EL PRO Y LOS RIESGOS DE HACER POLÍTICA CON LAS TRAGEDIAS

Cuando a fines del 2004 se produjo la tragedia de Cromagnon, el episodio abrió las puertas para la destitución de Aníbal Ibarra, y allanó el camino de Mauricio Macri para ganar las elecciones y ser jefe de gobierno porteño.

Los cuestionamientos al gobierno de la ciudad apuntaban a la deficiencia de los controles sobre el boliche y en general, sobre toda la movida nocturna.

Se supo entonces que Cromagnon y todas las empresas vinculadas con la disco pertenecían a sociedades pantalla constituídas en el exterior, preferiblemente en paraísos fiscales, con escaso capital y socios desconocidos.

El hecho fue tomado como un "leading case" y en febrero del 2005 la Inspección General de Justicia de la Nación a cargo de Ricardo Nissen (designado en el cargo por Néstor Kirchner al asumir el gobierno) prohibió la actuación en el país de las sociedades off shore: ver acá la nota respectiva en La Nación.

Esta madrugada nos despertamos con otra tragedia, en éste caso en Costa Salguero: la muerte de 5 jóvenes (hay otros 6 más en gravísimo estado) durante una "fiesta electrónica".

Pero también esta misma semana (exactamente el martes 12) y en medio del escándalo de los "Panamá papers", nos enteramos que Carmen Polledo (diputada del PRO y vicepresidenta de la legislatura porteña) tenía una sociedad off shore en Panamá, aun vigente y activa; constituida con su esposo, Fernando Adolfo Polledo Olivera y nada menos que con uno de los socios del ahora famoso estudio Mossak Fonseca. Más info, acá.

Y su esposo es nada menos que el propietario de Costa Salguero, el lugar de la tragedia; en una fiesta que -todo indica- estuvo signada por el descontrol.

Cabe preguntarse entonces cuan rigurosos han sido hasta acá los controles del gobierno de la ciudad sobre el predio de Costa Salguero; o reflexionar sobre los riesgos de escupir para arriba especulando políticamente con las tragedias.