miércoles, 20 de enero de 2016

PRECIOS DESCUIDADOS


Se le está complicando a la revolución de la alegría la ardua tarea de tapar el sol con la mano, a tal punto que hasta los propios medios oficialistas no tienen más remedio que dar cuenta de la realidad: la imagen de apertura es un "collage" armado con las que ilustran ésta nota de Clarín y ésta otra de La Nación, ambas de sus ediciones de ayer. 

Las dos dan cuenta del alza de los precios de los productos básicos de consumo de la canasta familiar, en especial en los rubros de alimentos (con énfasis en la carne) y bebidas, que componen la mayor parte de los gastos de las familias; con mayor incidencia en los casos de los sectores de menores ingresos.

Pese a que el gobierno quiera seguir achacando el fenómeno a "la pesada herencia recibida", lo cierto es que el argumento se derrite como un helado al sol: la inflación registrada es la mayor en dos años (desde la devaluación del 21 % de enero del 2014), y los productos que las empresas lograron que el gobierno sacara de "Precios Cuidados" tienen aumentos que van desde el 60 % en promedio, y los hay mayores (lo dice la nota de Clarín). 

Incluso el artículo de La Nación señala que el aumento interanual de la canasta ampliada (incluyendo servicios, indumentaria, gastos de esparcimiento e indumentaria) supera el 28 % (por encima de la pauta que el gobierno pretende para las paritarias); sin contar la incidencia del inminente tarifazo en las facturas de luz, gas y agua, y con servicios como la telefonía celular que han "pospuesto" sus aumentos para marzo.

En éste contexto hay una clara transferencia de ingresos desde los sectores populares a los más concentrados de la economía, como consecuencia directa e inmediata de las medidas que el gobierno de Macri primero anticipó (como la devaluación) y luego ejecutó, como la eliminación o rebaja de retenciones y la apertura total de las exportaciones.

Las acusaciones del impresentable de Prat Gay y otros funcionarios del gobierno a la anterior gestión de la Secretaría de Comercio por una supuesta "zona liberada" para los aumentos en los últimos días de la gestión de Cristina suenan a sarcasmo, en boca de un gobierno que ha dicho reiteradamente que descree de los controles de precios; y que aceptó disminuir las listas de productos incluidos en "Precios Cuidados" de 512 productos, a 300. Un listado en el que -como destaca La Nación- ya no hay carnes (el rubro que más ha aumentado), ni frutas ni verduras.

De un programa que al parecer no era tan malo, desde que el propio artículo de Clarín dice: "Los productos de “Precios Cuidados” venían con un “retraso” grande porque el kirchnerismo les autorizaba remarcaciones del 12 al 15% en promedio para todo el 2015, contra una inflación general que fue del 26,9% según el IPC porteño. En pocos días, las empresas parecen haber querido recuperar el tiempo perdido."

Los resultados están a la vista: las alimenticias nucleadas en la COPAL -que sostuvieron la semana pasada por boca de Funes De Rioja que el programa significaba "precios pisados"- y las grandes cadenas de supermercados están remarcando a lo pavote y acumulando ganancias extraordinarias; favorecidas por un gobierno que -ahora sí- hace la vista gorda, porque además los tiene dentro de sus propias filas: ¿hace falta recordar que hay un hombre de Arcor en el directorio del Banco Nación, o que el propio Secretario de Comercio es de la familia dueña de "La Anónima"?

Mientras suben las tasas de interés, el Banco Central "seca" la plaza de efectivo y caen la demanda y el consumo, los precios siguen en alza, desmintiendo así el relato neoliberal que pone el foco de la inflación en el gasto público y el recalentamiento de la demanda por los aumentos de salarios. 

Por el contrario, si se repara en quiénes aumentaron sus productos y con qué márgenes, se tendrá una idea clara de como juegan los formadores de precios y los que tienen posiciones dominantes del mercado; todos ellos ahora exentos por el gobierno de informar la evolución de su estructura de costos, para justificar las alzas de precios.

Un gobierno que decreta un "apagón estadístico" que no se sabe a ciencia cierta cuanto durará, y que pretende ponerle un "cepo" a las paritarias amenazando con la pérdida de puestos de trabajo si los sindicatos tiran demasiado de la soga reclamando aumentos; y que está planteando un esquema de "metas de inflación" decrecientes, pero dando por saldada la discusión para atrás sobre esta brutal transferencia de ingresos en perjuicio de los sectores populares.

¿O acaso alguien recuerda ya algo sobre el "pedido" a los empresarios de retrotraer los precios a los vigentes a principios de noviembre?

Esta es la realidad concreta sobre la que se despliegan una tras otra las operaciones mediáticas tendientes a distraer a los bobos (que Nisman, que Davos, que los prófugos, etc); pero tal como viene la cosa parece que la tarea se las hará más difícil día a día.

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