Sobre la suspensión de la construcción
del ARSAT III, leemos en El Cronista: “Las nuevas autoridades de
la estatal Arsat decidieron frenar la construcción del tercer satélite por
falta de fondos. Mientras buscan nuevas funciones
para los satélites argentinos, en especial el ArSat II, y detienen los
intentos de algunos funcionarios del Gobierno que desconocen el funcionamiento
de la empresa, Rodrigo De Loredo, el nuevo presidente de la compañía, se
encuentra buscando vender el espectro en toda la región.
"Arsat
necesita autofinanciamiento porque nos encontramos con una empresa que tiene
cosas buenas pero con un desmanejo de los fondos. Y en este camino buscamos
la incorporación de socios colaborativos", explicó el yerno del
ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad.
En
ese camino De Loredo aseguró a El Cronista que la empresa ya empezó a hacer los
trámites para comercializar la capacidad satelital del Arsat II en Estados
Unidos. "Llegamos y nos encontramos con que habían lanzado el Arsat II sin
haber comercializado absolutamente nada. Ahora estamos presentando los
permisos para vender la pisada del satélite", dijo. En este sentido,
el Gobierno ya presentó los documentos en Canadá; Estados Unidos; México y
Brasil. "Es un trámite lento, pero entendemos que en los países del
norte se hará más rápido", explicó el ejecutivo.
El
problema que se presenta es que De Loredo tomó la decisión de que hasta que no
ingresen fondos de la venta del Arsat II no se comenzará a construir el ArSat
III. Hace unos días, la empresa participó del ‘Satellite Show 2016’ en Washington. "En
el encuentro nos reunimos con casi todos los operadores del mercado. Si los
encuentros prosperan podríamos acelerar los procesos y seguir construyendo
satélites", admitió. Mientras tanto, y entendiendo que la puesta en el
espacio de los satélites no sólo posicionaba al país como uno de los pocos
fabricantes de este tipo de aparatos, también reconoció que se corría el
riesgo de perder el espacio asignado. Ahora, la expectativa de la nueva gestión
es concentrarse en el anillo de fibra óptica.
Aunque
Aguad y De Loredo lo nieguen, hay voces en el sector privado local que le
ven poco futuro a la empresa. "Esto significa que no van a seguir, por lo
menos si se mantienen en esta postura porque va a ser difícil el autofinanciamiento",
explicaron desde una multinacional del sector con fluidos contactos con la
empresa estatal.
Para
demostrar que la compañía tendrá continuidad, el ex legislador cordobés por
la UCR explicó que el foco de su gestión estará puesto en la banda ancha
conocida como Refefo (Red Federal de Fibra Óptica). "Vamos a trabajar para
llegar con infraestructura a esos lugares a donde los privados no llegan,
pero entendamos que somos carrier de carriers no vamos a competir con los
privados", explicó el ministro Aguad.
Mientras los proveedores esperan que se analicen las
facturas presentadas, desde Arsat explicaron que la red de fibra óptima en
la actualidad es de entre 32.000 y 35.000 kilómetros ,
de los cuales sólo 13.000 están en condiciones de prestar servicios como
operador mayorista. "Si no hay un privado, damos el servicio, sino no",
lo dijo a través de su propio twitter en donde publicó que "Arsat no
viene a competir con ningún actor privado, viene a colaborar. Nuestra
misión es conectar, integrar, unir". Finalizó asegurando que el
"cometido" de la compañía "es brindar internet de calidad y
menor precio. No importa si es el Estado quien se lo da, una pyme o una gran
empresa...” (las
negritas son nuestras)
Uno tiene que entender que los
“socios colaborativos” que están buscando Aguad y su yerno no pasarán a formar
parte del paquete accionario de ARSAT S.A. (lka empresa estatal que maneja los
satélites), porque la Ley 27.208 dispuso en su artículo 8 que “...el capital
social de la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales Sociedad Anónima
AR-SAT estará representado en un cincuenta y uno por ciento (51%) por acciones
Clase ‘A’, encontrándose prohibida su transferencia y/o cualquier otro acto o
acción que limite, altere, suprima o modifique su destino, titularidad, dominio
o naturaleza, o sus frutos o el destino de estos últimos, sin previa
autorización expresa del Honorable Congreso de la Nación....”
