Sobre el acuerdo con los
fondos buitres que se apresta a discutir la Cámara de Diputados, leemos en LaNación: “El Procurador del Tesoro,
Carlos Balbín, dictaminó que la opinión del estudio Cleary, Gottlieb, Steen
& Hamilton, en el sentido de que los bonistas que entraron al canje tiene
pocas chaces de éxito si demandan a la Argentina, corre por cuenta de ese
bufete, que es el que tiene la representación exterior ante los tribunales
norteamericanos.
En un escrito de cuatro páginas
que le entregó a Prat-Gay el viernes, Balbín, uno de los juristas más
reconocidos en derecho administrativo, no respalda los argumentos de aquel
estudio jurídico, aunque tampoco los rechaza. Dice Balbín que él, como jefe de
los abogados del Estado, no tiene competencia para pronunciarse sobre los
argumentos de aquel estudio jurídico, porque el decreto 749/2002 que firmó
Duhalde le otorgó a esa firma la representación de la Argentina ante los
tribunales extranjeros y que aquellos letrados no forman parte de los abogados
del Estado que él dirige ni responden a su mandato. Ningún abogado, ni siquiera los de la Procuración del Tesoro, se animan
a afirma que los bonistas del canje no vayan a iniciar nuevos juicios. La
posibilidad está latente.” (las negritas son
nuestras)
Según el artículo
de la Ley 12.954 la Procuración del Tesoro de la Nación asume “la
defensa ante los tribunales, del Poder Ejecutivo y de todos los organismos que
integran la administración.”, y lo ratifica el
artículo 5º inciso a) cuando dice que le corresponde al Cuerpo de Abogados del
Estado (que preside el Procurador) “Representar al
Estado y a sus reparticiones ante las autoridades
judiciales, tanto si aquél litiga como actor o si lo hace como demandado...”.
Por esa razón el
Decreto 749/02 (que menciona Balbín en su nota a Prat Gay) dictado por Duhalde
a propósito del litigio que el país enfrentaba en los EEUU por las demandas de
los fondos buitres dice en su artículo 1º “Autorízase al
PROCURADOR DEL TESORO DE LA NACION a asumir la representación y defensa de los
intereses del ESTADO NACIONAL en el caso "Allan Applestein TTEE
FBO D.C.A. Grantor Trust v. The Republic of Argentina and The Province of
Buenos Aires" en trámite ante el Tribunal de distrito sur de NUEVA YORK de
los ESTADOS UNIDOS DE AMERICA.”; y para que no
quedaran dudas, su artículo 2º dispuso que “Autorízase al
PROCURADOR DEL TESORO DE LA NACION para que la representación y defensa
aludidas en el artículo 1° del presente Decreto, se hagan extensivas a
cualquier cuestión incidental o causas judiciales conexas, directa o
indirectamente relacionadas con los autos precitados y con aquellas causas
similares que se inicien contra el ESTADO NACIONAL.”. (Las negritas son siempre nuestras)
El artículo 3º del
mismo decreto autorizó la contratación del estudio Cleary, Gottlieb, Street
& Hamilton para ejercer el patrocinio; pero queda claro que conforme al mismo decreto invocado por el Procurador Balbín y la ley del Cuerpo de Abogados, la responsabilidad primaria es suya.
Ahora el gobierno de Macri
agregó al patrocinio al estudio Crawat, Swaine & Moore, los otros abogados yanquis que
representan al país en los EEUU, y de los que leemos en La Nación:“Los nuevos abogados del
Gobierno afirmaron que legalmente es posible realizar diferentes ofertas de
pago a los acreedores en default. En un memo, los integrantes del estudio
Cravath, Swaine & Moore indicaron que "la República tiene permitido
celebrar diferentes acuerdos con diferentes bonistas", sin violar las
leyes de los EE.UU., por las que se rigen los contratos de los bonos emitidos
por la Argentina.
"En virtud de la ley de Estados Unidos, las partes de una
demanda son libres de encontrar una solución sobre términos negociados",
expresaron por escrito los abogados Daniel Slifkin, Michael Paskin y Damaris
Hernández. "No existen restricciones que limiten la capacidad de una
parte de negociar con uno o más adversarios, de realizar diferentes ofertas a
partes diferentes o a retirar ofertas no aceptadas", indicaron. En
particular, los abogados afirmaron que la cláusula pari passu "no le prohíbe a la República
celebrar acuerdos con partes diferentes sobre términos diferentes", ya
que "aborda el tema de la posición y el pago de los bonos, no la
resolución de demandas litigadas y sentencias".
"Los acuerdos alcanzados
con las partes demandantes de estos casos no contemplan que la República
realice pagos sobre sus bonos; más bien, contemplan que la República realizará
un pago de resolución a cambio de que las partes demandantes renuncien a todas
las demandas que puedan tener en virtud de sus bonos", detallaron.
"Las medidas cautelares
no se aplican a los pagos de la resolución... Los pagos contemplados por la
propuesta pública y por los acuerdos preliminares alcanzados hasta el momento
no son pagos de los montos adeudados en virtud de los términos de los bonos del
canje", sino compromisos asumidos "para resolver las demandas o
para comprometer las sentencias que mantienen las partes demandantes".
