Cuando el PRO pretende correr el eje de la discusión política de las cuestiones ideológicas y del análisis concreto de las políticas públicas hacia la corrupción, la estrategia le resulta eficaz a condición de que no se le abran las puertas de los placares, y les asomen los muertos propios que tienen adentro.
Y como son tan tantos, el riesgo es exponencial, y cuando menos se lo esperan, se les dispara.
Como le apaga de pasar a Carlos Melconián, el presidente del Banco Naciòn, del que sabemos ahora que fue "fondo buitre", o por lo menos tenedor de bonos de la deuda argentina (emitidos en 1997 por el gobierno de Menem en un caso, y en el 2001 por el de De La Rúa), que no los habría ingresado a los canjes del 2005 y 2010.
O por lo menos -aunque él sostiene que sí- sus declaraciones juradas estarían flojitas de papeles, porque no consta que haya recibido pagos de capital e intereses cuando los recibieron los que son efectivamente tenedores de bonos reestructurados, en ambos canjes.
Vemos acá que las tenencias de títulos defolteados de Melconián representan unos 772.268 dólares, por los que en su momento inició demandas judiciales contra el país en los tribunales de Estados Unidos (más precisamente en el de Griesa, en 2009), para cobrarlos por su valor nominal. Como Paul Singer y los fondos buitres.
De confirmarse la especie (y hasta acá no hay elementos para suponer que no sea cierta) Melconián se vio claramente beneficiado con el arreglo que el gobierno del cual forma parte cerró con los diferentes fondos buitres: habrìa cobrado mas de 11 palos verdes.
Lo que resta saber es si tenía sentencia a su favor, o se trata de aquéllos acreedores a los que el gobierno de Macri decidió pagarles igual, aunque no la tuvieran.
Lo que resta saber es si tenía sentencia a su favor, o se trata de aquéllos acreedores a los que el gobierno de Macri decidió pagarles igual, aunque no la tuvieran.
Hasta acá hubo tanto sigilo con el tema, como lo hubo con la misión que Macri le confió el año pasado (en plena campaña) a Melconián ante el mismísimo Paul Singer para explorar las condiciones de un futuro acuerdo, si llegaba al gobierno.
El enviado no pudo ser mejor elegido: se trataba de un par del titular de NML, y en consecuencia, totalmente consustanciado con su punto de vista. Que por supuesto no es el del país.
El enviado no pudo ser mejor elegido: se trataba de un par del titular de NML, y en consecuencia, totalmente consustanciado con su punto de vista. Que por supuesto no es el del país.
Sólo dos palabras: cipayismo total.
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