensiones cuando se toman definiciones como la de la integración de la fórmula presidencial; del modo y en el contexto en que se tomaron.

No todos los kirchneristas provienen de la tradición política del peronismo, donde la idea de la conducción y el acatamiento verticalista a las decisiones del líder del espacio son parte de su ADN político, desde su mismo surgimiento; y muchos están acostumbrados a participar de experiencias valiosas, pero que nunca trascendieron los límites de la testimonialidad, y no están habituados a verse en el rol de oficialistas; acompañando y apoyando una experiencia concreta de gobierno.

Tampoco es cuestión de caer sobre aquéllos que están expresando en estas horas su desacuerdo con el modo de resolución de las candidaturas en el FPV, y correrlos con el "peronómetro": cabría en tal caso recordar a los peronistas que fue el propio Perón el que no se cansaba de repetir que en política conducir no es mandar (como muchos suponen), sino persuadir; dando así un ancho margen para el ejercicio pleno de la política, en su más amplio sentido.

Incluso hay que respetar a los que dicen -no exentos de cierta lógica- que si Scioli no despertara ninguna duda respecto a su eventual comportamiento en el gobierno, Cristina no le hubiera puesto como compañero de fórmula a una figura de tanto peso como Zannini; a quien nadie le puede discutir ni su pertenencia al proyecto, ni su fidelidad con su conducción, ni la confianza que ésta le ha dispensado siempre.

Sin embargo y dicho todo esto, en momentos de duda o confusión, nunca viene mal apelar al viejo método jauretcheano de espiar un poco como ven las cosas en la vereda de enfrente, para comprobar por contraste si la decisión ha sido correcta o no, en términos de garantizar la continuidad del proyecto político iniciado en el 2003.

Porque además lo que a ellos les molesta, a nosotros nos suele provocar alegría. Como por ejemplo que el FPV gane elecciones, y gobierne.

Y en ese sentido, las reacciones del "círculo rojo" y sus voceros no pueden ser más ilustrativas: bajan la Bolsa y los precios de las acciones acá y en el exterior, suben el "riesgo país" y el "blue", y las principales plumas de los medios opositores destilan furia porque Cristina tuvo la osadía de completar con un ultrakirchnerista la fórmula presidencial del kirchnerismo, para competir en la elección presidencial con la boleta del sello kirchnerista; esto es el FPV.   

Pero van mucho más allá del enojo: como podemos ver acá con Pagni y acá con Willy Kohan (expresando la opinión de los empresarios) transmiten no solo un negro pesimismo actual, sino una resignación a futuro, dando por perdida ya elección para ellos. Lo que supone que la dan ganada por nosotros, y eso los deprime.

Reacciones que confirman lo dicho acá, y el acierto de la decisión de Cristina: el propio "círculo rojo" y sus voceros mediáticos leen la integración de Zannini como un abrupto dique puesto a sus intenciones de "entornar" a Scioli para ganar más allá de diciembre, aun perdiendo sus candidatos las elecciones.  

Candidatos a los que además por estas horas están presionando nuevamente (tras zamarrearlos en sus medios por inútiles) para que se unifiquen en una sola lista, al menos dentro del espacio que conforman Macri, Sanz y Carrió; en espejo a la táctica seguida por el FPV, que así les volvió a marcar la cancha.

Claro que la comprobación por éste método del acierto de la decisión de Cristina no es garantía infalible a futuro de que con Scioli en el gobierno el proyecto tendrá plena continuidad, porque eso depende de muchos otros factores (empezando por el propio Scioli); y de la situación concreta en la que se encuentra si llega al gobierno.  

Pero no deja de ser una brújula bastante precisa para usar por estas horas, y determinar que vamos por el camino correcto.

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