jueves, 16 de marzo de 2017

AL FINAL ERA CIERTO: CAMBIAMOS FUTURO POR PASADO


Decidido a quebrar el paro docente (y por carácter transitivo, todo reclamo laboral), el gobierno jugó a la dama: Vidal se subió a la nota de El País de Madrid que la compara con Tatcher, y eligió confrontar mano a mano con los gremios docentes, poniendo en juego el capital político de la imagen que ha construido en los medios.

La puesta en escena de la "dama buena" amenazada por el ogro Baradel pretende disimular la apuesta por defender el núcleo duro del programa de "Cambiemos": el retroceso de los salarios, la disminución de la participación de los trabajadores en el reparto de la torta y la precarización laboral como objetivos prioritarios; respecto de los cuáles el gobierno no está dispuesto a retroceder. No hay allí reculadas, ni "autocríticas", ni reconocimiento de errores, ni "vuelta a fojas cero".

Puesta a quebrar la huelga, Vidal no vaciló en apelar a prometer a los docentes que no paren un "premio", que no es otra cosa que adelantarles el sueldo: como parece que lo de los voluntarios "ad honorem" no funcionó, probarían ahora estimulándolos, especulando con la necesidad de muchos hogares docentes de juntarse con unos mangos; esa misma necesidad que ella y el gobierno nacional se niegan a reconocer en las paritarias.

A días de que la justicia le ordenara devolver los días descontados a los docentes por los paros del año pasado, Vidal manda a la policía a las escuelas del conurbano a pedir la nómina de los huelguistas, preparando nuevos descuentos; mientras que su oferta salarial sigue siendo la misma, o sea una miseria: un 19 %, en cuatro cuotas, a terminar de cobrar el año que viene.

Pero fue más lejos aun: les pide en público y por los medios a los docentes que digan de que partido político son, o en que elección sindical o política quieren ser candidatos, como si eso fuera un delito.Los que venían a cerrar la grieta, la instalan en el interior de cada aula y de cada escuela; y los que no iban a perseguir a nadie por pensar distinto, les piden que digan como piensan, para perseguirlos. 

¿Y si le respondieran y resulta que son kirchneristas que hará Vidal, los proscribirá de las paritarias y los aumentos, como años atrás proscribían a otros trabajadores de la posibilidad de votar por el partido político que deseaban durante 18 años?

Cabe preguntarse quien desestabiliza más a la democracia, si los trabajadores que ejercen un derecho constitucional (la huelga) porque otros les son negados (el salario digno, las paritarias), o un gobierno que les pregunta a sus empleados por su filiación política. El mismo gobierno -del mismo signo político- que el año pasado echaba empleados públicos justamente por eso, luego de revisarles sus redes sociales a ver como opinaban.

Es muy sencillo ver -para el que quiera hacerlo_ el hilo conductor que une aquéllos despidos en el Estado con éstas amenazas de Vidal, la prisión política de Milagro Sala y los demás miembros de la Tupac, y Patricia Bullrich amenazando en público con la represión a los movimientos sociales que cortan calles; mientras los medios del régimen piden más sangre y escarmiento a los que protestan.

A la misma hora Macri firmaba el Vaca Muerta de la industria automotriz (presuntas inversiones, a cambio de reales flexibilizaciones laborales), mientras se emocionaba al recordar no su debut sexual, sino su primera vez recortándoles derechos a los trabajadores, como CEO de las empresas de papá.

Cabe preguntarse también si los tibios (como el socialismo santafesino) que vienen siguiendo a pie juntillas la estrategia negociadora de Vidal y Macri con las paritarias, la seguirán también en estos disparates, o saldrán decididos a marcar democrática distancia: el que no condene estos hechos con la dureza que se merecen, terminará siendo cómplice, por acción u omisión.

Dejando de lado fútiles discusiones sobre "gradualismo" o "shock", el gobierno de Macri trata de aplicar desde sus inicios un plan económico propio de una dictadura o de situaciones de graves conmociones políticas (como las de 1989 y 2001), tras un triunfo electoral por escaso margen, y la transición política más ordenada desde el 83' para acá, en términos económicos y sociales.

Y coherente con eso, avanzan a paso firme en la ejecución de un plan político propio de una dictadura, o una democracia restringida, donde al parecer no todos los ciudadanos son iguales, ni tienen el pleno goce de sus derechos, dependiendo de su orientación política o sindical: ¿acaso Macri cuando confesaba su admiración por Frondizi estaba pensando en el Plan Conintes?

Sin embargo no hay que engañarse: esta política autocrática tiene amplio consenso en muchos sectores sociales, y así lo ha leído un gobierno obsesionado por las encuestas, para avanzar por esa camino. 

Si  esta política de disciplinamiento social tiene consenso y es revalidada en las elecciones ¿podremos seguir diciendo que vivimos en una auténtica democracia, o se cumplirá el fallido de Vidal en campaña, y habremos cambiado definitivamente futuro por pasado?

De allí que la lucha de los docentes sea también la nuestra, porque no solo están en juego los salarios, sino todos los derechos que se derivan del ejercicio pleno de la democracia. Que no nos confundan las denuncias sobre desestabilización de los desestabilizadores de siempre, de eso se trata el asunto.

1 comentario:

  1. Lo patético y preocupante es que hay -lamentablemente- mucha gente que sigue apoyando a un gobierno corrupto y con esquema dictatorial. Clase media que salio a cacerolear cuando el corralito, pero ahora con el robo al bolsillo de la inflación y los tarifazos, se la banca sin protestar. UN SOCIOLÓGO URGENTE que explique este fenómeno social que no se entiende.....

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