El que tiene un comercio de
barrio, y más si hace años que está en el rubro, es un tipo con una bajada a
tierra inmediata de las consecuencias de las medidas económicas que se decidan.
Puede tener la cabeza quemada por las quejas constantes que escucha en el
mostrador, pero seguro que está en mejor posición que nadie para percibir lo
que se podría venir.
Si bien como pequeño comerciante
no le alcanzan a su negocio los programas "Ahora 12" y "Precios Cuidados” (los que
sí debe aprovechar como consumidor), sí se tiene que haber visto beneficiado en
estos años por el aumento constante del consumo.
Y esto se ha debido a las
polítícas concretas de este gobierno de defensa del empleo, recuperación del
salario vía paritarias, aumento de la cobertura previsional mediante inclusión
de beneficiarios, el aumento por ley de los beneficios que jubilados y
pensionados perciben, la redistribución económica a partir del otorgamiento de
derechos a personas en situación que merecen cobertura (AUH, Progresar,
ampliación cobertura PAMI); situaciones todas que además él mismo puede verificar en su propio núcleo familiar, o de relaciones.
Todas esas medidas están en riesgo con las políticas que ha definido Macri de acceder
al gobierno: volvernos competitivos a partir de la reducción de los costos
laborales, la apertura de la
economía -con la afectación de la producción nacional y la consecuente pérdida
de empleo- (y si se pierde empleo los salarios tienden a la baja), el ajuste de tarifas a los servicios, las medidas cambiarias
-levantamiento del “cepo”- que arrastran un aumento del dólar y la pérdida de
poder adquisitivo, redefinición de los programas de cobertura a los sectores
vulnerables.
Por más que quiera, si es un
comercio chico, por volumen no le alcanza a ganar la carrera a la remarcación
mayorista y no está en condiciones de llegar a otros clientes que no sean esos
que entran a su local porque tienen con qué comprar.
Si su destino está atado al
consumo, y el consumo al poder adquisitivo de la gente, su opción es clara. Pero incluso aunque creas que no
hay que perder los cinco minutos habituales de conversación cuando vas a comprar para recordárselo, hacélo igual.
Habría que decir, de explicar de forma ingeniosa para que "muerda" en la conciencia de los votantes del PRO inadvertidos(sobre todo del futuro de su bolsillo), lo que viene, la evolución que tendrán los pasos a dar por una gestión macrista. Explicarlo de una forma concisa, sin detalles que embarren la comprensión, y tampoco recurrir al "argot" del FPV, porque les resulta irritante. Bah, que piense en el futuro a mediano plazo en su bolsillo.
ResponderEliminarMe parece bien como se plantea: tomarse cinco minutos y recordarles respetuosamente lo que para los K nos es obvio. El 22 sabremos si perdimos cinco minutos o los ganamos.
ResponderEliminarNos quemaron tanto la cabeza desde los medios de comunicación con la cantinela de que vivimos en el peor país el mundo,que estamos en la decadencia total,etc, que va a hacer difícil hacer reflexionar con 5 minutos de charla.Igual el esfuerzo vale la pena porque siempre pelear por lo que uno quiere vale la pena.Ojala que ademas de reflexionar usemos el corazon para ponernos en el lugar de los que primero sufririan las consecuencias de politicas ya conocidas.Y ademas pensar(si queres,con egoismo)que tarde o temprano también le toca a la clase media.En definitiva nos volveremos a hundir y los unicos que saldran ilesos y hasta fortalecidos son los de siempre.
ResponderEliminar...la estrategia es inducir el voto "en defensa propia". Vamos mas alla de las divisiones políticas con lo que buscamos al supuesto sujeto apolítico. Y planteamos la necesidad de cambiar lo necesario para estar mejor. Y dejamos claro que los cambios "rápidos y furiosos" suelen dejar un tendal de heridos que suelen estar siempre del mismo lado. Que es mejor un cambio lento y progresivo que permita corregir sobre la marcha evitando el desastre. Y que de ultima, es poco piola tropezar mas de una vez con la misma piedra...
ResponderEliminar