jueves, 19 de mayo de 2016

LA PELOTA ESTÁ EN EL OTRO CAMPO


De no mediar sorpresas de último momento y tal como daban cuenta en la previa los medios, finalmente la Cámara de Diputados dará sanción a la ley anti-despidos, aprobando el texto tal cual venía del Senado. Según se cuenta acá tendría unos 123 votos a favor del Frente Para La Victoria y otros bloques, y los diputados del interbloque de "Cambiemos" se abstendrían en la votación; aunque aun votando en contra no les darían los números para rechazar el proyecto, sin el apoyo del Frente Renovador (a propósito: al subir éste post se desconocía la postura final del massismo). (*)

Se descarta que será rápidamente vetada por Macri, e incluso en éste caso también puede hablarse de un gobierno de dos velocidades: a la maniobra de corto vuelo de Pinedo y Michetti para “cajonear” la media sanción del Senado por más de una semana sin remitirla a Diputados, habrá que contrastarla con la velocidad que el texto aprobado vuela a la Rosada, en busca del veto presidencial. Por otro lado, si como jefe de gobierno vetó más de 130 leyes que apoyaron sus propios legisladores, a Macri no le va temblar el pulso para vetar una en la que se abstuvieron.

El gobierno pasará así en en horas del desafiante “apelaremos a cualquier medio para frenar la ley" de Frigerio, a la “facilitación” de la aprobación del  proyecto, para apurar el veto presidencial y evitar pagar mayores costos por la perduración del tema en la agenda de los medios.

La eficacia de la estrategia opositora (encabezada por el FPV, que sumó el apoyo de otros bloques en ambas Cámaras) no se puede juzgar desde la circunstancia de que la ley termine finalmente vetada por Macri; porque estaba claro que -fuera cual fuera el texto que finalmente se aprobara- indefectiblemente la cosa decantaba por ahí: las presiones de los empresarios para que no se instalara la doble indemnización, sumadas al hecho de que el gobierno (integrado al fin y al cabo por empresarios) tampoco comulga con ella, marcaban de antemano la alternativa del veto presidencial.

Y tampoco existía ninguna garantía de que tomándose por otro camino (por ejemplo apoyando el proyecto de Massa) se construyera en ambas Cámaras una mayoría ampliada que permitiera juntar las voluntades necesarias para rechazar un veto presidencial, que de todos modos se produciría.

De hecho, era mucho más probable que eso se lograra si -a la inversa de lo que finalmente ocurrió- Massa y sus diputados apoyaban el dictamen conjunto del FPV y el bloque Justicialista de Bossio, engrosando los números de la mayoría que respaldaba el proyecto, con el respaldo de la ya contundente que se había obtenido en el Senado, y enviándole al gobierno una señal a futuro.

Aun así, no se nos escapa que Diputados sancionó la ley con la ¿discusión? de los gobernadores con el gobierno nacional por el reintegro de los fondos coparticipables que iban a la ANSES, como telón de fondo. De allí que no extrañe que Pichetto le haya anticipado a Recalde que no podía garantizar -en caso que Diputados le hiciera cambios al proyecto- que en el Senados se volvieran a juntar los dos tercios de los votos.

No faltan incluso quienes piensan que la amplísima mayoría del Senado para aprobar originariamente el proyecto fue el modo que eligieron los gobernadores para mostrarle los dientes al gobierno, y apurar los acuerdos sobre la devolución de los fondos coparticipables. De ser así, una vez logrado el objetivo de firmar los acuerdos ¿cuál sería el incentivo de los senadores que les responden para insistir con la ley anti-despidos, y sortear el veto de Macri?

Aprobado el proyecto en Diputados y aun antes de ese veto (ni hablar si finalmente y como todo lo indica, se produce) la política ya ha hecho lo suyo, y la pelota queda exclusivamente en el campo de las centrales sindicales.

Si al menos parte de ellas (sobre todo las CGT de Moyano y Caló) deciden tragarse sus propias palabras de ir al paro en ese caso y no ejercen presión sobre Macri para que promulgue la ley, estarán esterilizando las consecuencias políticas de la rotunda movilización popular que lograron el 29 de abril.

