La conferencia de prensa de éste miércoles en el Congreso
del bloque de diputados del FPV fue sin dudas el hecho político más importante
generado desde la oposición al gobierno de Macri, junto con los piquetes
desplegados ese mismo día en todo el país para pedir la libertad de Milagro
Sala.
Mas aun por el tono de la presentación y el contenido de
lo que allí se dijo, que marca una claro mensaje hacia el gobierno y hacia el
interior del peronismo; en especial para los sectores “dialoguistas”. De hecho,
el silencio de su principal vocero (Urtubey) significa que acusaron el golpe, o
acaso no se lo esperaban tras la salida de Bossio y su grupete.
Para redondear el contexto, el día previo a la conferencia
del bloque presidido por Recalde la Comisión Bicameral del Congreso que debe
analizar los DNU daba luz verde al primer paquete de los dictado por Macri a
poco de asumir, con la imprescindible colaboración (complicidad) de Massa y
Rodríguez pero -y he aquí lo importante- con la oposición monolítica de los
diputados y senadores del FPV que la conforman.
Es imposible disociar el contenido de la declaración de
los diputados del contundente documento emitido días antes por un grupo de
intendentes del FPV de todo el país desde Chaco (verlo completo acá),
respondiendo a la convocatoria de Capitanich y seguramente con la inspiración
de su pluma en el contenido de la declaración; a lo cual hay que sumar la
decisión del PJ bonaerense de instruir a Bossio y Romero de SMATA (dos de los
“profugados” del bloque) para que no den quórum para el tratamiento de laderogación de la “ley cerrojo” que abra la puerta para el acuerdo con los
fondos buitres que impulsa Macri.
El pronunciamiento del bloque de
Diputados por boca de Héctor Recalde acierta en varios planos; comenzando por
la caracterización política del gobierno de Macri y la consecuente postura que
frente a él tiene que tener el FPV/PJ, que no puede ser otra que la oposición
frontal y decidida, con agenda propia: ni más ni menos que lo que en su momento
nosotros reclamábamos acá.
Pero acierta también en la
prolija enumeración de los hechos más graves que marcan el contexto en el que
se viene desenvolviendo la gestión de Macri, es decir las medidas que su
administración fue tomando, con efectos, beneficiarios y perjudicados
concretos, a los que Recalde y los diputados les pusieron números, con apoyo de
los cartelitos que se pueden ver sobre la mesa en la imagen de apertura.
Se denunció con claridad el alza
del desempleo como consecuencia de los despidos contabilizados en el sector
público y el sector privado, las colosales transferencias de recursos del
Estado a los grupos económicos más concentrados, y la postergación de otras
demandas, para darle prioridad a quienes verdaderamente sustentan políticamente
al oficialismo.
Supo Recalde -y por su intermedio
el bloque- conjugar los reclamos sociales por salarios, empleo, contra el
tarifazo decidido sin audiencia pública y por la no criminalización de la
protesta social, con los planteos “federales” por la coparticipación y el
reparto de los recursos que son caros a los oídos de intendentes y
gobernadores; justo el mismo día en que Frigerio los boludeaba mal a los
ministros de Economía provinciales, largándolos duros en el reclamo por la
devolución del 15 % de la coparticipación que va a la ANSES según lo dispusiera
Cristina; con la gaseosa promesa de discutir una reforma al régimen de
distribución.
El bloque de diputados planteó el
miércoles una agenda propia con proyectos sobre ese punto precisamente (todo indica además que podrían sumarse algunos votos al FPV para tumbar
el DNU de Macri en el Congreso), y sobre otros sensibles como Ganancias; pero
quizás la puntualización más importante haya sido el anuncio de la postura a
adoptar en la Cámara cuando arribe el pedido de Macri de derogar la “ley
cerrojo” para posibilitar el acuerdo con los buitres”: en línea con la decisión
del PJ bonaerense, anunciaron que no darán quórum y -en caso que el gobierno lo
consiga, votarán en contra porque el arreglo propuesto por el gobierno es
gravoso para los intereses nacionales.
El tema es la verdadera “piedra
de toque” que a futuro dividirá aguas, por sus implicancias económicas y
políticas, y porque como se decía acá fue el
verdadero disparador de la ruptura en el bloque comandada por Bossio: Macri
necesitaba de al menos una parte del peronismo encolumnado en el FPV para poder
pasar el acuerdo por el Congreso.
En línea con lo señalado en el
documento de los intendentes convocados por Capitanich, Recalde planteó la
necesidad de que el FPV construya no sólo una alternativa opositora en términos
políticos al macrismo, sino que sea el eje vertebrador de una coalición social
que integre y exprese a todos los sectores cuyos intereses objetivos se están
viendo ya seriamente afectados por las políticas del gobierno.
Una estrategia correcta a través
de la cual el peronismo (como fuerza principal del FPV) o buena parte de él no
hace más que cumplir con el mandato electoral que le fue conferido; y parece
empezar a enderezar el rumbo poniendo proa para el regreso al mostrarse como la
única alternativa real al macrismo; frente a un Massa sobregirado en obsecuente
al que Recalde le pegó duro por el “Indice Congreso”, y que en su rol de “opositor
responsable” no se ahorró ni siquiera la foto con el rabino Bergman.
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