Los jóvenes maravilla, la generación dorada, los Ginóbili, Scola y Oberto de la política local fueron -sin dudas- los grandes derrotados de la elección de ayer; junto con los no tan jóvenes que los lanzaron a la aventura de los globos amarillos, a sabiendas de que se podían estrellar, como finalmente les terminó pasando.
Dividiendo el voto peronista en la ciudad, posibilitando de ese modo el triunfo de Corral que -de otra manera- hubiera sido imposible: aun no siendo directa la aritmética (nunca lo es en política) los votos de Silvina Frana y Sebastián Pignata para intendente sumaron exactamente 100.207, 22.453 más que los que obtuvo Corral.
Es decir que con que Frana (la segunda candidata más votada, conviene recordarlo) hubiera captado la mitad de los votos que fueron a Pignata, hoy era la intendenta electa de Santa Fe.
Especularon hasta el último día del cierre de listas, jurando y perjurando que se quedaban a dar la pelea interna del peronismo (donde tenían buenos chances), y que no cambiaban de camiseta (Pignata dixit), cosa que finalmente terminaron haciendo.
Con argumentos brumosos (como el nombre con el que se competiría en las elecciones), que escondían la verdad: como reyes del pragmatismo se iban a donde pensaban que podían ganar, y donde -además- se sentían claramente más cómodos, como se veía en las fotos de campaña:
Bueno, chicos pragmáticos, jóvenes astutos que se las saben todas, que juegan siempre a ganador, la apuesta en el casino amarillo les salió mal: perdieron y feo.
Terceros en la general (detrás del FPCYS y el FPV), en todas las categorías en las que compitieron con candidatos en la ciudad, y en el departamento La Capital; donde además Perottti superó a Del Sel por 8.266 votos, y la diferencia se podría agrandar en el recuento definitivo.
Y terceros lejos en votos de los segundos: Pignatta 7.019 detrás de Silvina Frana para la intendencia, Martínez Kerz 5.800 votos abajo de la lista de concejales que encabezó Marcela Aeberhard, y Saleme perdió por 16.388 votos contra el "Kaniche" Marcos Castelló por la senaduría departamental, casos todos para los cuáles vale la misma salvedad anterior: la diferencia puede ser mayor al contarse las 84 mesas pendientes de escrutar en la ciudad y el departamento.
Unos visionarios que estaban con Perotti cuando todavía no era formalmente candidato a gobernador, y lo abandonaron cuando se lanzó a la cancha; y unos visionarios a los que las urnas les dieron un baño de humildad, para estar a tono con los tiempos.
Claro que no sería nada raro verlos tocar timbre, pero está vez en la sede del PJ en calle Crespo, para volver y hacer campaña por Scioli, ponéle; sobre todo considerando que el tragador de bigotes imitando a Freddy Mércuri, podría no ser en la provincia la carta ganadora.
Sin embargo, no todos son palos para estos muchachos: en el fondo hay que agradecerles que con su "garrochazo" lograron unificar al hasta entonces disperso peronismo local: todos los sectores estuvimos de acuerdo en putearlos, y en salir a hacer campaña para ganarles; cosa que se logró claramente.
Como decía el General: el catalizador de la agresión externa.
Así que gracias por el involuntario aporte, chicos.
HAY QUE CERRAR LA TRANQUERA Y DEJAR FUERA A TODOS ESTOS TRAIDORES
ResponderEliminarNosotros fuimos los pelotudos que sabiendo que habian arreglado, dejamos que ellos mismos nos saquen el nombre de Frente para la Victoria, para que se sientan contenidos al igual que el sector se la bielsita! Nos eligieron el nombre y se fueron para enfrentarnos.
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