Habrá que pensar entonces que los siempre pospuestos anuncios sobre cambios en Ganancias y la plata de las obra sociales cumplieron en relación a los dirigentes sindicales -o para ser justos, parte de ellos- la misma función que los fondos de la coparticipación para con los gobernadores: billetera mata opositor, que le dicen.

Por supuesto que la ley anti-despidos es también un botón de muestra de cómo son las cosas en el mapa político nacional: es imposible pretender gobernar desde el Congreso, no solo porque va en contra de nuestro sistema institucional (gobierna el que votaron como presidente, y mal que nos pese, es Macri); sino también por la realidad concreta de las dos Cámaras del Congreso, donde el escenario post balotaje es apto para la fragmentación, el filibusterismo legislativo, la transfugueada política y el florecimiento de los micro-emprendimientos parlamentarios; dispuestos a vender su voto al mejor postor.

Y por esas mismas razones, no menos dificultoso es intentar imponer una agenda desde el Congreso, a menos que se construyan acuerdos amplios en la oposición para sortear los previsibles vetos presidenciales, cuando esa agenda choque de frente con la hoja de ruta del gobierno.

Otra cosa distinta es la capacidad del Congreso de bloquear las iniciativas de Macri, o de tumbar sus DNU si vuelve a apelar a ellos para sortearlo: en ambos casos el resultado depende pura y exclusivamente de la actitud que asuman el conjunto de los bloques opositores; por lo menos hasta que las elecciones legislativas del año que viene no modifiquen la composición de las dos Cámaras.

En la discusión de la ley anti-despidos el FPV estuvo en el mismo lugar, en las dos Cámaras y sumando a los “disidentes” del bloque Justicialista y otros sueltos, lo que no es poco; en medio de las esquirlas que dejaron la derrota electoral y el consecuente pase de facturas.

El lugar en el que lo colocaron el 49 % de los votos del balotaje: como principal fuerza opositora; ese lugar que -por el contrario- no supieron ni quisieron ocupar muchos cuando se discutió el acuerdo con los fondos buitres; y otros (como Massa) también en la discusión de ayer.

El FPV actuó como debía, asumiendo el conflicto social (que irá en ascenso), y la representación política de los principales perjudicados por las políticas del gobierno de Macri, que son los trabajadores, en paralelo con la protesta de las centrales sindicales.

Pero tengamos en claro algo: es tan cierto que la oposición a Macri ni podemos hacerla nosotros solos, como que se hace con opositores, no con oficialistas disfrazados, como Massa; cuya estrategia de ocupar el centro del ring con guiños para todos lados terminó fracasando estrepitosamente, y acaso en el futuro deba recalcularla: o se asume sin ambages como parte del dispositivo político que sustenta a Macri, o busca acuerdos con el resto de la oposición, sin condicionamientos o peleas de cartel.

Y siendo realistas, si la conflictividad social sigue en ascenso -como todo parece indicar, dado los datos poco alentadores que está arrojando la economía- y la dirigencia sindical en su conjunto no la expresa cabalmente ni la encauza poniéndose al frente, no es mucho lo que desde la política y el Congreso se pueda hacer; aunque haya que seguir intentándolo, una y otra vez.

(*) Al final terminaron acompañando, y la votación fue de 147 a favor y 88 abstenciones, las de "Cambiemos" y el delasotismo. Nos hicieron perder 6 días al pedo por vedettismo. 

1 comentario:

  1. VETO LEY ANTIDESPIDOS=PARO NACIONAL.SEGUN COMPROMISO DE LOS SINDICAISTAS EN ACTO DEL 1ª DE MAYO...ESE ACTO,MAS,MARCHA POR LAS UNIVERSIDADES PCAS,MAS,MARCHAS EN EL SUR DEL PAIS,MAS,20 CUADRAS DE MARCHA ,50 MIL PERSONAS PIDINDO LA RENUNCIA DE VIDAL EN LA PLATA,MAS...MARCHA DE ESTE 25 DE MAYO...ALGO ESTA CAMBIANDO,Y VEREMOS MOYANO,DE QUE SE DISFRAZA.

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