viernes, 8 de julio de 2016

MIRÁ SI LE PASABA A ALGÚN "BARÓN DEL CONURBANO"


Como pasa cada vez que llueve mucho, en marzo del año pasado muchos barrios del norte y oeste de la ciudad se inundaron, entre ellos el barrio San José. Y como también sucede en esos casos, la municipalidad apeló a cuadrillas de voluntarios de asociaciones civiles o cooperativas -a los que tiene precarizados, con sueldos de miseria- con las que firma convenios, para realizar las tareas de limpieza que debería realizar el municipio.

Tal era el caso de Yamila Ferré, quien terminaría falleciendo el 23 de marzo de leptospirosis, presumiblemente porque no se le proveyeron los medios para evitar contraer la enfermedad mientras trabajaba, y con certeza porque no obtuvo atención adecuada de salud, en tiempo oportuno.

Dos días después de su fallecimiento -el 25 de marzo- se genera el ingreso de una nota en la municipalidad para proveerle una solución habitacional a su viudo, lo que generó una intervención rapidísima de la Municipalidad: el 24 de marzo -o sea un día antes, y pese al feriado del día de la memoria- ingresa otra nota en donde se aconseja al Municipio la adquisición de una vivienda en el barrio para la familia de Yamila, es decir su esposo y sus hijos.

Apenas un día después, el Municipio estaba buscando ofertas en inmobiliarias para la adquisición de la vivienda en Barrio San José, y el 29 de abril -un mes después, justo el aniversario de la inundación del 2003- se decide comprar por $ 550.000 la casa para Mauricio Gudiño, el viudo de Yamila; y sus hijos. En agosto se le adjudica la vivienda, basándose en un informe socio-ambiental de las áreas competentes del municipio que así lo aconsejaban, porque vivían todos en la casa de los padres de Mauricio, en una situación de hacinamiento.

Además de las sospechas y las irregularidades que se desprenden de la compra del inmueble en forma directa, sin licitación, y sin antecedentes de que en casos similares el municipio haya procedido de la misma forma (hay desde entonces un expediente en Tribunal de Cuentas municipal, sin ningún tipo de movimientos o pronunciamiento del órgano de control) existe una estrecha relación entre José Corral y Ricardo Gudiño, quien además de ser el ex suegro de Yamila, era quien estaba a cargo de las cuadrillas donde Yamila trabajaba cuando falleció, como responsable de la asociación civil “Redimidos por Cristo”, entidad con la municipalidad firmó el convenio para los trabajos de limpieza.

Según explica el periodista Fernando Passante en ésta nota que le hicieron en el programa “El hormiguero” (lunes a viernes de 7 a 9 y de 12 a 13.30 por FM Chalet 100.9 y por Solar de Radio en Internet) Ricardo Gudiño reconoció haber trabajado siempre para Corral como puntero. La mamá de Yamila se sorprendió del trámite de compra de la casa porque ni el viudo ni su familia acompañaban su reclamo contra el municipio por el fallecimiento de su hija.

Después se terminó dando cuenta de que nunca iban a ir contra el municipio, porque trabajan para Corral, a punto tal que hoy es Ricardo Gudiño quien ocupa la casa que compró el municipio (y la convirtió además en un local partidario de Corral), y los hijos de Yamila (para quiénes en teoría se compró, por las condiciones de hacinamiento en que vivían) no viven en ella. La abuela (la madre de Yamila) sostiene que con la compra de la casa, Corral compró su silencio y trató de evitar que eventualmente le hicieran un juicio a la municipalidad por la muerte de su hija.

Imaginemos las reacciones si esto hubiera pasado en cualquier municipio del conurbano bonaerense o en ésta misma ciudad, cuando gobernaba el peronismo.

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