Milagro sala cumple 200 días presa mientras Aldo Rico desfila en los festejos del Bicentenario, hay 50 represores con prisión domiciliaria concedida en lo que va del año y quieren meter presa a Hebe de Bonafini por no ir a declarar en un juzgado, citada justo -pero justo vea- el mismo día en que las Madres hacen su ronda semanal en la Plaza; en el país en el que el gobierno negocia entregas por declaraciones políticamente funcionales con personajes como Pérez Corradi .
El mismo país donde basta abrir los diarios del día para encontrarse -aun en medio del blindaje mediático a los desaguisados del "mejor equipo de los últimos 50 años"- con un rosario de malas noticias: caen la inversión y la producción industrial, se desploman el consumo y los salarios, todas las semanas algún producto de la canasta básica escasea o se dispara de precio, todos los días una empresa despide o suspende trabajadores, o algún sector alerta por la amenaza de las importaciones.
La justicia frena el tarifazo, pero el gobierno redobla la apuesta y la presión sobre la Corte para que lo convalide, mientras Macri nos avisa que hasta acá fue suavecito, y está apenas en la fase del comienzo: hay mucho que "sincerar" todavía.
Con la anuencia de la "oposición responsable", dos lavadores de dinero serán confirmados por el Senado al frente de los servicios de inteligencia, en una clara señal a los espías de que tendrán carta blanca para hacer lo que se les antoje; desde manejar sin control sus fondos, hasta definir sus propios "objetivos operacionales"; siempre que se ocupen de los que ha definido el gobierno, que por las dudas, montó una "SIDE" paralela en las oficinas de Marcos Peña y manotea los datos de la ANSES para "mejorar la comunicación política".
De la mano de un personaje borderizo (en el sentido político y sicológico) como Patricia Bullrich, las fuerzas de seguridad se comprometen institucionalmente en las operaciones sucias del gobierno para salpicar al kirchnerismo (como en el caso Mallo) y protagonizan un papelón tras otro, desde detener tuiteros "terroristas", hasta filtrarle a los medios datos sobre la custodia de Cristina y su familia; al par que las fuerzas armadas son "invitadas" por el mismísimo presidente a meterse en tareas de seguridad interior, en clara violación de las leyes vigentes, fruto del consenso democrático de años.
Por si no tuviéramos bastante con nuestros propios problemas, la DAIA tira una carambola a varias bandas y pide reabrir la causa Nisman, para congraciarse al mismo tiempo con el gobierno (sumándole otro foco de persecución judicial a Cristina), y a la derecha norteamericana, que en plena campaña electoral cuestiona los acuerdos de Obama con Irán.
El periodismo cómplice de la dictadura (los mismos medios de la "total normalidad" y los ajusticiamientos pasados como "muertes en enfrentamiento") acicatea la persecución contra Cristina y todo lo que pertenezca u orbite al kirchnerismo, y reclamaba ayer por la tarde que Hebe "se ajuste a la ley" desde los medios de Mitre y Magnetto. Sería sarcasmo, si no fuese lisa y llanamente canallada.
La justicia federal con base en Comodoro Py -en estado de desprestigio terminal- se pone al servicio sino directamente del gobierno, de sus objetivos políticos, como una fuerza de tareas que se aboca a sus blancos en forma orquestada y disciplinada; sea con el deseo de agradar al poder de turno, sea para acumular facturas que algún día se cobrará.
Poco importa a todo esto si Macri tiene perfectamente organizado todo y conduce la operación en su conjunto (en parte está claro que sí) o los hechos lo sobrepasan, y cierta "vanguardia" de la propia tropa como Bullrich o Carrió se le desboca en la pulsión revanchista, disfrazada de cruzada moralizadora.
Quizás sea un modo de sostener en la fe al núcleo duro, a ese 24 % de votantes de Macri en la interna de "Cambiemos", al que perciben flaqueante porque la revolución de la alegría no arranca, no se ve la luz al final del túnel y se demora la prisión de Cristina.
Quizás sea un modo de sostener en la fe al núcleo duro, a ese 24 % de votantes de Macri en la interna de "Cambiemos", al que perciben flaqueante porque la revolución de la alegría no arranca, no se ve la luz al final del túnel y se demora la prisión de Cristina.
Como fuera, la resultante concreta de la suma de lo que el gobierno alienta y organiza y lo que hacen más o menos "por la propia" las fuerzas que liberó desprejuiciadamente o tolera (servicios, fuerzas de seguridad, jueces) hace que -aun sin visiones conspirativas- se perciba en el país un clima espeso, de incertidumbre por el futuro económico y creciente malestar social; al que el gobierno le suma (por acción u omisión) tensión política.
Como si siguiera a pie juntillas las hojas de algún manual bizarro que sugiere aquéllo de "si no podemos darles pan, démosles presos", y orquesta sin parar una y otra cortina de humo de la acuciante realidad, aunque se corra el riesgo de que el humo se termine convirtiendo en fuego.
Porque la receta en sí ya se ha ensayado y es perfecta para que la cosa se termine de pudrir, y termine mal; y cuando eso ocurre -como siempre- ellos nunca tienen la culpa; aunque apelen a utilizar en su provecho político todo los aparatos represivos del Estado.
Extraordinario post. Con razón los trolls/bots no pueden meterse aquí.
ResponderEliminarAyer, Hebe, en la Plaza,sentadita,rodeada por una multitud, y con 87 años, hizo en diez minutos lo que la "oposición responsable" no hizo ni nunca hará: Desnudar las evidentes maniobras de persecución política y judicial contra quienes encarnan la idea de un país libre,justo y soberano.
ResponderEliminarCon diez Hebes, en 24 horas Macri tiene que pedir asilo en la embajada de Panamá, donde tiene sus cuentas.
Lo de Hebe fué una lección de dignidad y fortaleza.
Pero que le vas a explicar a un fan del PRO lo que es la dignidad,la fortaleza. Sí, un fan, ellos no tienen militantes, tienen fans.
El Colo.
Excelente Colo !
Eliminar