(*)
Sería ingenuo suponer
que la sociedad, cualquier sociedad, pueda apoyar un ajuste económico, (exacto,
por eso en campaña Macri desmentía que lo fuera a hacer y hablaba de
“campaña sucia” del kirchnerismo. Ojo, igual hubo boludos como vos que lo
votaron sabiendo la que se venía) más allá de que cada uno de nosotros en
su fuero íntimo admita que efectivamente las tarifas deban actualizarse (y
Aranguren, Macri y todo el gobierno, en público, ahora que pasaron las
elecciones) o que el actual ajuste es una consecuencia de la
irresponsabilidad o el despilfarro de la gestión anterior. (ahí no nos metás
a todos, hablá por vos) Para bien o para mal, vivimos en sociedades
consumistas cuya lógica consiste en privilegiar el presente sobre el futuro, (ah,
los tiempos en los que Stalin o Mao mandaban a todo el mundo a trabajar al
campo para generar en el futuro una sociedad mejor) una actitud cultural
que curiosamente está en sintonía con algunos de los preceptos fundacionales
del populismo (claro, por eso el populismo gana las elecciones, y el
neoliberalismo tiene que mentir en campaña) y que en países como la
Argentina poseen la consistencia del sentido común. (¿vos decís entonces que
ser populista en la Argentina es tener sentido común, o sea que vos que sos
terrible gorila sos un insensato?)
El realismo político
no puede ni debe desconocer estos datos de la realidad, pero la pregunta a
hacerse entonces a continuación, es si en nombre de ese realismo se deja todo
como está y se continúa con los subsidios, (acá arranca despacito la banca
la tarifazo, vemos como sigue, aunque ya hubo un atisbo antes) sabiendo a ciencia cierta que por ese camino
se marcha hacia el quiebre del sistema energético, (fantasma agitado desde
2003) con todas las consecuencias en materia económica y social que estos
servicios prestan en las sociedades modernas. (en cambio ahora con el
tarifazo la crisis se resolvió y todo el mundo puede acceder a esos servicios,
ah, no, pará...)
Se puede discutir si
el anterior gobierno dejó deliberadamente una bomba de tiempo encendida para
sabotear a las nuevas autoridades o si lo sucedido es una consecuencia
inevitable de las prácticas populistas, (o sea que la discusión pasa
solamente por establecer si el kirchnerismo era una manga de hijos de puta, o
una manga de pelotudos. Algo parecido a lo que está pasando ahora con el
gobierno de Macri) pero lo cierto es que más allá de los matices de este
debate, (matizados, los matices) el sistema energético está en crisis,
tal como lo han admitido los principales candidatos políticos en las recientes
elecciones. (ponéle ¿y?) Y cuando esto ocurre, cuando estos desajustes
se producen, no queda otra alternativa que corregirlos, (tercera banca
colateral del tarifazo) salvo que alguien proponga alguna solución
milagrosa, cosa que atendiendo a las opiniones vertidas hasta el momento, nadie
ha planteado, entre otras cosas porque desgraciadamente en estos temas, los
milagros no existen. (Cuarta. Decílo, Rogelio, decílo: “hay que aumentar
las tarifas”)
Descartando entonces
la variante irresponsable, es decir, dejar todo como está y marchar hacia el
precipicio, (quinta banca del tarifazo) la otra alternativa es asumir
los rigores de la realidad y actuar en consecuencia, (sexta, ya estás
redundando) sabiendo de antemano que un gobierno no está solamente para dar
buenas noticias (uy, que no lea esto Macri porque renuncia) y que su rol
no puede reducirse a una suerte de animador de fiestas infantiles como parecen
pensar el presidente Macri y algunos de sus colaboradores. (igual que lo era
en campaña, cuando vos lo votaste y blanqueaste que lo harías. ¿Qué pensabas,
que los globos, el bailecito y la imitación de Freddy Mércuri se los copió a
Roosevelt?)
