Daría la impresión -es simplemente eso, una impresión- que el socialismo busca la forma de descomprimir la presión creciente de Corral y la UCR para incorporarse a "Cambiemos", o en todo caso trata de buscar su propio camino para llegar ahí, encontrando su lugarcito al sol macrista.
Primero salieron a bancar el tarifazo en electricidad (que en e caso de Santa Fe será doble: el que ya había dispuesto la EPE, y el que aplicará desde el 1º de febrero por la baja de los subsidios), y el domingo pasado en el acto por el combate de San Lorenzo Lifschitz -pese al faltazo de Macri, o acaso por eso- se creyó en el deber de reemplazarlo; y al momento de tomar el micrófono abogó por "un Estado sin ñoquis".
Lo que le valió -como era de esperar- la réplica de la dirigencia sindical: acá en Rosario 12 Jorge Hofman de ATE le puso los puntos sobre las ies; desde donde corresponde: haciendo notar que los dichos del gobernador abonan el discurso estigmatizador de Macri hacia los trabajadores estatales; y un formidable justificativo para la ola de despidos masivos que su gobierno está produciendo en todas las áreas del Estado nacional, en un claro caso de persecución ideológica, o por motivos políticos.
El episodio nos recordó que no es la primera vez que el actual gobernador de la provincia se ve envuelto en una polémica sobre pastas: tal como lo da cuenta la imagen de apertura, apenas electo Lifschitz se comprometió a reducir en un 30 % la planta de personal político de su administración, como "un gesto ejemplificador hacia la sociedad, porque se vienen tiempos difíciles".
El anuncio -recordemos- le valió la réplica desde el lugar menos pensado: Bonfatti (cuyo plantel político fue -por lejos- el más abultado desde el retorno a la democracia) sostuvo que en su gobierno no había ñoquis, y todos los funcionarios trabajaban.
Considerando su arremetida contra los ñoquis, nos preguntábamos en que medida Lifschitz viene cumpliendo su promesa de campaña; es decir como le daba lo que nosotros llamamos en su momento el "Indice Lamberto".
El artículo al cual corresponde la imagen de apertura dice que Bonfatti contaba con un plantel de 983 cargos políticos a septiembre de 2015, pero en realidad eran más: exactamente 1044, como resultado de la suma de 545 Autoridades Superiores (funcionarios) y 499 Personal de Gabinete (asesores).
Una rebaja del 30 % sobre el plantel político que dice la nota que tenía Bonfatti en su gobierno significaría que la actual gestión provincial contara con 688 cargos políticos. Si se toman los números reales, la planta política de Lifschitz no debería superar los 731 cargos.
Pues bien, al 22 de enero pasado (último dato disponible) el gobernador tenía 475 Autoridades Superiores (funcionarios) y 271 Personal de Gabinete (asesores); o sea 746 cargos políticos, y por ende ya estaría bandeado de su compromiso.
Así que si la quiere emprender contra los ñoquis en el gobierno, ya tiene por donde empezar.
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