Llegó el final de una larga campaña, y se asoma ya el domingo en el que los argentinos decidiremos nuestro futuro por los próximos cuatro años; y como lo señalaba anoche Zannini en el acto de cierre en el Luna, lo vamos a hacer en paz.
Atrás quedaron todos los anuncios apocalíticos, y las piedras que hubo que sortear en el camino: devaluaciones (la que se produjo y las que tratan de forzar), autoacuartelamientos de gendarmes y policías, saqueos, corridas cambiarias, la presión de Griesa y los buitres, Nisman, su denuncia y su muerte; y los mil y uno anuncios de patos rengos, y fines de ciclo; junto a las inverosímiles denuncias del aparato mediático-judicial y su correlato en la oposición.
Como también recordó Zannini y viene siendo la constante desde el 2007, el país va a votar con sus instituciones funcionando, y sin una crisis económica de fondo que ponga en conmoción a esas mismas instituciones; y con la fortaleza de un gobierno y una presidenta que -tal como lo anunció Néstor en su primer discurso- se mantuvieron fieles a sus convicciones: ayer mismo recordaba -en la cara de Urtubey, que lo observaba a pocos metros- como hasta los jueces europeos le dan la razón al planteo del gobierno argentino frente a las pretensiones de los fondos buitres.
Atrás quedaron todos los anuncios apocalíticos, y las piedras que hubo que sortear en el camino: devaluaciones (la que se produjo y las que tratan de forzar), autoacuartelamientos de gendarmes y policías, saqueos, corridas cambiarias, la presión de Griesa y los buitres, Nisman, su denuncia y su muerte; y los mil y uno anuncios de patos rengos, y fines de ciclo; junto a las inverosímiles denuncias del aparato mediático-judicial y su correlato en la oposición.
Como también recordó Zannini y viene siendo la constante desde el 2007, el país va a votar con sus instituciones funcionando, y sin una crisis económica de fondo que ponga en conmoción a esas mismas instituciones; y con la fortaleza de un gobierno y una presidenta que -tal como lo anunció Néstor en su primer discurso- se mantuvieron fieles a sus convicciones: ayer mismo recordaba -en la cara de Urtubey, que lo observaba a pocos metros- como hasta los jueces europeos le dan la razón al planteo del gobierno argentino frente a las pretensiones de los fondos buitres.
Atrás quedaron también las especulaciones sobre la sucesión de Cristina, la re-reelección (que ella misma nunca impulsó: recordemos el llamado a "no hacerse los rulos"), la resolución de la interna del FPV y la integración de la fórmula, y las especulaciones sobre si "Cristina jugaba a ganar o prefería perder para ser jefa de la oposición"; y atrás también queda el modo en el que se desarrolló la campaña: con los resultados del domingo en la mano, será la hora de hacer balances y poner en claro lo que se hizo bien y lo que faltó.
Por delante quedan la esperanza y los interrogantes: el gabinete de Scioli, el rumbo futuro del proceso, la convivencia con el liderazgo indiscutido de Cristina si las urnas lo consagran presidente, los reacomodamientos en el peronismo.
Lo concreto es que hoy, a dos días de la elección, la prioridad está dada en hacer el esfuerzo final para conseguir la victoria en primera vuelta, del modo más contundente posible; para despejar toda duda sobre la legitimidad del triunfo en el ciudadano común (no esperemos hidalguía democrática de una oposición que ha demostrado que no es ni hidalga ni democrática), y para fortalecer al futuro gobierno ante un panorama complejo; y de previsibles presiones que ya se están haciendo sentir.
Las dudas que -para que negarlo- existen para adentro y son en muchos casos legítimas y valederas, deben contrastarse con una certeza indubitable: nunca quedó tan claro como ahora lo que hay enfrente, y lo que representa.
Como encarnación mayoritaria del peronismo de esta etapa histórica del país y parte a su vez de una identidad más amplia del campo nacional y popular, el kirchnerismo sólo podrá ser superado por algo mejor; en un sentido de progresividad histórica.
Y no lo hay hoy disponible en la oferta política nacional, ni por solidez de la construcción política (el PJ es el único partido nacional vertebrado y organizado digno de ese nombre, tras la crisis terminal de la UCR), ni por programa de gobierno y modelo de país (enfrente nos proponen volver al pasado), ni por referencias personales: si medido con la vara alta de Néstor y Cristina, Scioli deja dudas para muchos respecto a si estará a la altura de las circunstancias ¿qué decir de la constelación de candidatos y liderazgos opositores?
Resulta casi obvio a esta altura del partido el repaso de todo lo logrado y transcurrido desde el 2003 para acá, tan obvio que hasta los propios opositores -que hasta ayer nomás proponían como programa hacer tabla rasa con todas las políticas del kirchnerismo- se han vuelto kirchneristas de la última hora; y prometen "dejar todo lo que se hizo bien", omitiendo por supuesto decir de que hablan concretamente.
Se percibe en el ambiente, en la calle, en la gente, que se gana el domingo y se resuelve la elección en primera vuelta, se lo percibe también en las actitudes de la propia oposición y de los medios que le marcan la agenda; y ese resultado (un nuevo triunfo del FPV, y su derecho a gobernar la Argentina por otros cuatro años) está en la lógica de los hechos, al menos desde nuestra mirada.
Falta hacer el esfuerzo final para refrendarlo en las urnas.
Resulta casi obvio a esta altura del partido el repaso de todo lo logrado y transcurrido desde el 2003 para acá, tan obvio que hasta los propios opositores -que hasta ayer nomás proponían como programa hacer tabla rasa con todas las políticas del kirchnerismo- se han vuelto kirchneristas de la última hora; y prometen "dejar todo lo que se hizo bien", omitiendo por supuesto decir de que hablan concretamente.
Se percibe en el ambiente, en la calle, en la gente, que se gana el domingo y se resuelve la elección en primera vuelta, se lo percibe también en las actitudes de la propia oposición y de los medios que le marcan la agenda; y ese resultado (un nuevo triunfo del FPV, y su derecho a gobernar la Argentina por otros cuatro años) está en la lógica de los hechos, al menos desde nuestra mirada.
Falta hacer el esfuerzo final para refrendarlo en las urnas.
Es cierto que Cristina no impulsó su re-reeleción, pero ¿lo de los rulos no fue en ocasión de la reelección en 2011?
ResponderEliminarFue el 1º de marzo del 2012 en el Congreso, cuando Diana Contin había tirado lo de "Cristina eterna"
ResponderEliminarCreo que tiene razón Diego
ResponderEliminarhttp://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/163302-52300-2011-03-02.html
Macri está preparando ya su nueva campaña. Para presidente de Boca.
ResponderEliminarEl Colo.
Sobre la fecha sí, pero el mismo artículo de claro que ella rechazó su reelección indefinida, modificando la Constitución. Ese era el punto
ResponderEliminarA votar a Scioli para que gane Cristina. Y a militar para que siga ganando. Kña
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