Puede que en los
países serios, ciertas políticas son asumidas como cuestiones de Estado, (¿cuáles
países, qué políticas? Parecés un personaje de Capusotto ya) y tanto
oficialistas como opositores asumen en conjunto los rigores que impone la
economía, (claro, como en Europa, que gane quien gane todos aplican las
mismas políticas, con los excelentes resultados conocidos, e inmensa aprobación
popular. Séptima banca, ahora con apoyo en el ejemplo externo) pero convengamos que en toda circunstancia es el oficialismo el
que debe cargar con los costos de las inevitables tareas desagradables de un
gobierno. (y sí, esa es la idea de ser oficialismo: gobernar, y carga con
los costos. Si te lo cruzás a Macri, decíselo despacito porque le puede caer
mal) Lo que sí se le debe exigir a la oposición, es que sus argumentaciones
sean consistentes, y que no confundan las legítimas tareas de control con la
demagogia, (¿qué consistiría en...decir que Aranguren es un turro, o un
inútil?) sobre todo cuando un sector importante de esa oposición fue el
responsable de la crisis que estamos viviendo. (¿cuál es la idea, que la
oposición no se oponga, que no hable hasta dentro de 12 años, así es en los
“países serios”? Hablan los radicales todavía y nunca dejaron de hacerlo,
imagínate)
En el tema que nos
ocupa, los dirigentes opositores más responsables (o sea, los que no se
oponen a casi nada que haga el gobierno) admiten que el ajuste se debe
hacer, (novena o décima banca al tarifazo) aunque observan a continuación que hay que hacerlo pagando los menores
costos sociales posibles. (otra obviedad, en éste supermercado de
obviedades) He aquí una argumentación correcta que, sin embargo, planteada
como bandera de lucha se transforma en un recurso retórico, (y ahí vamos de
nuevo: a la afirmación obvia le sigue una refutación más obvia aun ¿no tenías ganas de escribir cuatro renglones diciendo “Banco a Aranguren, vengan de a uno” y
listo?) por no decir demagógico, salvo que alguien suponga a ciencia cierta
que el gobierno está decidido, por vaya a saber uno que trastorno psicológico,
a hacer sufrir a la gente. (cosa que vos supusiste del kirchnerismo, durante
12 años. ¿O es necesario que te recordemos las cosas que dijiste de “la
señora?)
La observación es
pertinente porque las actitudes compasivas son políticamente efectivas, porque
en las sociedades de masas con vigencia de derechos adquiridos suele ser
“productivo” presentarse como el titular de los buenos sentimientos (o sea que pese a los años de populismo somos "una sociedad de masas con vigencia de derechos adquiridos". ¿O será justamente por los populismos que lo somos?) y colocar
al adversario en el lugar de quienes están privados de esa virtud. (Un
párrafo completo de obviedades, bajo la pretensión de ser poco menos que
Giovanni Sartori explicándonos las complejidades de la política. Igual, hace
como tres párrafos que te fuiste a la mierda del tema concreto, estas
vaguedades aplican para cualquier cosa, hasta una columna de modas)
Ninguna de estas
consideraciones libera de responsabilidades al gobierno, (o sea que todo lo
anterior es al completo pedo, bien, más vale tarde que nunca el reconocimiento)
todo lo contrario, ya que a la hora de decidir no se presenta una sola
alternativa y corresponde a su talento y sensibilidad política tomar la
iniciativa más acorde con las exigencias de los números, la técnica y las
necesidades de la sociedad. (si corresponde a sus talentos y sensibilidad política, estamos en el horno) Decirlo es fácil, pero realizarlo es difícil, (por
eso alguien dijo “mejor que decir es hacer, y mejor que prometer es realizar”,
porque no es para cualquiera) sobre todo cuando los recursos son escasos, (eso se arregla gácil: que el campo y la minería vuelvan a pagar retenciones, y listo. Es doloroso sí, sobre todo para los dueños del diario, pero perfectamente racional) la oposición marca de cerca y la sociedad no está dispuesta a hacerse cargo de
las malas noticias. (todo lo cual no debería ser un problema para “el mejor equipo
de los últimos 50 años”)
Los gobiernos que
pretendan hacer honor a ese nombre se distinguen por su capacidad para resolver
desde la política las situaciones difíciles, es decir, persuadir a la sociedad
de que, como en la vida, ciertas decisiones son ingratas pero mucho más ingrato
es eludir o postergar problemas que exigen soluciones eficaces. (o sea que
para que el gobierno sea gobierno, debe ajustar. Ni Cavallo lo hubiera dicho
mejor. Si Macri por fin se decir a rajarlo a Aranguren, ya tiene reemplazante)
(*) Las negritas son nuestras, el original acá.
la pelotudez de Majul me sigue generando sonrisas, pero la hijaputez de Alaniz sólo logra extender la acidez y reflujos de mis tripas ad infinituum...
ResponderEliminarRifle sanitario.
ResponderEliminarEl Colo.
Un pan de trotyl sería demasiado gasto en un objetivo tan poco relevante.
ResponderEliminarEl Colo.
Tres días de abstinencia de alcohol y listo: Internado en el Mira y López o La Merced, o bien difunto.
ResponderEliminarPero no es el único gordito glotón de guita- También están los impresentables de Carlos Delicia y Marcelo Garrido en Panamá invitados por La Tota.