Nosotros considerábamos el debate saldado, pero por si hiciera falta, las PASO de ayer confirmaron que en Santa Fe la cosa no pasa ni pasó nunca por el nombre con el que el peronismo compita en las elecciones.
Como Frente Para la Victoria y con el "Chino" Zannini en la fórmula (ultra kirchnerista si los hay) se impuso otra vez siendo la fuerza más votada; tal como había pasado con la misma sigla en el 2007 y en el 2011, en éste caso tanto en las PASO como en la general y con Cristina candidata.
Por un margen estrecho de algo más del 1 % en el tramo presidencial, que se estiró hasta el 3,47 % para el tramo nacional de las candidaturas al Parlasur; aunque con unos 10.000 votos menos en éste caso (la diferencia la marcan los votos en blanco en cada categoría), el FPV se impuso en Santa Fe en todas las categorías en disputa.
Lo que deja en claro que -más que una cuestión de nombre- la cosa pasaba por la estrategia política, y la capacidad de alinear al conjunto del peronismo santafesino detrás de un mismo objetivo; algo que parece claro que se consiguió, como ya se había vislumbrado con la candidatura de Perotti en la elección provincial.
Con la nada sorprendente excepción de algunos de los senadores provinciales de las famosas "listas departamentales" o distritales de aquélla elección, que jugaron a dos y hasta tres puntas, haciéndole campaña a Reutemann y -si les quedaba tiempo- al massismo.
Que redondeó con esa "ayudita" una buena elección, de la mano además del aporte de De La Sota (que se extendió electoralmente desde la vecina Córdoba), y de la notoria ausencia en la campaña del "Cachi" Martínez.
Lo primero que impacta de los números santafesinos es el triunfo de Omar Perotti para la categoría de senador, dejando relegado a Reutemann -que de ese modo perdió su largo invicto electoral- al segundo lugar; y poniendo al FPV de cara a la posibilidad concreta de quedarse en octubre con las dos bancas de la mayoría en el Senado nacional, sumando así en la contabilidad una más (hoy Latorre vota habitualmente con el gobierno).
Y el reparto de las bancas de diputados (ver al respecto acá) de sostenerse la tendencia en octubre, será pura ganancia: el FPV renovaba cinco, pero en la práctica eran 4 por la transfugueada del "Cachi" Martínez (elegido en el 2011 en la boleta de Cristina) al massimo; y se quedará con 4: Marcos Cleri, Silvina Frana, Alejandro Ramos y Lucila Deponti, del Movimiento Evita.
Por el contrario el oficialismo provincial protagonizó su peor papelón electoral desde que gobierna Santa Fe (2007 a la fecha): Hermes Binner quedó cuarto en la categoría de senador nacional a 21,17 % puntos de Perotti y a 14,50 % de Reutemann; y el socialismo específicamente perdería los 3 diputados que renovaba, y 2 de partidos aliados menores del FPCyS.
Sólo obtendría una banca de diputado la UCR con Marcucci, que encabezó la lista en compensación por la "guachada" que le hicieron los socialistas a los radicales en la elección provincial; "birlándole" la banca de senador provincial al presentarle en la interna la candidatura del periodista Jatón: todo se termina pagando en la vida, dicen.
El socialismo eligió echarle la culpa del desastre electoral (en números: 6,19 % para Stolbizer, 6,30 % para la lista del Parlasur que encabezaba Zabalza, 13,13 % para Binner y 12,48 % para la lista de diputados) al sistema electoral; cantando loas a la boleta única y fustigando a la "boleta sábana".
Con un análisis tan playito, ocultaron no sólo las complicaciones del tortuoso sistema electoral santafesino puestas de manifiesto éste mismo año (en términos de rapidez y certidumbre de los resultados), sino su propio error de ir con boleta corta, porque no pudieron acordar con los radicales una fórmula presidencial conjunta; así como el haber "escondido" a Stolbizer en la campaña como se señalaba acá, induciendo incluso explícitamente un corte de boleta que se les volvió en contra.
Campaña en la que -dicho sea de paso- no pusieron muchas ganas, lo que hace suponer que la candidatura de Binner fue parte de su propio plan de jubilación anticipada, programada desde el propio partido para el cual ya dejó de ser el principal imán electoral.
El "santafesinismo", en tanto intento de mantener a la provincia al margen de la disputa que se viene en el país -nada menos que para elegir quien ha de gobernarlo los próximos 4 años- para preservar el equilibrio de la coalición que gobierna desde el 2007 acá, murió antes de nacer, sepultado por el papelón electoral.
Porque además también fue pésima la elección de Sanz en Santa Fe (obtuvo apenas el 2,43 % de los votos, y lo superó Carrió), y los únicos radicales santafesinos que hicieron un papel más o menos digno, fueron los que estaban en el tramo nacional de los diputados al Parlasur por "Cambiemos", como Lilita Stubrin; que para esta elección venció los reparos "progresistas" para compartir boleta con Reutemann.
Reutemann, dijimos: un decoroso segundo puesto (cuando muchos apostábamos a que quedaba tercero, sin banca y sin fueros), pero con unos cuantos puntos por debajo del porcentaje que obtuvo para gobernador Miguel Del Sel, ausente de su campaña y de la del PRO en general. El propio Macri -dicho sea de paso- no logró alcanzar en Santa Fe, ni de lejos, la marca de votos del ex Midachi.
En el peronismo la cosa fue al revés: en las cinco categorías en disputa (en las que queda dicho triunfó en la provincia) la cosecha superó a la que ya había sido buena de las elecciones provinciales; lo que marca a las claras que su proceso de recuperación en Santa Fe es sostenido, y si bien encarnado en Omar Perotti, no limitado solamente a él.
Lo que no sólo es una muy buena noticia para la fórmula presidencial del FPV (a la que Santa Fe le aportó una victoria allí donde se esperaba un triunfo de Macri, por cifras amplias), sino para el propio peronismo santafesino, de cara a las próximas elecciones provinciales.
El FPV en Santa Fe nos está dando una lección de oro al resto del país. De corazón: felicitaciones, muchachos, por haber logrado lo que hasta hace pocos meses parecía imposible.
ResponderEliminarAbrazo,
Esther