Además, "las medidas cautelares sólo se aplican a pagos a los tenedores
de bonos del canje" y los acuerdos con los demandantes "no se ven
afectados" por estas restricciones legales, concluyeron. ” (otra vez las negritas son nuestras)
Los términos de la
respuesta -a la que el Procurador simplemente se remite, sin dar opinión
propia- dejan en claro los riesgos que está asumiendo el Congreso al derogar la
ley cerrojo y la de pago soberano, pasándose además a nado (como decíamos acá) la Ley 27.207 que incorporó al ordenamiento jurídico argentino con carácter
de orden público los principios de reestructuración de deudas soberanas
aprobados por la ONU.
Porque el problema
con las eventuales demandas de bonistas que ingresaron a los canjes o con otros
fondos buitres no es con las leyes de EEUU sino con las argentinas; y por esa
razón justamente el gobierno de Macri impulsa su derogación. Del mismo modo que
el fin del pedido del levantamiento del “stay” dispuesto por Griesa no es para
viabilizar los pagos a los fondos buitres que acordaron con el gobierno, sino
para destrabar los pagos retenidos injustamente por el juez a los bonistas que
ingresaron a los canjes, que están en el BONY.
Si bien es opinable
que la cláusula “pari passu” -como sostienen los nuevos abogados yanquis
contratados por el gobierno de Macri- no le impedía al gobierno argentino
alcanzar acuerdos con algunos de sus acreedores sobre bases diferentes a las
del resto, lo cierto es que las cláusulas RUFO puestas en todos los prospectos
de emisión de deuda que instrumentaron los canjes en el 2005 y 2010 lo
obligaban a trasladar esas mejores ofertas, al conjunto de los acreedores. Algo
que quienes de algún modo representan al país ante eventuales litigios futuros
deberían saber, más allá del vencimiento de las RUFO en diciembre del 2014.
Y el hecho de que
la Corte de Apelaciones de distrito haya debido tratar un reclamo de los fondos
buitres (incluyendo a NML y Aurelius) de Paul Singer contra la decisión de
Griesa de levantar el “stay” (cautelar que bloqueó los pagos a los bonistas de
los canjes) deja claro que -en efecto y aquí sí aciertan los abogados
contratados por el gobierno de Macri- el gobierno argentino no les exigió
taxativamente desistir o renunciar de y a toda acción judicial presente o
futura derivada del caso, como condición sine qua non para efectivizar los
acuerdos y pagarles lo pactado.
Para peor, leemosen Ambito Financiero: “La Argentina le pidió ayer formalmente a la
Cámara de Apelaciones de Nueva York que emita su fallo sobre las facultades
reales de Thomas Griesa para imponer un "stay" a favor del país
durante la primera semana de abril. Con la firma de Michael Paskin, el abogado
del estudio Cravath, Swaine & Moore (CS&M) que representa en esta etapa
a la Argentina, el país pidió que no más allá de esa semana (en lo posible el
mismo 4 de abril), la segunda instancia judicial ya haya escuchado a todas las
partes y emita un fallo definitivo. Luego,
si éste es positivo al poder del juez de aplicar el beneficio para la
Argentina, el Gobierno ordenará el pago del dinero correspondiente a los fondos
buitre y holdouts. Si es negativo, la decisión de Mauricio Macri será la de
no pagar y dar por caída la oferta que el
secretario de Finanzas Luis Caputo llevó
hasta Nueva York la primera semana de febrero.
Ayer hubo una
catarata de presentaciones ante la Cámara de Apelaciones de parte de los
acreedores para anotarse en el listado que los jueces de segunda instancia
confeccionarán, en el caso que dictaminen que Griesa no tiene razón. Los
primeros en decir ayer presentes con sus escritos fueron NML de Paul Singer y NM de Kenneth
Dart, curiosamente de los primeros que cobrarían si se concretara el acuerdo
con la Argentina, llevándose no menos de 6.000 millones de dólares entre ambos
y obteniendo una ganancia de más del 1.000% si antes de la deadline del 14 de
abril logran acreditar los pagos que girará el país. ” (otra vez las
negritas son nuestras)
¿Se entiende?:
Macri extorsiona al Congreso argentino para que apruebe el acuerdo, pero no
tiene la certeza de que la contraparte (Paul Singer y los demás fondos buitres,
hayan o no arreglado) lo cumplan porque siguen apelando para bloquear los pagos
a los bonistas reestructurados.
Entre el monumental
lavado de manos de Balbín (al mejor estilo de otro procurador, Poncio Pilatos)
y la desaprensión con la que analizan el tema los abogados yanquis, queda claro
que el Congreso argentino está a punto de discutir una ley trascendental para
el futuro del país en las peores condiciones posibles: avalando un acuerdo
ruinoso para el interés nacional, sin los menores resguardos jurídicos que den
certeza y tranquilidad sobre nuevos y más costosos litigios; y sin que nadie
quiera poner el gancho haciéndose cargo del mamarracho.
Es que a Don Corleone no le podés decir "a Pepito lo mataste vos". A lo sumo podés decirle "yo no sé quién mató a Pepito".
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