Y también tiene que entender que
cuando hablan de “vender el espectro en toda la región” o “vender la pisada”
del satélite, se refieren a comercializar la capacidad disponible de uso del
satélite para la captación de datos y la transmisión de información y tráfico
de comunicaciones, no a desprenderse de la posición orbital asignada al Estado
argentino y que la opera a través del ARSAT II.
Eso dado que la misma ley en su
artículo 10 dispone que “Cualquier acto o acción que limite, altere, suprima o
modifique el destino, disponibilidad, titularidad, dominio o naturaleza de los
recursos esenciales y de los recursos asociados de las Tecnologías de la
Información y las Comunicaciones y de las Telecomunicaciones, definidos en la
ley 27.078 ‘Argentina Digital’, que pertenezcan o sean asignados a la Empresa
Argentina de Soluciones Satelitales Sociedad Anónima AR-SAT, requerirá
autorización expresa del Honorable Congreso de la Nación.”.
Como fuere, es todo bastante
oscuro, y con precedentes como el de la concesión del espacio radioeléctrico a
Thales Spectrum, y las posiciones orbitales satelitales de Argentina a Nahuelsat,
hay que estar atento porque todo indica que estaríamos en presencia de otro
plan para desguazar una empresa gestada y desarrollada por el Estado -que hizo
las inversiones del caso-, en beneficio de los negocios de los privados.
O para volver sobre la idea del
Estado bobo, que socializa las pérdidas y privatiza los beneficios; como se
desprende de los dichos de los funcionarios sobre el desarrollo de la red de
fibra óptica; donde al parecer tras un gigantesco esfuerzo de inversión por
parte del Estado en los gobiernos de Néstor y Cristina para tender 35.000 kilómetros
de cableado de fibra óptica en todo el país para facilitar el acceso a Internet
de banda ancha, el gobierno sólo utilizaría 13.000, en aquéllas áreas alejadas
donde para los privados no hay interés en invertir, porque no está garantizado
el retorno de esa inversión.
El resto de los 35.000
corresponderían a la parte del país donde se ha desarrollado la red de
prestadores privados, con los que el Estado no competiría, brindando -por caso-
servicios de Internet a la misma o mejor calidad, y menor precio; y privándose
de la posibilidad de obtener recursos genuinos para financiar las actividades
de ARSAT y -por ejemplo- la construcción y lanzamiento del tercer satélite
nacional; y la continuidad del Plan Satelital Geoestacionario Argentino
2015-2035, aprobado precisamente por la Ley 27.208 (verlo completo acá); con su correspondiente financiamiento.
No parece que esa sea
precisamente la idea de Aguad y Macri, que hace poco anunciaron la
discontinuación del despliegue de la Televisión Digital Abierta (TDA), que
también estaba a cargo de ARSAT S.A.; y que al paralizar la construcción del
ARSAT III están imposibilitando también que el Estado cuente con una
herramienta más para la prestación de servicios de Internet por banda ancha
satelital; entre otras aplicaciones.
Ver también en Página 12, el reportaje a Eduardo Dvorkin, Doctor en Ingeniería, especialista en Mecánica Computacional:
ResponderEliminar“Sin el Estado, la innovación va a volver a detenerse”
(http://www.pagina12.com.ar/diario/ciencia/19-295706-2016-03-30.html)
Es lo de siempre: el Neoliberalismo sólo tiene reservado para Argentina (y todos los países de Latinoamérica) el papel de productores de commodities primarios. Ciencia y Técnica sobran. Están de más. Son un gasto superfluo.
¡NECIOS! Como dijo Jawaharlal Nehru, Primer Ministro de India, después de la Independencia (1947): "Somos demasiado pobres como para darnos el lujo de no invertir en ciencia y técnica”. Por eso hoy India envía sondas a Marte y YA ES un potencia mundial.