Sobre el fondo sojero, leemos a Gioja en Ambito: "Es una muestra de federalismo importante, porque voluntariamente la Nación sacó una norma jurídica donde le coparticipa a las provincias. Tiene un efecto federal y es más que importante este Fondo...".
Por fin alguien lo dijo, tanto sean gobernadores del oficialismo, como alguno de la oposición que se prende a la moda de pedir la eliminación o la rebaja de las retenciones, pero embolsa sin chistar las partidas que les llegan por esa vía (saludos, Bonfatti).
En éste blog nos hemos ocupado reiteradas veces del Fondo Federal Solidario o fondo sojero, para enfatizar su importancia en la financiación de la obra pública provincial: buscando en la etiqueta respectiva pueden leer más al respecto.
Tal como lo destaca Gioja, la creación del fondo fue una decisión política de Cristina al dictar el DNU 206/09, como resultante del conflicto con las patronales del campo: lo que empezó siendo un modo de alinear fuerza a favor del sostenimiento de las retenciones, terminó siendo una medida clave para contribuir a compensar desequilibrios regionales históricos en materia de infraestructura básica; y afianzar de tal modo el federalismo con hechos concretos, y no con puras retóricas.
De hecho, el reclamo agrogarca por la eliminación de las retenciones se envolvió muchas veces en la bandera del federalismo, bajo el argumento de que se van recursos de las provincias (en éste caso las productoras de soja) y luego no vuelven en obras.
Así como a través de las retenciones el Estado nacional se apropia de una parte de la renta agraria diferencial que genera el complejo sojero en la "pampa húmeda" ampliada por el modelo de agronegocios y paquete tecnológico, el FFS permite redistribuir parte de la misma con un criterio federal, hacia regiones del país que no podrían participar de otro modo de sus beneficios.
Para el caso que alguno apunte que muchas de esas provincias (como es el caso de San Juan) poseen recursos naturales de gran potencial económico (como la minería o el petróleo), habrá que decir que en modo alguno pueden compararse por escala con el volumen de negocios del complejo sojero; y en el caso del petróleo -que sí podría compararse- sus exportaciones también pagan retenciones (aunque menos), pero es incomparable a la soja, por su valor estratégico: en su momento acá se explicaban las diferencias entre uno y otro caso, cuando justamente las provincias "sojeras" como Santa Fe reclamaban participar de los dividendos de la explotación de YPF.
Por no mencionar que la soja no es un recurso natural sino un cultivo, y que el dominio originario sobre los recursos naturales de su territorio que otorgó la Constitución en la reforma del 94' a las provincias es un tema a discutir en el futuro, sobre todo en el caso de aquéllos como el petróleo que tienen una gran valor estratégico.
Y si alguno plantease que los desequilibrios regionales deberían resolverse a través de una nueva ley de coparticipación, no cabe sino recordar las dificultades constitucionales para su sanción (mayoría absoluta del total de los miembros en ambas cámaras, conformidad de todas las legislaturas provinciales); que no tienen tanto que ver con la discusión nación/provincias, sino con la que se darían seguramente las provincias entre sí (la llamada coparticipación secundaria): las más chicas -por ejemplo- se ven favorecidas con los índices vigentes, aprobados en 1988 por la Ley 23.548.
Los efectos concretos que han producido en el país los 61.291 millones de pesos distribuidos desde el 2009 por el Fondo Federal Solidario en las provincias (tal como lo señala Gioja: hospitales, escuelas, rutas, cloacas, viviendas) son algo que conviene recordar hoy, cuando los amplios triunfos electorales del oficialismo en el NOA y el NEA son deslegitimados bajo acusaciones de fraude y clientelismo.
Todo muy bien,pero a Santa Fe la esquilman con la coparticipación y no le financian el déficit de la caja de jubilaciones. Ya va salir la sentencia de la Corte y van a ver.
ResponderEliminarHermes.